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Wena, profe


Enviado por   •  8 de Agosto de 2018  •  Tesis  •  30.905 Palabras (124 Páginas)  •  301 Visitas

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                        ¡Wena, profe!                

Síntesis:  Lo prohibido gusta más, sobre todo cuando una alumna se fija en el profe rico.

UNO

Por fin era viernes y ya faltaba poco para irse a la casa. Ahora me toca una prueba de inglés, siento que me va a ir bien, así que no estoy preocupá, pero debería. Ya que siempre que siento que me va bien en una prueba, me va como el hoyo.21

—¿Podí apurarte?—le pregunté a mi mejoro que estaba comiendo todavía.

—Ándate si querí—respondió con la boca llena.

—No—me reí.

Se tuvo que apurar sí o sí porque ya estábamos a cinco minutos de que tocaran el timbre. Cuando terminó nos fuimos a lavar los dientes y después a la sala.

—Esta vieja culiá siempre es impuntual—reclamó—nunca llega a la hora. ¿La viste hoy?.

—No, ¿y tú?—le pregunté.

—No, vi a un profesor nuevo eso sí. Quizás la venga a remplazar por hoy—habló y se sentó en mi puesto.

—Javier, sale de ahí po—me quejé.

—Ay, Ignacia. Siéntate aquí, en mis piernas—dijo sin importancia.18

—Ya—dije y me senté. Somos como hermanos, así que no nos pasamos rollo, y me importa un pico lo que digan los demás.

Entró un profesor y todos se sentaron en sus puestos, pero yo seguía con el Javier. Se notó como las minas empezaron a hablar de este profesor, que es super mino y aparte es jovencito.

Debería ser ilegal meter a un profesor así al colegio, porque puta que inspiran a pecar, ah. Yo me guardo los pensamientos porque hablo súper poco con mis compañeros de curso, me caen como el hoyo la mayoría, con cuea hablo con una niña y el Javier, que es mi mejor amigo.12

—Buenas tardes—saludó y todos le respondimos el saludo—la profesora Ivonne no pudo venir, pero yo les haré la prueba, seré el practicante y cualquier duda me preguntan a mí, ahora sepárense.14

—Profe, una consulta—habló la maraca de la Renata—¿cómo se llama?.10

—Alex—respondió y me miró a mí. Me hizo una seña de que si me podía acercar.2

¿Kien io? Me tomó de sorpresa la hueá. Me paré y fui hacia donde él estaba.1

—Primero, no pueden estar así con tu pololo porque sabes cómo son las inspectoras de aquí, y segundo....3

—No es mi pololo—dije enojá

—Pensé que sí, disculpa...

—Ya, ¿qué necesitaba?—pregunté para poder irme a mi puesto.

—Me puedes hacer un favor?—preguntó en voz baja y asentí con la cabeza—por mientras que paso la prueba, ¿me puedes ir a buscar unas guías que dejé en la sala de profesores?.8

—Sí, ¿en qué parte?—pregunté.

—A penas entras, vai a ver una mochila negra con blanco, están ahí adentro.5

—Ya, dale.

Su aliento tenía olor a menta, su voz es ronca, ¡el hueón es muy mino!, la cagó pa' ser tan mino, pero puta que me decepcionó al decirme eso del pololo. Fui a la sala de profesores y encontré al tiro la mochila. Saqué las guías y las saqué un poco rápido, lo cual hizo que su carnet cayera al suelo.

Sapeé la fecha de nacimiento y tiene veintitrés años, igual no es viejo el hueón... puta, pa' mí sí, recién cumplí diecisiete. Subí rápido a la sala y ya todos estaban en la prueba. Vi al Javier sentado en mi puesto.14

El único puesto que quedaba disponible era justo al frente de le profesor... Javier culiao, ahora no me dejará copiar.1

—¿Cuál es tu nombre? —me preguntó el profesor.

—Ignacia.3

—Ignacia... toma, aquí está tu prueba. ¿Quieres que te la explique? Cuando la estaba explicando estabas en la sala de profesores—me miró a los ojos.

Hay se me pega la mira7

—Bueno.

Se puso al lado mío me empezó a explicar en qué consistía. Lo único que pude fijarme con claridad fue en sus lindas clavículas y su sexy voz.

—Y eso es todo, ¿alguna duda? —preguntó y negué con la cabeza-perfecto. Y discúlpame por la primera impresión—sonrió y se fue.

Se fue a sentar a su puesto, el cual estaba al frente mío.

Hice casi toda la prueba, pero me faltaba la primera del ítem uno. Puta la hueá, lo peor era que ya todos estaban terminando y yo ahí pegada.3

—Ya po profe, sópleme la uno—dije y me reí.

Vi como sonrió y negó con la cabeza. Miró a los demás para ver si estaban pendientes y me dijo en un susurro.

—Es la A—se rio y después se hizo el loco.69

¡Wena, profe! —me reí y le entregué la prueba—gracias.

Miré la hora y faltaban quince minutos para salir del colegio. El profe carraspeó y todos le pusimos atención.

—Les voy a dar este rato libre, pero primero quiero que anoten una tarea, es corta y no es aburrida—dijo—es para que hagan algo al menos. Quiero que le hagan esta entrevista, o encuesta, como quieran llamarlo a una pareja, ya sea a sus papás, a parejas que vean en la calle... cualquier cosa sirve, incluso la pueden inventar ustedes—terminó de decir y empezó a repartir las guías que yo había ido a buscar hace un rato atrás.

—¿Es con décimas? —preguntó el Javier.

—Es con nota al libro, el que no lo traiga el lunes tiene un uno—respondió e hizo una mueca.

—¡Qué entretenido, profe! —habló la Renata—me encanta hacer entrevistas. ¿Tenemos que redactar todo en inglés?.11

—No hueona, en italiano—le respondí en un tono pesado—obvio que en inglés.8

—Uy, le estaba preguntando al Profe, no a ti...

Oh, la hueona inmadura por la chucha.

—Le iba a responder lo mismo señorita...—se quedó callado para que ella dijera su nombre.5

—Renata, me llamo Renata—sonrió.

—Ah, e Ignacia... vocabulario—se rio y yo sonreí.

—Sí po—dijo la Renata.

El profe ni la pescó y terminó de repartir las guías que tenía.

...

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