Derecho EL REINADO DE LA LUZ
Enviado por Misael Luna • 22 de Febrero de 2018 • Apuntes • 3.777 Palabras (16 Páginas) • 133 Visitas
VIII
EL REINADO DE LA LUZ
Entre los inventos del siglo XIX – la aspirina, los plásticos y las leyes de la termodinámica –esta la imagen del artista como un genio solitario e incomprendido. En la década de los 1800 ya no era un oficio sino una profesión, era respetable honrada y moribunda. No tenía nada de novedoso que los artistas vivieran y murieran en la pobreza. Es verdad que los impresionistas adoptaban un estilo y una técnica más populares en aquellos cuadros que esperaban vender, la ecole des beaux - arts. De parís aquí los estudiantes no aprendían casi nada acerca del color; rara vez les permitían aplicar colores puros sobre el lienzo .El énfasis estaba en el dibujo, la línea, la forma, la luz y la sombra. Aun cuando se considera que un estudiante dibuja lo suficientemente bien para sostener un pincel, su primer tarea era copiar los cuadres de los viejos maestros de Louvre. El único lugar en donde los artistas jóvenes de parís podían exponer sus obras ante un gran público era el salón que organizaba cada año la academia francesa. El jurado esperaba que las obras tuvieran el acabado liso y brillante que estaba de moda por entonces. Los nuevos estudios radicales no tenían casi ninguna posibilidad de ser elegidos. No en balde los artistas –Pissarro, Monet, Renoir, Manet y Degas los más prominentes entre ellos- causaron escándalo y sensación, cuando no fueron sencillamente blanco del ridículo. Se estimaba que sus obras burdas, inconclusas, desordenadas y que desarrollaban temas indecorosos. El impresionismo fue un movimiento motivado por la ineluctable integridad de los artistas, por su necesidad de indagar en vez de obedecer sumisamente
CAMINO HACIA LA LUZ
El dualismo simplista cataloga a ingres como el equivalente del clásico romántico Delacroix: un pintor conservador que defendía la línea ancestral debate contra el color , que enarbolaba la razón frente a la pasión de la Delacroix . Quizás el mejor juicio fue el de Baudelaire cuando dijo que ingres era despótico, “un hombre lleno de tozudez ,sumamente dotado de facultades que el no poseía” y sin embargo ingres y Delacroix tenían muchas cosas en común si solo hubieran accedido a reconocerlo. Ambos eran soberbios coloristas , aunque ingres no concedía a mayor importancia . y Delacroix, aunque progresistas en muchos sentidos ,compartía en muchos sentidos, compartía la creencia de ingres de una jerarquía de los temas pictóricos : las obras basa das en temas grandiosos motivos clásicos de la historia ,para los mitos y la religión eran intrínsecamente superiores a los paisajes , naturalezas muertas y las representaciones de la vida cotidiana .
PASION POR EL PURPURA
palabra griega que generalmente se asocia con la púrpura es porphyra, que en latín se escribe purpura. Per o a lo largo y ancho del mundo antiguo y medieval, purpura significaba también un matiz r ojo oscuro o carmín Los fenicios se aventuraron a abandonar Creta alrededor del 1600 a. C. Una historia cuenta que el éxodo estuvo instigado por su amor a la fabricación de tintes, par a el que utilizaban el amoniaco de la orina rancia; este negocio desagradable hacía que los sectores refinados de la sociedad marginaran a los tintoreros fenicios El tinte se extrae de dos especies de moluscos oriundas del mar Mediterráneo, cuyos nombres latinos son buccinum (Thais haemastroma) y purpura (Murex brandaris). Los color antes se producen en una glándula llamada la “flor ” o “floración” cerca de la cabeza del molusco, que contiene un fluido de color claro. Este líquido se extrae o bien rompiendo las conchas , Este espléndido color estaba estrictamente reservado par a las altas jerarquías de la Roma republicana. Sólo un general triunfante podía vestir una túnica de púrpura y oro, mientras que a los generales en campaña se les permitía usar una túnica sólo de púrpura. No se entiende por qué un molusco habría de producir una variante tan cercana (los químicos dirían