La Educacion
Enviado por anastasiasarai12 • 21 de Junio de 2015 • 1.680 Palabras (7 Páginas) • 197 Visitas
INTRODUCCIÓN
“Un país que no sabe leer, hablar y escribir es un país que no puede comunicarse. No puede hablarle a los demás y, lo que es peor, hablarse a sí mismo”.
-Carlos Fuentes
El proceso de la globalización ha hecho que las naciones se modernicen en todos los sectores que rigen las relaciones entre los individuos. Hablamos de un motor principal de cambio que sirve de soporte para dinamizar y adecuar todos estos eslabones sociales, en este sentido, la educación en cada país ha jugado un papel determinante.
En el presente ensayo se pretende, dar un acercamiento y una visión global a uno de los temas más relevantes para la transformación y el avance de cualquier sociedad; la educación.
Dentro del texto se abordan diferentes perspectivas acerca de la educación, diversas concepciones de lo que era, lo que es y se pretende ahora, además de tocar temas con gran importancia como el de la evaluación.
Al hablar del proceso escolar, se pueden tener diversas concepciones equivocas acerca de su finalidad, pero como dice Carlos A. Carrillo (1886), “el fin de la escuela no es enseñar, sino educar al niño”; siendo así, la educación se vuelve el verdadero objetivo de la escuela.
Con el paso de los años, la concepción de la educación ha cambiado. Pasando desde el modelo transmisionista hasta el constructivismo, las practicas que guían el que hacer docente se han ido modificando y evolucionando de acuerdo a las exigencias que demanda una sociedad globalizada. En un principio, en acuerdo con Jean-Pierre Astolfi en los tres modelos de enseñanza (1997), p. 127, se tenía la concepción más tradicional del aprendizaje por parte del alumno: la de una página en blanco por escribir o un vaso por llenar. Tiempo después, se comenzó a pensar en el constructivismo, a ver al maestro solo como un facilitador y guía del aprendizaje, no como el artesano o artista del que se habla en el texto Perspectiva práctica de Ángel Pérez G. (1992), en el que se moldea a los alumnos como si fueran el producto artesanal, transmitiéndoles cosas de generación en generación. Apoyando el supuesto de Seymour Paper mencionado en el texto anteriormente citado de Astolfi (1997), que dice que “Cada vez que le explicamos algo a un niño, ¡le estamos limitando su capacidad para que lo invente!”.
Como se sugiere en el texto de Pedagogías de uso común de Jerome S. Bruner, “la enseñanza se basa, inevitablemente, en ciertos conceptos acerca de la naturaleza de la mente del alumno. Las creencias y suposiciones acerca de la enseñanza, son un reflejo directo de las creencias y suposiciones que el maestro tiene acerca del alumno”. De esta manera, olvidando que todos somos diferentes, se crean falsos paradigmas de lo que será el actuar estudiantil, predisponiéndose y predisponiendo a los educandos a adoptar las conductas que han estado presentes durante años y que sin embargo pueden ser modificadas con el fin de mejorar la educación y la relación docente-alumno-escuela. Siendo algo que debe ser cambiado, los docentes deben olvidarse de cómo se supone que deberían ser los estudiantes y comenzar a conocer la diversidad, comprenderla y adecuar los medios necesarios para satisfacer las demandas de cada grupo de acuerdo a sus estilos de vida, contexto, intereses y motivaciones para así, lograr que cada estudiante adquiera los aprendizajes significativos, de los que habla Ausubel en su principal teoría educativa, que puedan aplicar día a día, encontrándole un sentido a la educación.
Dentro de las nuevas visiones que se tienen acerca del aprendizaje, se encuentra una nueva concepción acerca del error. Una concepción que a mi punto de vista es muy satisfactoria tanto para alumnos como para docentes ya que se dejan de ver como una falla que hay que castigar y se les comienza a encontrar sentido; los errores son vistos como algo positivo a lo que se les puede sacar partido para mejorar lo aprendido, además de ser indicadores de los procesos intelectuales que se están llevando a cabo dentro del aprendizaje.
En este sentido, los estudiantes pueden dejar de preocuparse por errar y ser castigados o avergonzados dentro del salón de clase y pueden sentirse con más libertad de expresar sus ideas sabiendo, que como dice Jean-Pierre Astolfi en su texto ¿qué estatus se le da al error? (1999), “nunca se acaba de comprender. Todo saber autentico y vivo comporta su halo de bruma y sus zonas oscuras”, dándonos a entender que nada es perfecto
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