Planeacion De Medios
Enviado por silviaconga • 7 de Diciembre de 2012 • 4.212 Palabras (17 Páginas) • 458 Visitas
La transición del Siglo XX al Siglo XXI
La “globalización neoliberal”, según Eric Hobsbawm, supone una mudanza económica, política y cultural del mundo en el siglo XXI. Un periodo de transición, un periodo en el que se acreciente la desigualdad, donde el desarrollo económico afecta a los países de manera asimétrica.
Un muy destacado científico ha expresado la opinión de que la raza humana sólo tiene un cincuenta por ciento de posibilidades de sobrevivir al siglo XXI. Ésta es en cierto sentido una afirmación extrema; pero muy pocos disentiríamos de la idea de que nuestra especie y nuestro globo enfrentan ahora peligros sin precedentes para la presente centuria, aunque sólo sea por el extraordinario impacto que la tecnología y la economía humanas ejercen sobre el medio ambiente. En ésta exposición no tocaremos tales escenarios apocalípticos: supongamos que si la humanidad sobrevivió al siglo XX, igualmente lo hará en el siglo XXI.
A grandes rasgos, el siglo XX se ha caracterizado por los avances de la tecnología; medicina y ciencia en general; el fin de la esclavitud; liberación de la mujer en la mayor parte de los países; pero también por crisis y despotismos humanos, que causaron efectos tales como las Guerras Mundiales; el genocidio y el etnocidio, las políticas de exclusión social y la generalización del desempleo y de la pobreza. A consecuencia de lo mencionado, se profundizaron las inequidades en cuanto al desarrollo social, económico y tecnológico y en cuanto a la distribución de la riqueza entre los países, y las grandes diferencias en la calidad de vida de los habitantes de las distintas regiones del mundo. En los últimos años del siglo, especialmente a partir de 1989-1991 con el derrumbe de los regímenes colectivistas de Europa, comenzó el fenómeno llamado globalización o mundialización.
Por otro lado, el siglo XXI se caracteriza por el avance de la digitalización a nivel mundial. A comienzos del siglo XXI, la digitalización experimentó un enorme cambio que dio lugar a nuevos dispositivos de almacenamiento de datos y una mayor intensidad en la expansión de la telefonía móvil (iniciada en los años 80 del siglo XX), entre otras muchas características. En el campo de la tecnología también destacó el conocido como apagón analógico, así como la aparición, en 2005, del TDT o Televisión Digital Terrestre. En este siglo comienza a cobrarse verdadera conciencia del fenómeno conocido como cambio climático, que se ha convertido en una de las mayores preocupaciones internacionales; este problema ha motivado numerosas campañas de protesta, mientras, por parte de los Estados, se proponen medidas destinadas a lograr posibles soluciones, como el Protocolo de Kioto, acordado a finales del siglo XX, y que continúa vigente en la actualidad, siendo su aplicación responsabilidad de los distintos Estados signatarios. En el campo de la política demográfica, la globalización, de la que ya se habló en las últimas décadas del siglo XX, se ha intensificado notablemente.
Los conflictos étnicos, religiosos y culturales
Hablar de conflictos étnicos, religiosos y culturales engloba un todo. Es tratar de clasificar los diferentes conflictos que han surgido a través del tiempo, pero que es imposible hacerlo solo por el simple hecho de que un conflicto étnico envuelve rasgos culturales, religiosos, entre otros.
De hecho, puede sostenerse que el conflicto étnico en sí no existe. Lo que sí existe son conflictos sociales, políticos y económicos entre grupos de personas que se identifican mutuamente según criterios étnicos: color, raza, religión, idioma, origen nacional. A menudo, dichas características étnicas pueden ocultar otras características distintivas, tales como intereses de clase y poder político, las cuales, cuando se analizan, pueden resultar ser los elementos más importantes del conflicto.
Los grupos étnicos, así definidos, también pueden ser considerados como pueblos, naciones, nacionalidades, minorías, tribus, o comunidades, según los distintos contextos y circunstancias. A menudo se identifica a los grupos étnicos en función de sus relaciones con grupos similares y con el Estado. De hecho, muchos conflictos étnicos en el mundo obedecen a problemas surgidos a raíz de los cambios en la posición de un grupo étnico dentro del marco social más amplio.
Un conflicto étnico puede ser entre grupos raciales distintos, como las fricciones entre blancos y negros en Estados Unidos y Sudáfrica producidos por la segregación racial; entre grupos racialmente homogéneos pero religiosamente diferentes como el conflicto entre católicos y protestantes en Irlanda del Norte; entre grupos religiosamente homólogos pero étnicamente disímiles como la masacre entre hutus y tutsis (católicos) en Ruanda; e incluso entre grupos étnica y religiosamente diferentes como el conflicto árabe-israelí ó chino-tibetano. Se diferencia de un genocidio en que éste suele ser perpetrado contra una población prisionera e incapaz de defenderse, mientras que en un conflicto étnico ambos bandos suelen tener capacidad bélica para herir al otro
(Aunque muy frecuentemente uno de los bandos es más poderoso que el o los otros involucrados).
También en algunos casos se utiliza el término "conflicto religioso" cuando las motivaciones del enfrentamiento tienen un tinte más religioso que racial como en Medio Oriente, Irlanda del Norte, Sudán ó Tíbet.
El conflicto étnico puede manifestarse de distintas formas, desde la actitud individual caracterizada por el rechazo, la exclusión y la hostilidad acompañada de estereotipos, prejuicios, intolerancia y discriminación a nivel de las relaciones interpersonales, pasando por la acción política institucional y los movimientos secesionistas, hasta las confrontaciones violentas que pueden revestir las formas de disturbios, matanzas, genocidios, levantamientos, rebeliones, revoluciones, terrorismo, guerra civil, guerras de liberación nacional y guerra entre Estados.
El fin de la Guerra Fría ha permitido aflorar conflictos étnicos, confesionales y sociales ya existentes, al levantarse las barreras de contención que en el pasado impusieron el orden colonial y después las grandes potencias. Este periodo de fin de siglo puede denominarse de “desorden generalizado”, donde junto a una mayor cooperación de las grandes potencias y una reactivación de Naciones Unidas como rectora en la escena internacional, se evidencia el debilitamiento de los estados y la deslegitimación de las “grandes narraciones históricas”.
Vivimos en un mundo en el cual los conflictos no son ya entre los estados- nación, sino entre grupos pertenecientes a distintas
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