un derivado) de una sustancia compleja presente en una planta. Esta “segunda variedad” pudiera ser el resultado de la degradación de la púrpura . El glasto se utilizaba como tinte en toda Europa septentrional, hasta que fue suplantado por las importaciones de índigo de la India desde principios del siglo XVII. La fermentación libera grandes cantidades de amoniaco, quizás uno de los primeros ejemplos de emanaciones “industriales” tóxicas. En consecuencia, los cultivadores de glasto tendían a ser nómadas, dejando a su paso tierras exhaustas e infértiles. Sin embargo, ya fuera por inexperiencia en su manejo o por algún rumor malicioso, se corrió la voz de que no era de fiar: fue denunciado en la Alemania del siglo XVII como “pernicioso, engañoso, devastador y corrosivo”. Incluso hasta finales del siglo XVIII los tintoreros de Núremberg tenían que declarar bajo juramento que nunca lo utilizarían; aunque esto sería más bien una formalidad, pues en esa época ya había desplazado al glasto en toda Europa. A mediados del siglo XIX, el uso del color en la industria textil obedecía a un nuevo criterio: la moda. Una vez engendrada por la floreciente revolución industrial, la próspera clase media inició el proceso de convencer a la población de Europa (en particular a las mujer es) de que la correcta elección de sus atuendos era una cuestión de suprema importancia. En 1857 el tintorero escocés John Pullar entusiasmó al químico William Perkin con la posibilidad de conquistar a “esa clase todopoderosa de la Comunidad, las Damas” con el nuevo tinte de Perkin. Extraer los tintes de sus fuentes naturales y fijar los en las telas requería una destreza química cada vez mayor. A lo largo de la segunda mitad del siglo XVIII los fabricantes de tintes fueron comprendiendo cada vez más la importancia de asesorarse con químicos profesionales La principal novedad en la década de 1730 fue la introducción del proceso del “azul inglés”, llamado en Inglaterra pensil blue. Hofmann y sus estudiantes descubrieron que la destilación del alquitrán de hulla produce toda suerte de hidrocarburos diferentes, incluyendo benceno, xileno, tolueno, naftaleno y antraceno. Todos estos compuestos poseían un olor intenso (de ahí que se les llame “aromáticos”) y tenían una alta proporción de car bono e hidrógeno, en r elación con los compuestos de par afina, como metano, etano, propano y butano, que se encuentran en el petróleo crudo. Los brillantes cristales amarillos del ácido pícrico fueron el primer indicio de que las sustancias aromáticas de alquitrán de hulla constituían la materia prima potencial de compuestos de un color ido sorprendente. A mediados de la década de 1850 Hoffman encomendó a uno de sus jóvenes estudiantes, William Henry Perkin, la obtención de quinina sintética. Perkin dedujo, casi con sólo contar los átomos, que dos moléculas de aliltoluidina podían combinar se con oxígeno generando una molécula de quinina y otra de agua. Cuando Perkin trató la aliltoluidina con el agente oxidante dicromato de potasio todo lo que obtuvo fue una pasta marrón rojiza. El descubrimiento de Perkin, aunque sorprendente e inesperado, no marcó por sí solo un hito en la fabricación de tintes Aun al más torpe de los químicos le parecería improbable que la púrpura de anilina fuese el único matiz rico que podía obtener se de los derivados del alquitrán de hulla. Muchos empresarios se pusieron a experimentar con la anilina, a menudo armados tan sólo de determinación y empirismo. El propio Hofmann descubrió en 1863 que el r ojo de anilina, tratado con yoduro de etilo, producía un compuesto violeta. Este violeta de anilina, fabricado con licencia por Simpson, Maule y Nicholson en 1864, se convirtió en un fuer te competidor del malva de Perkin. Cuando los artistas comenzaron a utilizar los color es de alquitrán de hulla, su deterior o era a veces tan rápido —tenía lugar en cuestión de días— que los nuevos materiales no tardaron en adquirí mala fama. Así pues, no abundan en el arte del siglo XIX.
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