El valor de los bienes culturales
CResumen8 de Mayo de 2019
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El valor de los bienes culturales.
Valor en el sentido de aprecio hacia determinados objetos, por la utilidad que manifiestan, o por su aptitud para satisfacer necesidades o proporcionar bienestar. Este valor es inherente a las cosas, a los objetos, se trata de una cualidad añadida por las personas, que puede crecer o disminuir y que los hace estimables. Se trata de un concepto relativo sometido a los vaivenes de la percepción y del comportamiento humano y dependiente de un marco de referencias intelectuales históricas, culturales y psicológicas que varia con las personas y los grupos que atribuyen valor.
Lipe (1984) sostiene que los restos del pasado pueden ser utilizados en el presente y en el futuro para el desarrollo cultural de nuestra sociedad.
El potencial de los bienes patrimoniales como recurso cultural debe ser considerado a la luz de contextos específicos, porque la atribución de valor (cómo son apreciados, hasta qué punto) solo puede producirse en función de situaciones reales históricas y socialmente determinadas.
Propuesta de Lipe: hay un contexto de atribución de valor determinado por factores económicos y el mercado, donde el bien es visto como un recurso utilizable, al alcance de la sociedad, y que presenta unas utilidades que responden a menudo a necesidades comunes. En estos casos los costes de salvación y mantenimiento de monumentos se contrastan con los beneficios esperados de la intervención. De este contexto emana un valor económico. Hay un contexto de atribución de valor determinado por los criterios de gustos dominantes, por las tradiciones estéticas y aun por factores relacionados con la psicología de los individuos. De este contexto emana un valor estético. Hay también un contexto de atribución de valor determinado por el tipo de conocimiento tradicional y fundamentalmente por el imaginario colectivo asociado a tradiciones orales escritas y a elaboraciones mitológicas. Por el hecho de reconocer en los objetos del pasado el carácter de legítimos documentos de la historia que expresan cosas sobre las personas que los crearon y utilizaron, de este contexto nace un valor asociativo. Finalmente hay un contexto de atribución de valor informativo, determinado por el tipo de investigación formal sobre la cultura material que practicaban las historia, la antropología, la arqueología o la historia de arte.
Este esquema de Lipe es un intento de sistematiza las razones por las cuales los seres humanos de nuestro tiempo seguimos apreciando, conservando y utilizando los objetos del pasado. El cual debe interpretarse en una situación determinada, la de la sociedad norteamericana, moderna y cambiante, condicionada por coyunturas políticas y económicas variables, que obliga a los gestores del patrimonio histórico, a los políticos y a la opinión publica a pronunciarse sobre qué sacrificar y que salvar del legado histórico.
Esquema propuesto por ballart josep: (esquema tradicional que ofrece la epistemología)
a) valor de uso: valor de uso en el sentido de pura utilidad, es decir, evaluar el patrimonio pensando que sirve para hacer con él alguna cosa, que satisface una necesidad material o de conocimiento o un deseo. Es la dimensión utilitaria del objeto histórico.
b) valor formal: este valor responde al hecho de que determinados objetos son apreciados por la atracción que despiertan a los sentidos, por el placer que proporcionan por razón de la forma y por otras cualidades sensibles y por el mérito que presentan.
c) un valor simbólico- significativo: Los objetos actúan como presencias sustitutivas y hacen de nexo entre personas separadas por el tiempo(las personas que los produjeron/utilizaron y sus actuales receptores) por lo que son testimonios de ideas hechos y situaciones del pasado.
El valor de uso del patrimonio histórico
los economistas clásicos, smith, ricardo, marx, preocupados por la noción de valor, descubrieron que los bienes obtenidos mediante el proceso de producción tenían un doble valor: un valor de uso y un valor de cambio
el valor de uso o utilidad se refiere a la cualidad del producto en tanto que sirve para hacer alguna cosa o da satisfacción a necesidades humanas. Ej: un palacio renacentista sirve de sede social de una gran empresa.
hay una utilidad de los objetos patrimoniales menos tangible y directa que podríamos calificar de utilidad inmaterial: la que proporciona el conocimiento.
Un objeto del patrimonio puede ser estimado en tanto que sirve para incrementar el conocimiento humano. El valor de uso inmaterial de un objeto del patrimonio se fundamenta en la investigación que recibe, en base a la que incorpora desde el origen.
