DISCAPACIDAD VISUAL Y SIMCE

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DISCAPACIDAD VISUAL Y SIMCE

A lo largo  de  la historia siempre ha existido gente con discapacidad visual. Anteriormente la gente que presentaba algún tipo de discapacidad era conducida a hospitales o algún otro tipo de institución, con una formación escasamente baja  si es que se podía, según los recursos y los medios para que esta pudiera ser desarrollada. Es  así como el  francés Valentín Haüy  a finales del siglo XVIII  pone atención principalmente en los no videntes  y las necesidades que estos presentaban.

En el siglo XIX, se crea el  sistema braille, el  cual está basado en símbolos formado por seis puntos, de 64 terminaciones, que permiten leer letras, números e incluso la música. No es idioma, sino que es un código, que puede ser captada por las terminaciones nerviosas de las yemas de los dedos.

Su creador, Louis Braille (1809-1852), quien a los tres años quedo ciego y pese a su discapacidad se destaco como un excelente músico y alumno, fue modificando y adaptando este sistema de puntos que actualmente se utiliza en varios países, y que a permitido que los no videntes accedan a información antes inaccesible.  

Así como antiguamente el interés por los no videntes era escaso, en la actualidad esta situación no ha tenido variaciones considerables. La integración de los invidentes es un tema que provoca discusiones en todos los niveles gubernamentales, donde  existe una preocupación por integrar a los alumnos para que tengan los mismos derechos que los estudiantes videntes.

GARANTIAS DE IGUALDAD EN LA EDUCACIÓN DE NO VIDENTES.

En el marco del desarrollo académico de los estudiantes no videntes, para efectos de este ensayo, no situaremos en las posibilidades de los estudiantes de participar en el Sistema de medición de la calidad de educación (SIMCE).

El SIMCE es un sistema de evaluación al cual se enfrentan todos los estudiantes de enseñanza básica y media, de manera tal de medir los resultados del aprendizaje, teniendo como objetivo mejorar la calidad y equidad de la educación, establece parámetros respecto al desempeño de los estudiantes en sus diferentes niveles, y permite establecer líneas comparativas  entre los diferentes contextos sociales donde se desarrolla el proceso educativo.

El Diputado Bobadilla, miembro de la Comisión de Educación del Senado, el SIMCE  afirma que “…es el sistema nacional de evaluación del ministerio de Educación, cuyo propósito principal es el de contribuir al mejoramiento de la calidad y equidad de la educación, informando sobre el desempeño de los alumnos y alumnas en distintas áreas de aprendizaje. Sin embargo, y no obstante estos objetivos globales de medición a todos los alumnos, muchos de ellos se han visto afectados por la imposibilidad de rendir este examen por padecer ceguera, ya que los formatos para su rendición no están en sistema Braille….”

Los estudiantes con discapacidad visual se encuentran imposibilitados de rendir la prueba SIMCE ya que esta no está traducida al sistema braille. Un ejemplo muy comentado fue el de Ignacia Picas, quien con un promedio de notas de 6,8, se preparo para enfrentar la evaluación, pero no pudo rendirla. Sus padres, molestos por esta situación de vulnerabilidad de los derechos de su hija, realizan denuncias en medios de prensa, así estampan en parte la desilusión y desazón, más aún están seguros del desconocimiento de las autoridades frente a las técnicas modernas que existen para que ningún discapacitado quede fuera de los procesos.

De acuerdo a lo que afirma el Gobierno, las condiciones comenzarían a operar durante el 2008, y aquí se velaría por los derechos de las personas no videntes, ahora bien los expertos, señalan la imposibilidad de elaborar una plantilla en sistema braille para realizar la evaluación. La calidad de esta prueba y el modo de evaluación que esta presentaría, debe ser, a juicio de las autoridades gubernamentales “una prueba que favorezca y no que desfavorezca”, debe además ser evaluada la complejidad de los contenidos. Pero sin dudas y al parecer, de acuerdo a estos antecedentes el paso final es el trabajo concienzudo y sistemático para analizar los contenidos y contar con profesionales que se dediquen a elaborar la evaluación en sistema braille.  

El Gobierno aún no establece una medida clara de trabajo para la integración de las personas no videntes, lo que podría ser denominado como una falta de voluntad con los invidentes. Frente a esto ¿cual será el problema principal? Tal vez falta que la población manifieste y demande sus necesidades, o bien comprender que los  niños con ceguera que no tiene otras discapacidades generalmente pueden ser integrados en un aula regular, pero siempre necesitarán apoyo y material didáctico especial para entender los conceptos y procesos nuevos.

Actualmente el único avance en materia de integración de no videntes se manifiesta en la elaboración de textos en sistema braille, lo cuales fueron entregados el año 2007. Estos textos han sido entregados principalmente en las escuelas especiales, pero ¿qué pasa con los estudiantes no videntes que se encuentran en establecimientos tradicionales en su formación? Tal vez la respuesta es que las personas con discapacidad están destinadas sólo a acceder a educación especial y no pueden integrarse en medios comunes de la sociedad, donde se encuentran personas que no son discapacitados o mejor dicho tiene otras habilidades.  Pero esta discriminación no es casualidad, a veces la única posibilidad de acceder a la educación son las escuelas especiales, sin considerar las características individuales de los estudiantes, ya que esos estudiantes son aquellos que otros establecimientos se niegan a admitir.

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