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El género y una aproximación a las identidades trans.


Enviado por   •  12 de Junio de 2016  •  Documentos de Investigación  •  5.277 Palabras (22 Páginas)  •  279 Visitas

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Monografía: El género y una aproximación a las identidades trans.

Nombre: Gonzalo Goberna.

Seminario de Antropología de Género

Profesora María Laura Lagos

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Buenos Aires, Abril, 2016.

Introducción

Durante los últimos doce años, la república Argentina experimentó un proceso de reforma judicial que dio origen a una nueva perspectiva de lo que hoy llamamos derechos humanos. La primera decisión de carácter legislativo que dio origen a este nuevo paradigma fue la anulación por parte del senado de la nación en el 2003 de las llamadas ¨leyes del perdón¨, inaugurando así un proceso de que incluyó la anulación de indultos, nuevos juicios y nuevos condenados. Esto impulsó y fortaleció a grupos activistas de derechos humanos que no solo abogaban por su defensa en el contexto de delitos de lesa humanidad sino también reivindicando la igualdad y la diversidad en otros ámbitos de la práctica social.

Este nuevo contexto fue de gran ayuda, también, para el movimiento LGTBI que pudo dar forma a su protesta sostenida desde principios de los años noventa transformándola en reclamos puntuales y específicos que definieran y re convirtieran la realidad de la personas de la comunidad. El 15 de julio de 2010 fue sancionada la ley de matrimonio igualitario y el 21 del mismo mes y año se promulgó haciéndose efectiva. La sanción de esta ley permitió, por primera vez en Latinoamérica, contraer matrimonio a personas del mismo sexo y a su vez inauguró un proceso de reforma legislativa que significó la sanción de otras leyes de carácter inclusivo igualitario: ley de Identidad de género, ley de técnicas de reproducción humana asistida, ley de trato digno, Ley de sangre, entre otras.

La Ley de Identidad de Género, sancionada el 9 de Mayo de 2012, permite que las personas transexuales, travestis y/o transgéneros sean registradas en sus documentos con el nombre y sexo de elección[1] y obliga al estado nacional a cubrir todas las intervenciones y hormonizaciones[2] que asistan a adecuar su cuerpo físico a su género auto percibido.

El propósito de este escrito es poder abordar la matriz sexo-género en relación al movimiento trans argentino. A su vez, analizar los sucesos que dieron paso al reclamo por la identidad de género iniciado en los años 90 en Argentina y que culminó con la sanción de la ley de Identidad de Género.

El género

El género es un concepto bastante antiguo pero en la década de los setentas comenzó a ser más estudiado por las disciplinas de las ciencias sociales (Lamas M., 1986). Para la antropología, el tema principal de interés fue la manera en que ciertos grupos humanos manifiestan sus diferencias de género a través de performar lo masculino y lo femenino. Desde el punto de vista etnográfico, muchos antropólogos se propusieron estudiar la diferente participación de los hombres y de las mujeres en las instituciones sociales (Lamas M., 1986, 174). Muchos científicos han enfocado su estudio a esta problemática desde principios del siglo XX. Margaret Mead reflexionó sobre el porqué de las diferencias de temperamento y conducta según género a través de su estudio etnográfico en 3 sociedades de Nueva Guinea. En 1937, Murdock abordó la división sexual del trabajo y concluyó que no todas las especializaciones por sexo pueden ser explicadas a partir de las diferencias físicas. (Lamas M., 1986). En 1942, Linton acuñó el concepto de status y sostuvo que las personas aprenden ese status y las normas que refieren a él (Linton R., 1956).  En 1964, Robert Stollar, comenzó a estudiar los trastornos de identidad sexual (la ahora conocida como identidad transgenérica) y arribó a la conclusión de que el peso y la influencia de las asignaciones socioculturales a los hombres y a las mujeres a través de ritos y costumbres y la experiencia personal, constituían los factores que la identidad y comportamiento femenino o masculino y no el sexo biológico (Stoller, 1964). Fue esto uno de los antecedentes de la diferenciación entre sexo y género y produjo la inclusión de esta categoría al movimiento y los estudios del feminismo en la década de los setenta ayudando a resolver problemáticas que hasta el momento resultaban confusas o difíciles de abordar (Hernandez García Y., 2006) y a entender a lo femenino desde una perspectiva sociocultural. Según Marta Lamas, ¨esto no solo perseguía fines académicos sino también un objetivo político: distinguir que las características femeninas eran adquiridas a través de un complejo sistema sociocultural y no a través de una derivación del sexo. Diferenciar el sexo del género suponía enfrentar mejor el determinismo biológico y solidificar las bases argumentativas que defiendan más consistentemente la igualdad de género (Hernandez García Y., 2006). Pues claro, si la diferencia entre géneros es cultural, ¿Por qué la diferencia sexual implica desigualdad social?

Los estudios de género

Se sostiene que el surgimiento de los estudios de género es un proceso que evolucionó desde los estudios de la mujer. Puede ser que su ¨éxito¨ se deba a la insuficiencia de los últimos para dar cuenta de la multiplicidad de realidades que no entraban en el concepto ¨sujeto mujer¨ reproduciendo consecuentemente el mismo modelo criticado y que intentaba universalizar una aparente única manera de ¨sexo¨ y de ¨género¨. Desde el propio seno de los estudios de la mujer, en el proceso de cuestionamiento a los modelos teóricos y de comprensión en las disciplinas, emergieron preguntas que fueron generando una ampliación del conocimiento que comenzaron a poner en tela de juicio los propios hallazgos teóricos y el discurso mismo de estos estudios (Hernandez García Y., 2006).  Entre los cuestionamientos formulados, se encuentran los expuestos por las intelectuales negras que interpelan el concepto ¨mujer¨ por la universalidad y esencialismo de pensar a la mujer como una idea o figura única; por eso intentan introducir la idea de ¨Mujeres¨ como así cuestionar la subordinación universal ya sea en todas las sociedades como en todas las clases sociales.

Sin entrar en la diferencia de sexo y género que se expondrá más adelante, es atendible mencionar la importancia de la distinción y reformulación de la lucha del feminismo tratando de acercarla también a peleas históricas relacionadas con la clase y la etnia. Ya bien decía la activista argentina Diana Sacayán en una entrevista por TV, ¨yo no sólo peleo por mis derechos a la identidad de género, también lo hago porque mi origen es indígena y porque vivo en La Matanza y vivo en carne propia la desigualdad. Son cuestiones imposibles de escindir¨. El concepto de género emergió para designar todo aquello que es construido por las sociedades para estructurar, ordenar, las relaciones sociales entre mujeres y hombres. Al basarse estas relaciones, estas construcciones sociales y simbólicas en la diferencia sexual, se estructuran relaciones de poder cuya característica esencial es el dominio masculino (Hernandez García Y., 2006).  

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