Desarrollo Humano Local Sustentable

Como ciudadanos, piezas fundamentales de la sociedad, hemos venido desarrollando la necesidad de mejorar, crecer y evolucionar junto a la incorporación de la modernización, industrialización y expansión tecnológica, progreso y urbanización, en síntesis, a la aceptación plena de que el capitalismo es la única vía civilizatoria para todas las sociedades atrasadas. Esta idea fue impuesta al resto del mundo a través de la racionalidad instrumental de la modernidad, por la vía de la colonización del pensamiento, de la cultura, de la economía (a través de la producción y del comercio), o simplemente por la vía de las armas, la violencia y el sometimiento. Ante este modelo económico y social basado en el control, sobreexplotación y degradación surge el desarrollo humano con el fin de situar al ser en el centro del desarrollo. Los ejes centrales de este concepto son la equidad y la participación, pues conciben a la sociedad desarrollada como una sociedad equitativa que solo es posible por la participación de todas las personas. Desarrollarnos es un proceso inevitable, cubrir nuestras necesidades básicas y complementarias, vivir en un entorno social donde se respeten los derechos humanos ha sido una búsqueda constante, desarrollarnos socialmente dentro de una localidad en la que se nos permita ser y hacer aquello que deseamos y de esta manera nuestras distintas formas de pensamiento encuentren dentro de la comunidad opciones para poder nutrirse y pues bien, desarrollarse.

Según Moacir Gadotti (2002:52), “el desarrollo podía ser un proceso integral que incluyera dimensiones culturales, éticas, políticas, sociales y ambientales, y no sólo económicas”. El desarrollo social se basa en eso, no solo en los avances tecnológicos o económicos que una sociedad pueda lograr, sino también en aquellas necesidades que como individuos necesitamos, como lo especifica la pirámide de Maslow donde lo primordial es lo fisiológico como lo es respirar, alimentarnos, descansar, el sexo y cumplir nuestra homeostasis; luego la seguridad tanto física como moral, de empleo, de recursos, familiar, de salud y de nuestra propiedad privada; a mitad de la mencionada pirámide entran nuestras afiliaciones, sean sociales, de amistad, afecto e intimidad sexual , le sigue el reconocimiento, auto reconocimiento, confianza, respeto y éxito; y por ultimo nuestra autorrealización donde entran las necesidades que engloban la moralidad, la creatividad, espontaneidad, falta de prejuicios, aceptación de hechos y resolución de problemas, evidenciándose en ésta la necesidad de “ser”, nuestra motivación de crecer y llegar a cumplir aquello que nos planteamos en nuestra mente como objetivo. Este se halla en la cima de la pirámide porque es la que define nuestra justificación a la vida.

El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) define al desarrollo humano como “el proceso de ampliar la gama de opciones de las personas, brindándoles mayores oportunidades de educación, atención médica, ingreso y empleo e incluso tiene que ver con el total de opciones humanas, desde un entorno físico en buenas condiciones hasta libertades políticas y económicas” (PNUD 1992:18). Sin lugar a dudas se trata de un concepto amplio e integral basado en la idea de bienestar de la población, que ayuda a distinguir entre dos aspectos del desarrollo humano: uno, es la formación de capacidades humanas como un mejor estado de salud o mayores conocimientos; el otro, es el grado en que los individuos emplean las capacidades adquiridas.

Esta concepción requiere que la medición del nivel de desarrollo humano de un determinado país, comunidad o grupo social, no se base solamente en componentes económicos que, aunque también son importantes considerar, constituyen una aproximación incompleta dado la complejidad del proceso señalado.

Para lograr el desarrollo humano en el 2000 se plantearon ocho objetivos, conocidos como objetivos del milenio, estos ocho propósitos tratan problemas de la vida cotidiana que se considerar como graves. Dentro de estos objetivos se busca acabar con la pobreza y con la desigualdad social, proteger la biodiversidad reduciendo la tasa de pérdida de diversidad ecológica reguardando los árboles que tienen un enorme potencial en la contribución nutrientes y son un medio de subsistencia para las poblaciones

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