Precisamente por este valor menos aparente los objetos del pasado no acostumbran a gozar de un valor de cambio alto, por lo que no son objeto habitual de mercadeo.
Un bien cultural es un objeto que ha acumulado teoría, practica e investigación, es el resultado del conocimiento humano acumulado.
Cuando la información que incorpora el objeto histórico tiene un origen muy lejano en el tiempo, el objeto adquiere una connotación de valor superior, el cual tiene una dimensión económica aparte de una dimensión intelectual o científica e incluso política.
Los objetos del pasado incorporan conocimientos que un día estarán en disposición de añadirse al valor de los objetos nuevos que se habrán de poner a disposición de la sociedad. De este proceso acumulativo no solo saldrá una ganancia intelectual y tecnológica sino también una renta, un beneficio económico, como pasa con la mayoría de los procesos de inversión de valor (valor de esfuerzo, de conocimiento, de experiencia, de practica). Ej: relación entre los logros materiales e intelectuales de la sociedad del renacimiento italiano, con sus artistas, humanistas y mecenas y el valor que hoy tiene mundialmente el diseño italiano.
Hay dos prejuicios que contribuyen a mantener el valor de la investigación en el campo del patrimonio histórico en un estatus de bajo perfil económico y social: no es una actividad directamente útil a la sociedad y no produce ganancias materiales a quienes la practicas. En relación a esos prejuicios: la misma raíz etimológica de la palabra investigar nos da una respuesta sobre su valor objetivo: investigar significa añadir valor.
Ejemplo de cómo se produce mediante la investigación la acumulación de valor en los bienes del patrimonio histórico y la dimensión económica que adquiere:un proyecto arqueológico que partía con la idea de sacar el máximo partido posible a un recurso patrimonial modesto, para obtener un rendimiento intelectual, educativo y económico altos. El caso del yacimiento ibérico de Calafell (Tarragona), un pequeño reducto fortificado de la costa donde una vez finalizadas las fases de excavación y estudio de los restos arqueológicos se ha procedido a la completa reconstrucción del conjunto, habilitándolo como laboratorio al aire libre de trabajo sobre arqueología experimental y abriéndolo al público. Los conocimientos adquiridos se han incorporado directamente al recurso y se hacen públicos en el mismo lugar. Ahora el recurso se llama cuidadella ibérica de Calafell y funciona como escuela de arqueólogos, como oferta didáctica para los escolares del país y como atracción turístico-cultural para el público en general.
Es ahora un nuevo recurso económico que empieza a generar renta e instalaciones que hacen posible que los visitantes de la villa marinera disfruten de sus playas.
El valor formal del patrimonio histórico
el proceso que ha de seguir toda evaluación formal de los objetos pasa por atender a todo aquello que inquieta a nuestra percepción sensorial. En sus fases principales pasa por captar las características físicas y enseguida atender a la forma. En otro nivel puede ser necesaria la contribución de expertos en distintas disciplinas. Las ciencias físico-químicas, la geología, la biología y otras que aportan conocimientos fundamentales al tipo de examen que precisa un arqueólogo o un historiador del arte.
La evaluación formal en si misma tiene por objeto la consideración de la forma. También, el valor formal de un objeto se incrementa en relación a la calidad de trabajo que incorpora. Los historiadores del arte han sido tradicionalmente el tipo de especialistas más indicados para ocuparse del valor formal de los objetos históricos.
El valor simbólico-significativo del patrimonio histórico
el objeto es para nosotros signo porque aparece en el lugar del pasado del cual emana. El objeto histórico, pasado materializado o como quería Rosander, historia materializada, es signo del pasado que re-presenta y representará para siempre, para nosotros y próximas generaciones, porque nadie podrá cambiarle nunca su condición.
Aquel objeto, que mantiene su carácter de signo porque es parte de unos hechos que han pasado, sigue actuando en el imaginario social, conforme avanza el tiempo, para producir nuevos significados que conocemos por simbólicos. El objeto histórico va ganando vida propia mientras se aleja de los hechos originales de los que salió, contribuyendo, por intervención de los seres humanos que atribuyen valor y significado, a modelar con nuevas visiones e interpretaciones de la vida y las circunstancias del tiempo sucesivo y del presente.
La importancia del objeto original en el proceso de comunicación y los valores de la conservación.
El objeto original y auténtico tiene ese valor añadido de obra única. La totalidad de la información solo puede residir en la obra original. La destrucción
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