La escuela de la modernidad a la globalizacion

La escuela, de la modernidad a la globalización - Guillermina Tiramonti

Se habla de la crisis de los sistemas educativos, siendo la perdida de significación social de los procesos que suceden en la escuela. Hay un desfasaje entre la cultura escolar y la cultura de la sociedad, la escuela tiene dificultar para brindar una formación acorde con las nuevas exigencias del mercado.

Todo ha cambiado, menos la escuela, por eso deberá ser sometida a un proceso de innovación para ajustarse al orden globalizado. La crisis de la institución escolar es compartida por una red de instituciones que conformaron el entramado propio de la "modernidad".

La globalización cambia el contexto y las demandas de la sociedad, rompiendo el entramado de experiencias que conformaron la vida moderna, mientras que el conjunto de instituciones y personas que conformaban esta red son liberadas o expulsadas.

la modernidad como contexto de resurgimiento de los sistemas educativos nacionales

Los Sistemas Educativos Nacionales son producto de la modernidad que surgieron por la articulación con las instituciones y los procesos propios de este momento histórico.

1. Trama política: La modernidad plantea un restablecimiento del sentido del poder y su organización.

Los cambios en el sentido del poder

Durante los siglos XI al XVIII, el poder político se fundamentaba en un principio metafísico que le otorgaba el poder a las personas que mandaban; mientras que los hombres no podían cuestionar la legalidad del mandato y proponer acciones para cambiar la gente de gobierno y el contenido de sus mandatos.

Las democracias modernas depositaron la soberanía en los ciudadanos, quienes tienen la posibilidad de cuestionar el orden social y político, pero el sistema carece de soporte genuino que antes le proporcionaba la religión o la tradición. La modernidad rompe con la fundamentación trascendente y los individuos se hacen cargo de organizar su convivencia.

La modernidad constituye la red escolar con el fin de socializar a las nuevas generaciones en valores y principios, para que fueran naturalizados e internalizados. El propósito genuino es la definición del “buen ciudadano” el cual se logra a través de la acción escolar.

La idea de ciudad no se asocia con dignidad, siendo un individuo poseedor de dignidad. El reconocimiento de ésta es el fundamento de la ciudadanía moderna y el principio de igualdad. Es decir que los hombres son iguales en su condición de dignidad y deben ser reconocidos ante la ley.

La identidad ciudadana se constituye sobre el principio de dignidad individual que prescinde de los posicionamientos sociales y las inserciones laborales de cada uno.  

Desde esta "individualidad", el sujeto se articula con el poder a través del lazo de representación. Esta articulación lo constituye en un sujeto de derecho:  poseedor de un conjunto de derechos otorgados por la ley, cuyo cumplimiento debe ser garantizado por el poder.

La extensión de la educación al conjunto de la población fue una cuestión que se planteó la dirigencia moderna. A lo largo de varias décadas se cuestionó si un aumento en la educación de la gente o la autorización de sus derechos electorales servirían para evitar una revolución o constituirían un peligroso incentivo para la rebeldía.

Cambios en la organización del poder

La formación del Estado Nacional está muy ligada a la constitución de los Sistemas Educativos Nacionales. La escuela atendió las exigencias del nuevo orden político, promoviendo a los sujetos el sentido de pertenencia a un espacio social y nacional, el cual era compartido con otros ciudadanos iguales. La finalidad de la escuela moderna tuvo como finalidad anclar la pertenencia a un territorio nacional organizado por el Estado.

La creación de la escuela media en Argentina se dio por la necesidad de proveer al Estado de cuadros para el aparato administrativo burocrático. Los sectores de las clases bajas a través de la estrategia de la educación encontraron en el Estado un espacio de inserción laboral y acceso a recursos de poder, integrando a grandes sectores de la población.

El estado fue el propulsor de la educación donde la inclusión generó exclusión. Muchos fueron expulsados de un modo u otro de la escuela, no incorporados a la red escolar o incluidos en circuitos de baja calidad.  

2. la sociedad del mérito  

Se paso de una sociedad adscriptiva, donde el origen determinaba los lugares que las personas ocupaban en la sociedad, a la modernidad que propone una sociedad que se estructura en base al mérito, donde la inserción laboral y las posiciones sociales de los sujetos se configura en el merito personal.

De esta forma se construyo una relacion entre la educación de las personas y su ocupación laboral, que no existía previamente. El sistema educativo se convirtió en un elemento central de la selección social ya que sus certificados comenzaron a ser utilizados por el mercado para definir y justificar los puestos de trabajo.

La sociedad del mérito abre oportunidades para aquellos que quieran o puedan adaptar sus estrategias a las exigencias del nuevo patrón civilizatorio.  

3. La sociedad familiar

La sociedad moderna, en el siglo XIX, se encontró ante el problema de incorporar individuos a una red de instituciones que regularan sus conductas, siendo un largo proceso de disciplina al que se somete a la clase trabajadora para ajustar su conducta al trabajo de la fábrica. Ante esto, se da un doble proceso que el Estado debe afrontar:

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