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¿PORQUÉ UNOS PROSPERAN Y OTROS NO?


Enviado por   •  11 de Octubre de 2014  •  1.993 Palabras (8 Páginas)  •  362 Visitas

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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA ESPAÑA DE DURANGO

HOTELERIA Y TURISMO

PRIMER CUATRIMESTRE

TEORÍAS DE LA ORGANIZACIÓN

¿PORQUÉ UNOS PROSPERAN Y OTROS NO?

CATEDRÁTICO: LM. RUTH NÚÑEZ SALGADO

ALUMNO: GISELLE ALEJANDRA HUERTA BARRAGÁN

Victoria de Durango, Dgo,. Septiembre de 2014

INTRODUCCIÓN 3

¿PORQUÉ UNOS PROSPERAN Y OTROS NO? 4

1. La cultura de la Queja 4

2. La crisis 5

3. La pensión 6

4. Hábitos financieros 7

5. Inversiones 8

CONCLUSIÓN 9

BIBLIOGRAFÍA 10

FUENTES 11

INTRODUCCIÓN

La palabra prosperar puede tomar diversos significados según el contexto que se le dé. Prosperar puede entenderse como engrandecer y mejorar progresivamente una situación, tener éxito e imponerse.

Este documento hace referencia mayoritariamente a la prosperidad económica y profundiza en todos aquellos aspectos que se deben desarrollar para lograr alcanzarla. Parte fundamental que se presenta del tema es dar a conocer todas y cada una de las áreas que se ven perjudicadas y beneficiadas por el correcto o incorrecto manejo de los recursos con los que contamos.

Se menciona también, la importancia de dar a conocer todos los aspectos importantes para que se pueda reconocer fácilmente porqué una persona no puede esperar prosperar en un futuro.

Son muchos factores que influyen de manera importante y que deben tenerse en cuenta para poder llegar a prosperar.

¿PORQUÉ UNOS PROSPERAN Y OTROS NO?

El hecho de que una persona tenga la oportunidad de prosperar no se deriva de la cantidad de ingresos que posea, si no de las virtudes que la caractericen como por ejemplo: su diligencia, que se refiere al esmero y al cuidado que se tiene al realizar alguna actividad y la prontitud con que se trabaja, así como su paciencia y, que posea metas realistas independientes de corto o largo plazo.

La gran mayoría de las personas tienen una idea muy común sobre cómo se llega a la prosperidad de cualquier aspecto. Dudan de sus propias capacidades, pensando que las posibilidades de cada individuo son distintas, pero se equivocan al culpar al mal gobierno o las oportunidades que no se les presentan porque los únicos culpables son ellos mismos.

¿CUÁL ES EL VERDADERO PROBLEMA?

1. La cultura de la Queja

El problema claro está, no es de la economía. Pues existen personas que han sido capaces de prosperar aún en la época en la que la crisis fue el tema más grave que se hablaba mundialmente.

El verdadero problema radica en que se nos ha educado con la cultura de la queja. Hay personas convencidas de que la culpa de lo que les pasa nunca es suya, y que siempre existe algún otro responsable que debería asumirla. Regularmente, cuando algo no funciona tendemos a quejarnos y protestar antes, durante e incluso después de arreglarlo. Es así como, poco a poco, entre todos vamos construyendo y normalizando la cultura de la queja que tanto nos ha agobiado.

Sacrificamos mucho de nuestro tiempo en protestar y lamentar, pero ¿alguna vez nos hemos planteado cuál es su resultado? ¿Qué nos aporta la queja? ¿Cuáles son los resultados emocionales que se derivan de esta actitud? Y ¿de qué manera influye en nuestras relaciones? En un primer momento nos ofrecen una zona de confort, aligeran la carga de saber que nosotros mismos somos los únicos culpables, un espacio que nos permite evitar, aunque sea temporalmente, enfrentarnos a aquello que requiere solución. Sin embargo, el consuelo que brindan se evapora con rapidez.

Es de sutil importancia saber que la satisfacción de nuestras necesidades depende de nuestra capacidad de resolver problemas y conflictos. Y la queja constante disminuye nuestras posibilidades y recursos para lograrlo. Nos convertimos en víctimas de nuestra realidad.

2. La crisis

Este también suele ser un punto fuerte de las personas para excusar su poco progreso hacia la prosperidad. Estamos tan acostumbrados a escuchar comentarios de que la crisis es el problema que comenzamos a creerlo. Y la realidad es que sí, la crisis es un gran obstáculo para progresar rápidamente, pero no lo es todo.

Por ello, la expresión crisis económica debe reservarse para aquellas situaciones en las que las dificultades económicas van más allá de un simple empeoramiento transitorio.

Una crisis es una situación que nos estresa y nos causa angustia, porque no la podemos manejar adecuadamente, utilizando los métodos a los que estamos acostumbrados y que no nos han dado resultados positivos en el pasado.

Nuestra actitud es determinante, tanto en la manera de vivir la crisis, como en los resultados que obtendremos al final.

La crisis es identificada de diferente manera según la perspectiva de cada persona. Para algunos este problema podrá serlo todo sin embargo, para otros, la crisis no será tema relevante en sus vidas. Ésta, parte de una realidad que nosotros mismo nos encargamos de construir según nuestra situación económica y cada uno la aprovechamos según nuestras capacidades. Debemos ver como oportunidad lo que otros ven como problema.

¿CÓMO PODEMOS HACER FRENTE A LA CRISIS?

La situación económica que vivimos en la actualidad no sólo es una crisis económica, sino también en muchos casos una crisis vital en la que algunas personas deben afrontar duras dificultades económicas que amenazan su bienestar emocional o el de su familia. Y es que las crisis económicas son un importante factor de estrés y pueden dejar también en “número rojos” nuestra capacidad de afrontamiento emocional.

La mayoría de las personas considera importante ahorrar para cuando haya tiempos económicos difíciles, pero pocos lo hacen, puede ser por su situación financiera o por la economía en general.

A continuación se mencionan algunos factores que ayudan notablemente a sobrellevar este problema.

a) CONSUMO INTELIGENTE

Para conseguir lo anterior, se debe llevar un registro de ingresos y gastos. Esta pequeña acción será de gran ayuda para identificar la cantidad que tiene disponible.

b) ELIMINAR GASTOS INNECESARIOS

Se necesita saber identificar lo que verdaderamente nos hace falta y lo que solo sería una necesidad terciaria. Diferenciar ante todo las prioridades.

c) DETERMINE CUÁNTO PUEDE AHORRAR

Después de conocer sus ingresos y gastos necesarios, debemos definir cuánto podemos ahorrar y tratar de no tocar ese dinero.

d) CAMBIAR MARCAS

Probar con productos más económicos pero de igual calidad.

Como se pudo mostrar en los puntos anteriores, la

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