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La Evolución de la Infancia: Del niño objeto al niño sujeto


Enviado por   •  13 de Septiembre de 2012  •  Trabajo  •  3.281 Palabras (14 Páginas)  •  956 Visitas

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La Evolución de la Infancia: Del niño objeto al niño sujeto.

Nos convoca esta tarde poder hablar de derechos, de infancia, de niñez, de los niños en general y en particular. El título de esta charla persigue algunos fines, me dispongo ha dialogar con ustedes de la infancia en nuestro tiempo, y para ello debemos tener en cuenta cómo este concepto ha sufrido a lo largo de la historia modificaciones. Tenemos infancia desde que la humanidad existe como tal, pero ¿los niños fueron siempre considerados de la misma manera por los adultos? La respuesta es no. Contamos en la actualidad con una Convención internacional de los derechos del Niño, ratificada por la Ley 23849 con reservas en los incisos b) c), d) y e) del articulo 21. La misma contempla algunos principios, que son los que se presentan en esta exposición y establece como uno de sus principales objetivos proteger a los niños de los estados parte que la componen.

En nuestro país contamos a su vez con leyes que en concordancia con la CIDN protegen sus derechos, a nivel nacional la Ley 23061 y a nivel provincial la ley 13298. Pero no podemos hablar de convención, de leyes o de principios por fuera de un contexto, estos surgen gracias a que las condiciones sociales, políticas y culturales fueron cambiando, se produjo una revolución paradigmática en los temas de la infancia que posibilitó que las leyes se adecuen a las nuevas necesidades.

Por otro lado hablamos de niño objeto contraponiéndolo al niño sujeto, podríamos decir también del niño como objeto al niño como sujeto. Para nosotros, los terapeutas o analistas siempre es muy tentador usar estos términos, nos acercan a la teoría, a lo que uno lee en los años de estudio, pero más allá de esto lo interesante es poder bajar estos conceptos a la práctica. Hablar de objeto nos acerca a la cosificación, hablar de cosa implica despojar a los niños de todo en cuento tenga que ver con lo subjetivo, hablar de cosa implica hablar de pertenencia, de uso, de uso de una cosa, como si fuese un bien del cual se puede hacer uso y hasta en algunos casos abuso.

En oposición a esto encontramos la noción de un niño sujeto de derechos. Hablar de sujeto es inscribir simbólicamente al niño y sus derechos en el imaginario social. El concepto de niñez como tal, es decir como etapa de la vida di¬ferenciada de la adultez, aparece en la edad moderna. Igualmente, solo desde hace muy poco tiempo (siglo xx), los niños, niñas y ado¬lescentes empiezan a ser considerados como tales, y no en función «del adulto en el que se han de convertir».

La infancia ha evolucionado, hasta llegar hasta como se la considera hoy en día, siendo los niños sujetos de derechos y no objetos que quedan sujetos al deseo de los otros. En las diferentes instituciones donde los niños asisten, encontraremos en cada una de ellas concepciones diferentes de los que significa la infancia, pero, estemos parados desde el lugar que sea, llamase profesional de la salud, de la educación, de una institución u organismo público, no podemos desconocer la ley y los derechos que protegen a los niños y la infancia, y debemos saber que no solo el Estado es el responsable de garantizarlos, sino, que como ciudadanos de un país miembro que adhiere a la CIDN también somos responsables de respetarlos y como mínimo no desconocerlos.

Realizando un análisis Historiográfico de la niñez o la infancia, existen dos autores que realizan estudios en relación a esta evolución. Phillipe Aries realiza un estudio de cómo la infancia era considerada desde el Antiguo Régimen hasta la Modernidad y Donzelot nos plantea un estudio similar en relación a la familia, institución primaria de los niños y cuyo lugar en la sociedad también ha ido sufriendo modificaciones.

Antiguo Regimen

La “historia de la infancia” se inscribe en las constelaciones que fueran tomando, en diferentes tiempos, las formas familiares y sus procesos migratorios, sujetos a la economía y procesos sociales; a las transformaciones en el Estado, a las disputas de poder entre el Estado y la Iglesia, tanto como a las legislaciones propias a cada tiempo histórico.

La vida cotidiana y doméstica y la infancia no parecen haber sido temas de interés. En las crónicas históricas, cuando aparece algún menor es un príncipe o es una princesa. El resto de la infan¬cia no se menciona, esta invisibilizada, lo que da cuenta de la poca importancia asignada a esa etapa. En el arte, se puede observar claramente la concepción de niño, puesto que, en general, la figu¬ra de los niños ha sido expresada con rostros adultos; en muchos cuadros renacentistas, sus figuras están representadas por peque¬ños cuerpos de ángeles, pero con caras y expresiones adultas.

Entonces como llegamos hoy en día a hablar de derechos, como llegamos a considerar a los niños como sujetos a los que hay que respetar, llegamos porque el proceso socio-histórico de la posmodernidad permitió un nuevo cambio de paradigma.

Cuando hablamos de la infancia en el antiguo régimen no podemos dejar de hacer alusión de algunas de las características que la misma presentaba:

1. La Antigua Sociedad Tradicional no podía representarse bien al niño y menos aún al adolescente. La duración de la infancia se reducía al período de mayor fragilidad, cuando la cría del hombre no podía valerse por sí misma y compartía sus trabajos y juegos.

2. En esta época la transmisión de valores y conocimientos no estaba garantizada por la familia. Al niño se lo separaba de sus padres y la educación era obra del aprendizaje, concebido éste a partir de la convivencia de los jóvenes con los adultos.

3. Hasta el siglo XVII – XVIII, la mortalidad infantil pareciera no haber sido un tema de preocupación. Motivo por el cual Ariès se anima a describir y definir que, en tiempos del Antiguo Régimen, se presenta la tendencia al infanticidio tolerado, práctica condenada pero ejercida en silencio. Los niños nacían y morían sin producir demasiada aflicción.

4. En cuanto a la vestimenta el niño era vestido como adulto. Cosa impensada hoy en día, aunque todavía conservada en algunas sociedades.

5. La presencia del niño en la familia y en la sociedad era tan breve e insignificante que no había tiempo ni ocasiones para que su recuerdo se grabara en la memoria y en la sensibilidad de la gente. Práctica casi impensada hoy en la era de la tecnología, donde se deja grabada a través de diferentes medios todos los períodos de la infancia del niño.

6. El niño no salía de una especie de anonimato.

7. La promiscuidad y los juegos sexuales con el cuerpo del niño no tenían límite alguno , al ser criado con frecuencia fuera del ámbito familiar, no necesariamente a cargo de los padres,

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