Identidad trans

Universidad Central del Ecuador [pic 1][pic 2]

Periodismo I

Nombres: Andrea Rodríguez, Lenin Salinas                Curso: 4º “A”        

Fecha: 19/07/2019                                                Docente: Gustavo Abad

Mujeres Transexuales: Vivencias y luchas

La tarde del 29 de junio del 2019, en el parque “La Carolina”, ubicado en las calles Amazonas y Naciones Unidas, se suscitó una marcha que atrajo a un número aproximado de 8000 personas que, por tener una diferente orientación sexual, son discriminadas, maltratadas e incluso asesinadas. Este año no fue diferente al anterior y se celebró una marcha más del orgullo LGBTI, una comunidad que por muchos años ha venido luchando para hacer valer sus derechos ante la sociedad.

Esta marcha reúne a millones de personas alrededor del mundo donde todos tienen un solo objetivo, luchar por la igualdad de su colectivo. La comunidad LGBTI internacional, atrae miradas de todo tipo, todos se encargan de que la marcha transcurra en total armonía, y que sea una marcha pacífica que pueda agradar al resto del público en general. La noción básica del orgullo LGBTI, ya sea: lesbianas, gays, transexuales, bisexuales o intersexuales, reside en que ninguna persona debe avergonzarse de lo que es, sea cual sea su sexo biológico, orientación sexual, etc.

Ecuador, como muchos otros países latinoamericanos, marchó a favor para que los derechos sean igualitarios dentro de su comunidad, y eso lo dieron a conocer el pasado sábado 29 de junio.

Según el doctor Edgar Zúñiga, coordinador de la Red Ecuatoriana de Psicología para Diversidades LGBTI, existen grupos que no están a favor de este tipo de manifestaciones masivas, ya que la catalogan de inmoral, impura, un insulto a la moralidad humana y una posible destrucción de la familia originaria. La discriminación que sufren por parte de este tipo de grupos, ya sean por comentarios mal intencionados, insultos, rechazo o agresiones, son parte del diario vivir para el grupo LGBTI y mucho más para la comunidad transexual.

Zúñiga añade que, la comunidad transexual es una minoría dentro de su colectivo, sus luchas son las que más se evidencian, ya que ellas o ellos son más visibles dentro de la sociedad. En su etapa de transición, reciben muchos tipos de violencia, no solo por grupos a favor de la familia original, sino también, por parte del mismo colectivo LGBTI e incluso de otros transexuales.

“No somos hombres que tienen sexo con hombres, como nos llamaron durante mucho tiempo en los estudios de VIH y enfermedades de transmisión sexual. Somos MUJERES TRANS”. Con esta frase, Rashell Erazo quien es parte de la Asociación ALFIL, comienza a explicarnos quién es.

Asociación Alfil es una organización sin fines de lucro que trabaja desde el 2006 para ayudar a mujeres trans y promueve los principios de inclusión y participación sin discriminación de ningún tipo. Rashell Erazo, presidenta y portavoz de la asociación, nos cuenta que, debido al sistema heteronormativo, es decir, la imposición de categorías de género rígidas y binarias (femenino/masculino), que aparecen como la normalidad en nuestra cultura, es la causa por la que se ha vulnerado los derechos de estas personas durante tanto tiempo.

Según encuestas realizadas por el INEC se determinó que el 74,1% de personas trans experimentó algún tipo de imposición, el 65,9% sufrió rechazo y el 61,4% de violencia. Esto lo confirma Rashell, al mencionarnos cómo está la situación de las mujeres trans en nuestro país: “Además de las constantes críticas que recibimos a diario y en todos los ámbitos de nuestra vida social, hay una serie de problemas en el ámbito laboral, académico, acceso a la justicia, acceso a la salud, entre otros”

En cuanto al campo laboral, solo el 15% de las personas documentadas cuentan con un trabajo formal. Rashel nos dice: “Las mujeres transexuales solo tenemos tres opciones en donde podemos trabajar: en la peluquería, como trabajadora sexual y si tienes un poco de suerte, en la cocina, pero eso sí, bien escondida dentro de la cocina, donde la gente no te vea”.  Actualmente, ella labora como trabajadora sexual, sus clientes la contactan a través de su página de Facebook. Por las redes es más seguro-dice- aunque también tiene sus riesgos.

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