UNA VISION PANORAMICA DE LA ETICA EMPRESARIAL
Enviado por berrinsin16 • 3 de Febrero de 2016 • Informe • 1.224 Palabras (5 Páginas) • 1.072 Visitas
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INSTITUTO UNIVERSITARIO DEL ALTIPLANO
LICENCIATURA EN ADMINISTRACIÒN FINANCIERA
ÈTICA ADMINISTRATIVA
(PRIMER CUATRIMESTRE)
“UNA VISIÒN PANORÀMICA DE LA ÈTICA EMPRESARIAL”
PROFESOR: L.A. CARINA OLVERA HERRERA
ALUMNA: DEISY PIÑA HERNÀNDEZ
FEBRERO 2015.
UNA VISION PANORAMICA DE LA ETICA EMPRESARIAL
La ética en la empresa no es sin más la suma de las conductas y valores de las personas que la forman, no cabe duda de que no pueden haber una empresa ética si las personas que la dirigen y que trabajan en ella no lo son.
Hegel decía que si la realidad no coincidía con sus ideas, peor par la realidad. Hegel no podría haber sido un buen empresario. Si valoramos la realidad de un modo que no se adecua a como la realidad es, el problema será nuestro, no de la realidad.
Un buen directivo debe estar no solo técnicamente preparado para llevar a cabo acciones económicamente eficientes, sino también éticamente sensibilizado para actuar con sentido de responsabilidad personal y social.
Según como las empresas estén organizadas y diseñadas influirán para bien o para mal en las personas. Es por tanto responsabilidad de quienes ocupan tareas de dirección conocer que acciones inducen a realizar en su gente y, en consecuencia, que tipo de personas están contribuyendo a desarrollar. Decía Peter Drucker que las empresas, a través de los bienes y servicios que ofrecen, crean a sus clientes. Pues bien, con mayor motivo, las empresas crean a sus trabajadores y directivos, a través de las decisiones y acciones que estos llevan a cabo.
Las empresas tienen el derecho de decirles a sus empleados como deben de actuar cuando lo hacen en nombre de la empresa; pero tienen además el derecho y la obligación de darles formación sobre estas cuestiones, y de crear entornos de trabajo que favorezcan el crecimiento personal de la gente y que no promuevan conductas inmorales.
Frente a esta visión “especializada” en que la ética aparece solo en términos de cálculo de costes y beneficios (como la de los interlocutores de Sócrates hace veintiséis siglos), es necesario proponer una visión “holística” de la empresa, entendida como una comunidad de personas que trabajan juntas, y que persiguen un objetivo suficientemente atractivo y amplio para implicar a todos los que participan en su actividad. No hay que confundir el objetivo del conjunto con el interés de cada una de las partes.
Esta es la reflexión que está en el trasfondo del debate sobre la Responsabilidad Social de la Empresa (RSE). Esta ha sido, en las últimas décadas, una moda. Algunos han visto en la RSE una cuestión de marketing o de relaciones públicas; para otros ha sido una herramienta de negociación política. Algunos la han visto como gasto más o menos necesario, debido a una mayor sensibilidad social; otros, como una inversión que se puede recuperar en un plazo más o menos corto de tiempo. Todas estas razones y motivaciones pueden estar presentes y jugar un papel en el interés por la RSE. Pero lo fundamental es ver la responsabilidad social como un requisito moral que surge de una reflexión sobre el papel de la empresa en la sociedad.
Lo que hay que advertir también es que, si las empresas no saben descubrir razones más profundas para interesarse por estas cuestiones, acabaran por desanimarse, porque se darán cuenta de que, si lo que les interesa es la imagen, hay formas menos comprometidas de conseguir los mismos resultados.
La responsabilidad social, entendida como un compromiso moral de la empresa en la construcción de una sociedad mejor, implica que las empresas integren criterios de responsabilidad social en sus propias operaciones. La RSE bien entendida no consiste en cómo se reparten los beneficios, sino en cómo se generan.
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