Diversidad E Inclusión
Enviado por dianamerlos • 23 de Febrero de 2015 • 1.323 Palabras (6 Páginas) • 297 Visitas
Nuestra educación enfrenta problemas graves que impiden que los niños y adolescentes ejerzan plenamente su derecho a una educación de calidad.
Se quiere lograr que todos los alumnos participen en experiencias educativas que propicien e desarrollo máximo posible de sus potencialidades; es decir, que dispongan de iguales oportunidades.
La educación es el mecanismo por excelencia para asegurar a que las personas con discapacidad logren su plena incorporación a la vida social y el trabajo productivo, por esta razón es necesario actuar con urgencia para superar estos problemas.
La exclusión social es el más amplio y no solo implica pobreza económica, incluye todo tipos de problemas de acceso a la vivienda, a la salud, a la educación, el empleo, problemas en los que se ven envueltos, de manera más o menos constante 18 millones de personas que no tienen trabajo.
La educación puede ser un factor de cohesión social si procura transformar la diversidad de un factor positivo de entendimiento mutuo entre los individuos y los grupos humanos y al mismo tiempo evitan ser un factor de exclusión social.
Hay una gran cantidad de alumnos y alumnas que durante mucho tiempo han sido excluidos debido a las discapacidades con las que cuentan. La educación especial hace el énfasis en la necesidad de eliminar las barreras limitaciones que pudieran tener cada uno de los alumnos ya que son las que producen la desventaja y la exclusión social.
En el ámbito de la Educación Especial el término diversidad va adquiriendo cada vez una mayor relevancia. Esto supone un cambio muy profundo en los presupuestos ideológicos, políticos, económicos, sociales y educativos que han venido caracterizando la atención dispensada a las personas con alguna discapacidad.
La diversidad está presente en el ser humano desde el momento que cada persona tiene sus propias características, distintos ritmos de aprendizaje que en interacción con su contexto se traducen en distintos intereses académicos-profesionales, expectativas y proyectos de vida.
Además de estas manifestaciones, podemos encontrar otras de carácter individual, como pueden ser las deficiencias intelectuales, físicas, sensoriales, altas capacidades, o aquellas otras que se manifiestan en contextos socioculturales desfavorecidos o relacionados con las minorías étnicas y culturales.
Por tanto, cada vez es más evidente que las formas tradicionales de escolarización ya no son lo suficientemente adecuadas para atender a la diversidad del alumnado presente en las aulas, por lo que se requiere del sistema educativo un ajuste en sus respuestas que haga posible que la enseñanza llegue a todo el alumnado.
En la actualidad, el término diversidad está introduciendo nuevos matices en el ámbito de la Educación Especial, al ser considerado como un principio ideológico no susceptible de ser operativizado, que se configura cada vez más como un sistema de valores y creencias que proporciona el camino para la acción y el comportamiento. De igual forma, establece la idea de que diversos somos todos, no sólo los alumnos con discapacidad. Se requiere, por ello, un cambio en la organización de los centros educativos y en las estrategias de enseñanza aprendizaje utilizadas en los mismos. A pesar de esta circunstancia, cabe recordar que la preocupación por la atención a la diversidad no es del todo una novedad, sino que ha estado presente en el sistema educativo durante las últimas décadas del siglo XX, como indica el gran esfuerzo realizado durante el mismo por individualizar la enseñanza, estableciéndose políticas y prácticas educativas para compensar las desigualdades.
Los factores socioculturales relativos a la diferente procedencia social, cultural o geográfica de las familias pueden generar diversidad en el aula, puesto que representan diferentes costumbres, sistemas de valores, etc. Asimismo, la pertenencia a determinadas minorías étnicas genera diversidad puesto que puede representar diversas religiones, creencias, hábitos, costumbres, idioma, etc. Tener en cuenta estas características supone dar una respuesta específica adecuada que compense las desigualdades y garantice los principios de igualdad y equidad. El nivel socio-económico-familiar (profesión de los padres, nivel de estudios) puede producir diferencias de valores, riqueza de vocabulario y expresión,
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