LA FAMILIA COMO ÁMBITO POTENCIALMENTE CONFLICTIVO

LA FAMILIA COMO ÁMBITO POTENCIALMENTE CONFLICTIVO

El término violencia ha sido parte de las diferentes sociedades, familias e individuos desde los primeros años de la humanidad hasta nuestros días. Este fenómeno se ha convertido en las últimas décadas en un asunto de interés institucional y social teniendo en cuenta principalmente su incidencia, gravedad y consecuencias.

La familia como institución se había considerado como un ámbito privado en el cual el comportamiento de sus miembros se encontraba fuera del control social. Si tomamos en cuenta el hecho de que remotamente han sido las creencias culturales que al ser asociadas al sistema patriarcal, han legitimado el poder y la dominación del marido hacia la mujer y los hijos cohibiéndolos de cualquier tipo de derecho, consideraríamos que la violencia intrafamiliar es un problema social que incluso en pleno siglo XXI es visto ante una todavía amplia parte de la sociedad como un factor habitual. Sin embargo, existen actores que intervienen sobre estas víctimas y pueden llegar a ser efectivos. Y es que es difícil reconocer que esta institución entendida como un “agente social, garante de seguridad, apoyo y afectos” es un grupo social con uno de los entornos más violentos.

Las causas que son responsables de este asunto pueden llegar a variar, son desde económicas hasta por su propia composición familiar. Pero las claras evidencias que identifican un caso de una familia que se encuentra en un ámbito violento suelen ser las mismas en su mayoría, como; padres con carencias afectivas en su infancia y que por ende no ejercen un buen trato con sus hijos, o en su defecto padres con una personalidad frágil con la que les es difícil tolerar todas las tensiones que deben enfrentar, lo que compensan con alcohol o drogas, así como factores relacionados con la pobreza o exclusión social, el machismo y el autoritarismo también son causantes de la violencia intrafamiliar de la que a excepción de algunas situaciones los hijos no son las únicas víctimas, uno de los padres también puede verse perjudicado por el maltrato por parte de su pareja.

La violencia intrafamiliar es un factor negativo para el progreso de una sociedad, y es que pese a ser un problema mundial, esta hipótesis es evidente al demostrar cuantitativamente que los índices de violencia familiar son más altos en países subdesarrollados como es el caso de Colombia, República Dominicana, Haití y otros. Para estos países puede ser difícil involucrarse directamente en este ámbito o entorno por el hecho de poseer una naturaleza que difícilmente puede cambiar, por ello no legislan de una manera amplia y severa en la que brinden medidas de protección para las víctimas y en la que apliquen sanciones o penas para sus agresores.

Si bien está demostrado que la violencia familiar afecta el desarrollo de una sociedad, es importante resaltar que es el desarrollo social de la misma familia el que se ve más perjudicado. La severidad de los daños físicos o psicológicos de las victimas dependerá además de sus características, de la magnitud y del tipo de violencia

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