. La Educación Parvularia en el contexto internacional

. La Educación Parvularia en el contexto internacional

La Educación Parvularia, a nivel mundial, tiene antecedentes históricos en Europa, desde donde luego la idea de la educación inicial llegaría a nuestro país. Dos son las causas que mejor se reconocen en el nacimiento de esta preocupación por el bienestar de los niños. La primera tiene que ver con las guerras que dejaban muchos niños huérfanos o en el abandono. La segunda dice relación con la revolución industrial a fines del siglo XVIII y comienzos del XIX que incorpora a la mujer al trabajo en fábricas debiendo dejar sus niños en casa.

Se conocen los denominados asilos para acoger a los niños, los que luego toman la forma de Casas Maternales, donde los niños son atendidos por adultos y donde poco a poco van siendo agrupados por edades y se van conformando actividades formativas para las distintas edades.

Más adelante, se van constituyendo lo que hoy día llamamos Jardines Infantiles pero el espaldarazo a este nivel educativo lo dan pensadores como Jean Piaget que argumentan en favor de esta modalidad educativa al entregar elementos teóricos que permiten comprender mejor el desarrollo cognitivo de niños y niñas.

El concepto de educación inicial es reciente y toma impulso con las conferencias mundiales de Educación Para Todos convocados por UNESCO. Primero en Jomtien, Thailandia (1990) y luego en Dakar, Senegal (2000). Ambas iniciativas dan un impulso a la educación inicial al conseguir la adhesión de las naciones participantes de manera de asegurar una serie de metas acordadas para los años posteriores a los eventos.

A partir de estos acuerdos, la educación inicial, a nivel mundial, ha tenido un cambio significativo orientado a su revalorización en el contexto de una sociedad globalizada y dinamizada, producto del paso de la sociedad de la industrialización hacia la del conocimiento. Es así que se pretende dejar atrás una educación puramente academicista y avanzar hacia una que integre aspectos formativos que apunten a una autonomía cognitiva, afectiva y moral desde los inicios del proceso educativo.

En el Foro Mundial sobre la Educación, celebrado en Dakar (Senegal) en 2000, 164 países, adoptaron un marco de acción para cumplir los compromisos de la Educación para Todos (EPT). En esa conferencia se apuntó a seis objetivos y doce estrategias que abarcaban todos los niveles educativos y que debían ser monitoreados permanentemente para ser evaluados al llegar el año 2015. El primero de esos objetivos se refería la educación inicial: “Extender y mejorar la protección y la educación integrales de la primera infancia, especialmente para los niños más vulnerables y desfavorecidos” .

Transcurridos los 15 años proyectados, Unesco hace una evaluación en que se consideran los avances que ha observado la educación de la primera infancia. Estos son sus resultados :

A pesar de que las tasas de mortalidad infantil se redujeron en casi un 50%, 6,3 millones de niños menor es de cinco años murieron en 2013 por causas en su mayor parte prevenibles.

• Se han hecho progresos considerables en la mejora de la nutrición infantil. Sin embargo, a nivel mundial uno de cada cuatro niños sigue teniendo una estatura menor a la normal para su edad, lo cual indica una deficiencia crónica de nutrientes esenciales.

• En 2012 había en el mundo 184 millones de niños matriculados en la educación preescolar, lo cual representa un incremento de casi dos tercios desde 1999.

Los países iberoamericanos entienden que la educación inicial es suma importancia ya que constituye la base de la formación y el desarrollo posterior. Es en ella cuando comienza a formarse la personalidad de los niños y niñas además de entregar los fundamentos de las herramientas necesarias para que la persona se desenvuelva plenamente en la sociedad al llegar a la vida adulta.

Esta importancia de la educación en la vida de las personas ya había sido recogida por el llamado Informe Delors que Unesco encargara en 1996 a un conjunto de pensadores encabezados por Jacques Delors. En dicho informe se señalaban cuatro pilares sobre los cuales debía basarse la educación a lo largo de la vida de las personas: aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir juntos y aprender a ser (Delors, 1996).

El aprender a conocer se proponía sobre la base de una cultura general amplia con posibilidades de profundizar el conocimiento en áreas específicas, debiendo para ello aprender a aprender.

El aprender a hacer apuntaba a la formación de competencias que posibilite en el individuo una gran posibilidad de respuestas frente a diversas situaciones. Se consideraba el trabajo en equipo aprovechando las posibilidades que otorga el medio.

El aprender a vivir juntos planteaba compartir proyectos, generar relaciones interdependientes y avanzar en la resolución de conflictos.

El aprender a ser estaba relacionado con el desarrollo de la propia personalidad en un mundo diverso rescatando las posibilidades de avanzar hacia la autonomía en un contexto diverso.

Los niños y niñas tienen derechos a la educación, la salud y a todas las actividades socioculturales que se desarrollan en los diferentes países del continente americano. En ellos se ha logrado comprender que si se asume la importancia de

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