Tesoro Del Empaque Amarillo

Erase una vez en un lugar remoto hacia el norte del sur, donde la riqueza brotaba de la tierra como volcán en erupción. Existía una ciudad que vivía de tal riqueza, sin saber aun del valor que representaba para ella; sus pobladores eran tan felices que jamás imaginaron lo que el destino les tenía preparado.

El sol despuntaba con su acostumbrado resplandor sobre las cúspides de las edificaciones, y el canto de las aves mañaneras se fusionaban con los aromas propios de un buen desayuno, Winter el menor de tres hermanos, sonrió al mismo tiempo que inhalo toda la energía poderosa de aquella mañana que traería el inicio de una aventura para cambiar el rumbo de sus vidas; aun Winter no había terminado de llenar a plenitud sus pulmones, cuando fue sorprendido y lanzado desde su cama por el grito ensordecedor de Clar- ¡Winter levántate que nos deja Doger..!

Ese día tenían programado salir los tres en un paseo a la montaña, y mientras caminaban hacia la falda de la ella, les pareció extraña la inusual agitación reinante en todo el recorrido, y creyeron oír un rumor de que el tesoro estaba desapareciendo.

Si prestar mucha atención los tres excursionista continuaron su paseo y a la distancia les parece ver la figura humana de un personaje muy conocido, el viejo checo. -Hola checo como te va- saluda Doger- no es como me va, sino como nos irá a todos si pronto no se logra descubrir el porqué nuestro mayor tesoro está desapareciendo- responde checo y continúa diciendo- ustedes deben descubrir por qué está disminuyendo y si no logran encontrar la razón de esto, en sus manos entrego la forma de hacerlo brotar nuevamente. Winter toma estas semillas, las cuales deben morir para dar vida a muchas, Clar esta cartera de agua se requiere para dar vitalidad y fuerza a las nuevas semillas, nuestro pueblo depende de la perseverancia y constancia de su caminar. Con estas palabras el viejo se fue alejando y Doger no terminaba de pensar -a mí no me dijo nada- cuando escucho el grito de Checo- Doger tú serás quien proteja el legado de la obra de tus hermanos.

Y sin rumbo que seguir, ni brújula para guiar el camino: Winter, Clar y Doger emprendieron la tarea asignada con la mirada llena de incertidumbre, pero con el corazón lleno de fe y esperanza.

De nuevo en la ciudad no podían creer lo que sus ojos veían, la gente corría de un lado a otro según escuchaban que aquí o allá había algo, eran filas humanas interminables para al menos llevar una parte del preciado tesoro, disputas acaloradas eran el orden del día.

Donde debemos ir, por donde comenzar- preguntó Clar- Debemos ir al centro de acopio para saber qué pasa, porque no está llegando el tesoro- sugirió Doger. Buena idea- asintió- Winter- aunque dudo que logremos recibir alguna respuesta pues nadie nos conoce.

El atardecer llegó y la noche lo desplazó acompañada de una plateada luna, que iluminaba el sendero

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