Ley General De Educacion
Enviado por ysabelacondori • 7 de Diciembre de 2013 • 5.047 Palabras (21 Páginas) • 291 Visitas
El impacto social de la revolución digital
El nuevo modelo social basado en la información incluye un claro riesgo que puede
provocar desequilibrios: si el acceso a la información no es equitativo se añade un nuevo
elemento de fractura social a los ya existentes. Es lo que se conoce como “brecha digital”
y se refiere a las desigualdades sociales que surgen con la implantación de las TIC en la
sociedad. Quienes carecen de acceso a las nuevas tecnologías no solamente dejan de
beneficiarse de sus ventajas, sino que además se descuelgan de aquellos procesos que
se basen en las TIC, y que como hemos visto en el apartado anterior, cada vez son más
variados y abundantes.
Para ilustrar estas diferencias, podemos destacar, por ejemplo 2, que más de la mitad de
la población mundial nunca ha efectuado una llamada de teléfono (extraño desde nuestra
concepción del mundo, pero comprensible si recordamos que el 20% de los habitantes del
planeta viven con menos de un dólar al día); mientras que en los Estados Unidos y la Unión
Europea la proporción de teléfonos es de uno cada dos personas, en toda África existen
2 Los datos que a continuación se ofrecen han sido extraídos del Informe sobre el Empleo en el Mundo 2001: trabajo
en la Sociedad de la Información, Organización Internacional del Trabajo (OTI), consulta el 15/04/2004 en línea:
<http://www.ilo.org/public/spanish/bureau/inf/pkits/wer2001/wer01ch2.htm>
Estudio de diagnóstico sobre el nivel de utilización de las TIC en las entidades
no lucrativas de acción social que trabajan en pro de la inserción laboral en España
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menos de 14 millones para 739 millones de personas, y como se sabe, la disposición de
líneas telefónicas es un factor determinante para el acceso a las TIC. Sólo el 5% de la
población mundial son internautas, y el 88% de ellos están concentrados en los países
industrializados. Entre África y Oriente Medio sólo suman el 1% de usuarios mundiales de
la Red.
Pero las diferencias digitales no solamente existen entre áreas del globo, sino también
dentro de cada sociedad. El perfil del usuario medio de Internet (varón joven urbano con
nivel de estudios e ingresos altos) refleja la fuerte estratificación de la población en el
acceso. La brecha digital interna es aún mayor en los países en desarrollo, que mantienen
un perfil de usuario parecido, pero en sociedades donde esas características sociográficas
son muy improbables. Es decir, que en las sociedades en desarrollo el número de varones
jóvenes urbanos con nivel de estudios e ingresos altos es bajo respecto a la población
mundial, pero es aún inferior en términos relativos a su propia sociedad de origen.
Según los analistas de la estratificación, es característica histórica que las desigualdades
vayan aumentando según las sociedades se van tecnificando. Como explica Tezanos
(2001), se generan modelos sociales totalmente dualizados: un grupo está constituido
por la “mayoría social conformista” y el otro por las denominadas “infraclases”. A éstas
pertenecen los sujetos que realizan tareas marginales o tareas fuera del sistema productivo
establecido, es decir, que “el propio sistema siguiendo la lógica de mercado deja fuera del
núcleo de oportunidades a los prescindibles, más allá del contexto social de procedencia”
(Tezanos, 2001, 333).
En la Sociedad de la Información, los prescindibles son los analfabetos digitales, porque
la materia prima principal del nuevo sistema productivo es la información y quienes no
dominen las herramientas que permiten su manejo son menos necesarios en el mercado
laboral. El problema es que esta nueva brecha se suma a otras ya existentes y los grupos
con dificultades laborales (personas con discapacidad, mujeres, inmigrantes y minorías
étnicas, parados, jóvenes sin experiencia, drogodependientes, población reclusa, etc.)
tienen una nueva barrera que superar: necesitan una capacitación tecnológica no para
aumentar sus posibilidades de obtener empleo, sino para que sus ya exiguas posibilidades
no sigan mermando.
La brecha interna en el seno de cada sociedad y la externa entre distintas regiones del
planeta hace que en el denominado 4º Mundo, formado por el tercer Mundo más las
islas de pobreza de los países desarrollados, continúe creciendo al ver como la pobreza
está cada vez más polarizada interna y externamente. Los pocos que tienen acceso a las
infotecnologías, y que además son capaces de utilizarlas de manera útil para ellos mismos,
son los que el profesor Castells (2001, 1) denomina “vanguardia tecnológicamente
liberada”; este concepto nos lleva a pensar que la masa digitalmente iletrada no sólo tiene
menos oportunidades laborales, y por tanto sociales, sino que es menos libre. O dicho de
otro modo, que su carencia tecnológica es una carga.
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Estudio de diagnóstico sobre el nivel de utilización de las TIC en las entidades
no lucrativas de acción social que trabajan en pro de la inserción laboral en España
En definitiva, vemos que a la inequidad “de siempre” ahora se añade un nuevo factor: los
tecnológicamente pobres y los tecnológicamente ricos, consolidándose así los patrones
generalizados de exclusión social.
Como ya anunciábamos, la brecha digital ha despertado la alarma de gobiernos, organismos
supranacionales, sociedad civil y tercer sector, y fruto de ello se han adoptado medidas
encaminadas a mitigar el impacto negativo de la nueva transformación social. Todo el
conjunto de acciones que buscan dicho objetivo son conocidas como planes de e-Inclusión.
Es evidente que las fuerzas tecnológicas y económicas siguen su ritmo irreversible, pero
por lo mismo las institucionales y las políticas sociales deben ser capaces de encauzar el
impacto de dicha revolución. La sensibilización por la desigualdad y el trabajo por reducirla
son vitales porque, como hemos visto, con la llegada de las nuevas tecnologías no sólo se
agudizan las diferencias sociales que ya existieran antes de la revolución digital, si no que
además nuevos grupos de población tienen el riesgo de engrosar las filas de los analfabetos
digitales desligándose así del avance social.
La Unión Europea ha sido una de las principales artífices de la Sociedad de
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