¿Educación Cívica Y Constitucional O Educación Para La Ciudadanía?

Cuando se imparte la Educación para la Ciudadanía (EpC) en los jóvenes, se fortalece el desarrollo de competencias básicas contempladas en la enseñanza obligatoria desde muy temprana edad, en Colombia. Así, en relación con la competencia social y ciudadana, la formación contempla el ámbito de lo personal y lo público, propiciando la adquisición de habilidades para vivir en sociedad y saber ejercer una ciudadanía democrática. En la Epc hay un deseo de que los jóvenes estudiantes crezcan como personas dignas e íntegras mediante el ejercicio de su autonomía, el crecimiento de la autoestima y la afirmación de la identidad personal. La apropiación de los contenidos sobre la convivencia, la participación, el conocimiento, el respeto de la diversidad y el rechazo a la discriminación y la injusticia pretenden ayudarle a superar aquellas situaciones de conflicto a través del diálogo. También con la EpC, los docentes pretendemos lograr la interiorización de la solidaridad y el compromiso personal del joven estudiante, que favorece la asimilación de destrezas para su buen convivir.

En la Declaración Universal de los Derechos Humanos, considerando que la libertad, la justicia y la paz en el mundo se basan en el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana, también incluye algunos contenidos sobre la Convención del Niño, y a ello se refiere la Constitución Política de Colombia en su articulo 44, resaltando los derechos fundamentales de los niños: la vida, la integridad física, la salud y la seguridad social, la alimentación equilibrada, su nombre y nacionalidad, tener una familia y no ser separados de ella, el cuidado y el amor, la educación y la cultura, la recreación y la libre expresión de su opinión; de tal suerte que el estudiante podrá conocer, en la línea de la Didáctica de las ciencias sociales, los fundamentos de la organización de las sociedades democráticas; nos preguntaríamos, entonces ¿Existe una relación necesaria entre la formación y la didáctica de las ciencias sociales?, ¿Por qué hablar de democracias humanas actualmente?. Si nos remontamos, por allá en los años sesenta, Según Burdeau (1959), “la democracia es hoy una filosofía, un modo de vivir, una religión y, casi accesoriamente una forma de gobierno”. Todas las estructuras políticas que surgieron desde los cimientos hasta comienzos del siglo XX, se levantaron ante la sociedad como edificios democráticos, sin importar si las realidades corresponden a realidades políticas auténticamente democráticas, o simplemente sirven para disfrazar unos poderes de hecho que funcionan de otra manera; lo que si es evidente es que la democracia se utiliza frecuentemente por que es un principio de legitimización de poder. Ya a mediados del siglo XX, este asunto cogió tanta fuerza que se convirtió en el único principio de legitimización política, y hasta el presente este tipo de democracia se ha venido imponiendo en algunos territorios y habrá algunos que lo acepten o lo rechacen.

Asimismo en esa consolidación de las sociedades y su organización, se considera la identificación de los deberes ciudadanos, la asunción de hábitos cívicos y el saber respetar la pluralidad de ideas. Con respecto a la competencia ciudadana ‘para aprender a aprender’, la EpC estimula las habilidades sociales, el trabajo colaborativo, la participación y la argumentación. De la misma manera se facilita el acercamiento a las diferencias sociales, culturales y económicas, lo que implica una valoración crítica de las situaciones de marginación. La justicia global en todos los territorios del mundo induce a la reflexión y al debate sobre cómo construir un mundo más justo, equitativo y en paz. Así como lo proclama la Asamblea General en la declaración universal de los derechos humanos, donde todas las comunidades deben buscar el bien común y esforzarse para que tanto los individuos como las instituciones, se inspiren en ella y la promuevan mediante la enseñanza y la educación, el respeto a estos derechos y libertades. Todas estas temáticas relacionadas con los derechos de todos y el respeto a la diferencia ha generado un rechazo y resistencia de algunos actores de la sociedad contemporánea, ya que algunos padres de familia alegan que el adoctrinamiento y la educación en valores es competencia exclusiva de ellos. La percepción que se tiene es que el proceso educativo escolar siempre ha estado vinculado a los valores de la sociedad de su época, y que conocer y debatir los de la nuestra en los establecimientos educativos respetando las sensibilidades, lejos de ser un adoctrinamiento, es un aprendizaje en el respeto y a la diferencia, que por el hecho de serlo no pierde sus derechos. Queda un mensaje reflexivo para aquellos padres que se resisten a aceptar que los maestros y profesores de la enseñanza básica (primaria o de bachillerato) no tenemos la intención de adoctrinar a nuestros alumnos en cuestiones opinables, y que es propiciando debates plurales como el alumno aprende a convivir en la aceptación y el respeto por el otro, aceptándose así mismo.

En los espacios académicos y de investigación, es cierto que bien podría considerarse la posibilidad de incluir en los proyectos educativos institucionales, junto al estudio de la Declaración de los Derechos Humanos y el conocimiento de nuestra Constitución Política, varios contenidos de EpC - Educación para la Ciudadanía - que se han aceptado y no han generado tensiones. Lo que si es cierto es que a ser ciudadano se aprende es en la práctica y en el seno de la sociedad misma, no es sólo la escuela.

De la manera más simple, ser ciudadano es encargarse de los temas de la “ciudad”, de la “polis”, pero para poder encargarse de ellos hay que conocerlos. Claro que hace falta una Educación para la Ciudadanía. Y para educar hacen falta ciudadanos, que estén alineados con la democracia, confeccionada bajo un orden previo de la convivencia (orden social). Desde luego, los ciudadanos hace parte de las estructuras sociales, pero no todas ellas pueden revertirse con formas democráticas. En la historia política, no todos los grupos sociales pueden aspirar a la implantación de una democracia completa, pues ello depende del grado de desarrollo que tengan.

En esta época posmoderna la presencia de la EpC, en el debate educativo, pretende educar a los niños y niñas y a la juventud en los principios y valores de la democracia y en los derechos humanos, como se ha venido presentando desde la última década del siglo pasado; aunque las construcciones teóricas se ha fundamentado mas en las causas del actual auge de la EpC, en las definiciones y conceptualizaciones de la EpC y en la situación de la EpC en el mundo. Cabria

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