Hacer Geografia En La Escuela
Enviado por • 7 de Abril de 2014 • 1.836 Palabras (8 Páginas) • 376 Visitas
Introducción del libro
Complejo desafío el de enseñar hoy Geografía en la escuela. Complejo, en realidad, el desafío de enseñar cualquiera de las Ciencias Sociales.
Hacer Geografía en la escuela
En una época de contrastes, exclusión social, incertidumbre, en un comienzo de siglo en el que todavía no sólo no sabemos adónde nos dirigimos, sino tampoco adónde deberíamos dirigirnos, en un mundo incierto, confuso, doloroso, ciertamente cruel, contradictorio, en momentos de cambios de paradigmas, de nuevas formas de hacer y pensar la política, de economías contrastantes, es más que necesario enseñar Geografía.
En años de profundas discusiones académicas acerca del sentido de enseñar, de cómo hacerlo, de quién lo hace o quién debería hacerlo, frente a realidades sociales que cuestionan profundamente la razón de ser de la propia escuela como institución, es aún necesario pensar en enseñar Geografía.
Bien vale la pena leer las siguientes líneas para compartir una discusión que nos preocupa. “Pensando en la escuela, es claro que han cambiado las expectativas con respecto a sus finalidades y a lo que debería saberse tras su paso por ella; la profundización de las desigualdades sociales condiciona las posibilidades de las familias de asegurar a sus pequeños ciertas condiciones de crianza; la deslocalización del saber hace imposible su monopolio por los docentes; los medios tecnológicos disponibles son mayores y sabemos ya que no hay límites imaginables a los desarrollos que en este terreno puedan tener lugar. ¿Quién puede afirmar con certeza que la escuela permanecerá igual a sí misma durante digamos los próximos cincuenta años? Y quien pueda afirmar tal cosa, ¿puede asegurar que, permaneciendo igual a sí misma, la escuela podrá seguir detentando el lugar estratégico que se le ha asignado en los últimos cien años en los procesos sociales de institucionalización de la infancia? Pensando en la escuela, de lo que se trata es de estimar en qué medida las condiciones en que se encontrará ésta en las próximas décadas habrán de alterarla profundamente, y de estimar si los arreglos institucionales que resulten de estas alteraciones seguirán siendo la escuela que conocemos.
Se trata de una pregunta para la que no se tiene respuesta; es precisamente aquí donde se sitúa el debate contemporáneo acerca del supuesto fin de la escuela, de la emergencia de nuevos modos de educación no escolares (lo que no significa no institucionales), y aun del posible reemplazo de nuestros modos escolares de educar (que suponen los cuerpos de los alumnos y de los maestros en un mismo lugar) por sistemas presenciales donde los contactos sean mediados por medios tecnológicos (es decir, donde los cuerpos no necesitan estar allí para encontrarse), o por sistemas no presenciales donde ni siquiera el encuentro mediado se requiera.” 1
Sin embargo, y mientras se piensa en la escuela, se duda de ella, se discute sobre su finalidad y su forma, mientras se confronta, se cuestiona…, día tras día, en cada pueblo, en cada aldea, en toda gran ciudad, en todo el planeta, una enorme muchedumbre de jóvenes asisten a las instituciones educativas para aprender, y una no menos enorme muchedumbre de docentes concurre a las escuelas para enseñar, en actos cotidianos que juzgamos sustanciales, fundacionales, trascendentes.
Éste es, seguramente, nuestro principal propósito: reflexionar sobre la enseñanza de esta vieja y siempre nueva disciplina. Intentamos hacerlo, tal vez para muchos, de modo diferente. Porque creemos necesario volver a pensar en algo que dé sentido a la tarea, que ayude a buscar otros caminos, que invite a cuestionarnos sobre lo que hacemos, a probar, a dudar de nuestras certezas, a confiar en nuestras intuiciones. “Hacer geografía en la escuela” es, nada más y nada menos, que un intento por volver a mirar lo que pasa en el aula, por procurar otros caminos, otras alternativas.
Pretensiones tal vez limitadas, expectativas tal vez demasiado pretenciosas. Se trata de pensar la tarea de enseñar desde el aula, para el aula. Del hacer, a la pregunta sobre el hacer; del dudar, al hacer, y al volver a preguntar; de la reflexión y el aporte de la teoría, a la vida cotidiana de la escuela, del aula.
Se trata, desde ya, de participar de esas discusiones, pero esta vez, desde el lugar del hacer, abiertos a los nuevos desafíos, a los nuevos interrogantes y cuestionamientos.
¿Cómo leer este libro? Es posible hacerlo como lo hacemos con cualquier otro: de la primera a la última página.
Pero puede haber otra alternativa también adecuada: leer, desde lo que le pueda interesar al lector, a otra página cuyo título lo convoque.
Se observará que hay materiales teóricos y propuestas de aula. Otro camino probable (y que invitamos a recorrer) sería precisamente éste: de lo teórico a las propuestas.
También podría ser el itinerario exactamente opuesto: del relato de una propuesta de aula a los aspectos teóricos.
Es sumamente factible que el lector pueda transitar la obra aun de otra manera: de un aspecto teórico a todos los relatos de propuestas de clase o a la inversa: de un relato de una secuencia
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