NO DISCRIMINACION
Enviado por florvalentina • 18 de Junio de 2014 • 1.319 Palabras (6 Páginas) • 197 Visitas
La discriminación
en la escuela
Apuntes sobre derechos humanos,
discapacidad y educación*
Jorge Alfonso Torres Romero2
Subdirector de Asuntos Internacionales del
Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación
(Conapred)
Me gustaría comenzar mi intervención contando la historia de Miguel, que
seguramente será la de muchas niñas y niños que conocemos.
Resulta que al terminar el ciclo escolar 2006-2007, Miguel no fue aceptado
en su escuela para cursar el cuarto año de primaria. Le dijeron a su
madre, que la escuela había hecho todo lo posible por atenderlo, pero que
para el siguiente curso escolar, ya no lo podrían ayudar.
Miguel vive con una discapacidad motriz, lo que le hace trasladarse en
una silla de ruedas y el problema principal de la que hasta ese momento
era su escuela, es que el cuarto grado se impartía en el segundo piso del
edificio escolar.
A Miguel entonces se le negó el derecho y la oportunidad de estudiar,
porque no habría personal para cargarlo con todo y silla de ruedas, al
salón de cuarto grado.
Yo me pregunto: ¿Qué no sería más fácil mover a todo el grupo de cuarto
grado al primer piso, y dejar que Miguel terminara su educación primaria?
Esto es algo que de manera común se presenta en muchos centros escolares
de nuestro país, y que pone de manifiesto la discriminación y la insensibilidad
de docentes y directivos ante los problemas de la discapacidad.
Por tanto, les preguntaría:
* Conferencia pronunciada en el IMCED el 5 de marzo de 2009 en el marco del XII Coloquio
de educación especial, hoy: Derechos humanos, discapacidad y educación.
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¿Por qué la escuela debería de preocuparse por la discriminación?
Enfrentada como está a los más disímbolos desafíos, exigida desde todas
partes para formar al alumnado en los más variados temas y para ofrecer
soluciones a todo tipo de problemas sociales, lo mismo la contaminación
que la apatía cívica, y desde la corrupción hasta la inseguridad pública, no
es raro que la institución escolar y en particular sus directivos y docentes,
se muestren reacios a incorporar otros temas y a abrirse a la reflexión de
nuevos retos.
En parte se entiende esta actitud: no hay institución pública u organismo
social que no voltee el rostro hacia la escuela solicitándole apoyos y espacios,
porque prácticamente no hay causa que no tenga un importante
componente educativo. Piénsese, por ejemplo, en el ahorro de energía, en
el cuidado del agua o en la prevención de enfermedades, por sólo citar
algunos de los más obvios. Para que estas y otras causas avancen se
necesita educación. Pero el tiempo, el espacio y los recursos de la escuela
no son infinitamente elásticos, no todo cabe, no al menos con la especificidad
que los actores externos demandan y quisieran.
Con todo, deberíamos de tener cuidado en no desechar ciertas problemáticas,
sin analizar sus implicaciones. Hago esta reflexión porque una primera
reacción al poner sobre la mesa la problemática de la discriminación
puede ser precisamente el de verla como un tema más que, de atenderse,
presionaría mayormente la de por sí sobresaturada agenda educativa.
Trataré en mi exposición de mostrar que no es así, incluso intentaré cuestionar
la idea de que en este caso se trata simplemente de un problema
externo que la escuela puede o no atender. Sostendré, en cambio, que la
discriminación es un tema de la escuela. Un tema interno, pues, cuyas
derivaciones y consecuencias cuestionan el sentido mismo de la institución
escolar en dos de sus propósitos esenciales: enseñar a aprender y
enseñar a convivir.
En otras palabras, y aquí adelanto una de las conclusiones principales de
mi exposición, la existencia de cualquier forma de discriminación en la
escuela entraña el fracaso de la misma. Fracaso, primero, en su misión de
hacer que los alumnos aprendan, porque la o el estudiante discriminado no
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se encuentra en aptitud de aprender, dedicado como está a defenderse de
la humillación, los abusos y la violencia psicológica y/o física de que es
objeto. Y fracaso, en segundo lugar, en su propósito de hacer que los
alumnos aprendan a convivir ahora y en el futuro en un marco de respeto
a la diversidad, porque en un contexto donde prevalece la discriminación,
lo que asimila el alumnado no es la cultura de la tolerancia, la empatía y
la cooperación, sino las duras e implacables reglas de la arbitrariedad, la
fuerza y el atropello.
Podrá la escuela discutir si le da más o menos espacio a la cuestión de la
cultura vial o si le da preeminencia al cuidado del agua por sobre el ahorro
de energía (y no ironizo ni disminuyo la importancia de
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