Crisis Cafetera

En el Huila la caficultura tiene aroma de mujer

Jueves, 27 Diciembre 2012 00:05

• Escrito por La Nación

En la vereda Alto Cañadas, a una hora del área urbana del municipio de La Plata, un grupo de mujeres campesinas viene liderando una ‘revolución cafetera’.

En la vereda Alto Cañadas, a una hora del área urbana del municipio de La Plata, un grupo de mujeres campesinas viene liderando una ‘revolución cafetera’. Ellas con esfuerzo y dedicación han tomado las riendas de la caficultura por medio de un grupo asociativo de mujeres productoras de café, el cual es ejemplo a seguir en Colombia. INFORME ESPECIAL LA NACIÓN, NEIVA María Rubiela Ico Ramírez es una aguerrida mujer de 46 años de edad, que toda su vida la ha dedicado a la agricultura. Desde muy joven aprendió a labrar la tierra y las labores propias del campo, actividad que según ella ha sido su principal bendición, pues le ha permitido sacar adelante su hogar junto con su esposo en su pequeña finca ubicada en la vereda Alto Cañadas, en el municipio de La Plata. Sin embargo, la necesidad de mejorar su calidad de vida y de tener un ingreso extra para ayudar con los gastos del hogar la llevaron a dirigir una ‘revolución cafetera’, que hoy es modelo a seguir en Colombia y que ha contribuido al liderazgo cafetero que hoy tiene el Huila en Colombia. Dejando a un lado el machismo y el imaginario de que la caficultura es una actividad exclusiva del sexo masculino, María Rubiela con el apoyo de 300 campesinas de las zonas rurales de La Plata lideran la Asociación de Mujeres por la Equidad de Género (Asmequidad), la cual aglutina a mujeres cafeteras que en la actualidad están sembrando uno de los mejores cafés producidos en el Huila, granos que se comercializan en los mercados más selectos de Colombia y el mundo. Estas mujeres de éxito han demostrado que la caficultura no únicamente es una actividad desarrollada sólo por hombres, sino que por el contrario en el Huila también es liderada por campesinas que cosechan prosperidad y un grano de excelente calidad. “El proyecto inició hace tres años por medio Asmequidad, asociación que conformamos unas 300 mujeres cafeteras de La Plata que están ayudando al desarrollo de la caficultura en esta zona del Huila. Inicialmente nos reuníamos a recibir capacitaciones sobre cómo producir café, asesorías técnicas, nociones para manejar una empresa y posteriormente el Comité Departamental de Cafeteros nos dio las bolas para enchapolar y luego empezamos a sembrar nuestro propio café. Hoy gracias a esta iniciativa tengo 2.000 palos de café que he sembrado yo con mis manos y que entraron a ayudar a la economía de mi hogar, más las 1.500 matas de café que ha sembrado mi esposo”, narró María Rubiela. Las mujeres cafeteras del municipio de La Plata producen un café especial, de variedad Castilla, el cual es ampliamente reconocido por su calidad. Ellas hacen parte del selecto grupo de mujeres cafeteras que existe en el surcolombiano, lo cual les abre una gran posibilidad en el contexto nacional, tal como se los ratificó el propio gerente de la Federación Nacional de Cafeteros, Luis Genaro Muñoz. Recolectar las cerezas en el punto exacto, ni verdes, ni sobremaduradas, despulparlas bien y secar los granos al sol, de forma tradicional, son algunas de las tareas que diariamente realizan estas mujeres cafeteras huilenses para producir un buen café, tarea que día a días está siendo valorada por todos los actores de la industria cafetera en el país. “Esto es algo muy bonito, una experiencia inolvidable, casi un sueño. Es un cambio de vida impresionante, pues estamos aportándole a la caficultura del Huila y al liderazgo que en este momento tiene nuestro departamento en la producción de café”, destacó Rubiela Ico. Cambio cultural Las mujeres cafeteras han demostrado que no se trata de competir o relegar a los hombres, sino de trabajar en equipo. Y aunque en un principio muchos pensaron que la iniciativa no tendría continuidad, el trabajo que viene liderando Asmequidad ha demostrado que en la caficultura la mujer también juega un rol importante, modelo asociativo que ha sido ejemplo para varias regiones cafeteras de gran tradición en Colombia como el Eje Cafetero, Cauca y Antioquia. “Nosotras estamos ayudando a transformar la caficultura, pues aunque todo el mundo piensa que es una actividad propia del hombre, estamos demostrando que la mujer también tiene parte en esta actividad. En el caso mío, con los 2.000 palos de café que tengo, estoy ayudando a los gastos del hogar, a mejorar la calidad de vida y a que mis hijos salgan adelante, al punto que mi esposo siempre me ha apoyado y me ayuda con consejos sobre cómo cultivar un buen café y esta actividad se la voy a heredar a mis hijos”, comentó Doña María Rubiela. Junto con Doña Rubiela, en la vereda Alto Cañadas, más de 30 mujeres hacen parte del grupo de mujeres cafeteras. Cada una de ellas cuenta con 2.000 palos de café en plena producción, granos que hasta el momento han tenido gran aceptación en el mercado local y nacional por su calidad y sabor. “Para mí ha sido una oportunidad muy buena este proyecto, pues antes tenía 1.500 palos sólo de mi esposo,

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