Diversidad en la escuela Argentina

Diversidad, Normalidad, Lo Común, Anormalidad, Identidad, Educación

Cuando hablamos de educación inclusiva nos remitimos a temas de gran interés y relevancia no solo en el ámbito educativo, sino también a nivel social. En una sociedad como la actual, donde el conocimiento, las tecnologías y la mercadotecnia juegan un papel crucial en la formación de los individuos, es pertinente una educación con una visión de inclusión y atención a la diversidad, a partir de las cuales se logre configurar un proyecto ético.  Lo anterior, implica una actitud de reconocimiento de cada sujeto, independientemente de su lugar en la estructura social o en el espectro de identidades o pertenencia cultural, desde esta perspectiva una educación inclusiva apunta a la construcción de un vínculo entre el docente y cada uno de sus estudiantes basado en el pleno reconocimiento y el respeto mutuo. De esta forma, los retos de la sociedad del conocimiento, demandan la inclusión de todos los individuos, participando de manera colaborativa para resolver los problemas del contexto. Es por ello, que la inclusión educativa vista como un proceso social es un tema clave en la socioformación.

Para Skliar, la educación entraña complejos procesos sociales que tienen como punto de partida el concepto de infancia como  una construcción histórica que la define como un proceso incompleto e inacabado que debe ser moldeado para convertirse en un adulto servil a los requerimientos de la sociedad en la que vive. Es decir que se adecue a los parámetros de normalidad de una sociedad que no ve con buenos ojos a aquello que escapa a la norma. Estos procesos de integración que se llevan adelante durante la trayectoria de formación formal en el ámbito educativo tienen fines correctivos en el cual todos los agentes de este proceso intervienen para normalizar  borrando la identidad del otro.   La clasificación de los alumnos en parámetros de  normalidad/anormalidad se ha constituido socialmente, instalando una serie de demarcaciones y marcas en los sujetos que instauran aún más esta dualidad, con la cual el primer término define el orden y el segundo término debe ser controlado, corregido y castigado por intervenciones específicas que se dan principalmente dentro del ámbito educativo.  Esta designación de alteridad no es más ni menos que una de las típicas estrategias coloniales para mantener intactos los modos de ver y de representar a los otros, y así seguir siendo, nosotros, impunes y distantes. Para Skliar,  la discapacidad es una idea cuyo significado está íntimamente relacionada con el de la normalidad y con los procesos históricos, culturales, sociales y económicos que regulan y controlan el modo a través del cual son pensados e inventados los cuerpos, las mentes y el lenguaje de los otros. Así mismo el autor dice que la discapacidad sería un problema creado por la propia cultura. La identidad del anormal, de la cual el discapacitado forma parte, como también el señalado como joven,  extranjero, indio, y  mujer. Este, como tantos otros, es un orden que clasifica, da sentido, da identidad, y separa lo común de la alteridad. Esta construcción de lo anormal construye a su vez a un otro que encarna nuestro más sentido temor de lo incompleto, imperfecto e incapaz. Este es el cuerpo que pensamos y construimos culturalmente.

A lo largo de la historia se ha naturalizado la idea de que ese otro es anormal y se lo ha convencido de que está mal ser lo que es, y al cual le queda un largo recorrido de retorno a lo normal, para que pueda acercarse a ser como nosotros.  En palabras de Skliar ”La educación especial no existe, sino que se trata de una invención creada a partir de la idea de normalidad que da origen a lo que llamamos normalidad como parte de la retórica cultural.  Es asi como seguimos caminando los mismos caminos y reproduciendo los términos ya producidos mientras la educación, en general no se preocupa por el otro sino que se obsesiona con la alteridad. Es tiempo de considerar que las prácticas que producimos actualmente son las mismas prácticas que venimos reproduciendo a lo largo de nuestra historia escolar.

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