REALIDAD PENITENCIARIA ECUATORIANA

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1. Síntesis de la lectura

En los años 70 en el Ecuador no existían infraestructura carcelaria, por tal motivo se adaptó edificaciones como escuelas, conventos, y otros tipos de construcciones para albergar a las personas que cometían delitos, cuya sanción era el encierro, de la misma manera el aumento de presos provocó la sobrepoblación de estos centros carcelarios, y la forma de vida era deplorable. El rubro destinado para la gestión penitenciaria era insuficiente y mal invertida; en la administración de los recursos, personal humano y económico.

De la misma manera en el ámbito femenino, las mujeres transgresoras no sólo tuvieron múltiples y precarias localidades, así mismo no existían cárceles para mujeres. por tal motivo el manejo de centros carcelarios estuvo a cargo de las religiosas del Buen Pastor.

En los años 80 en el sistema carcelario se reconoce problemas que no son del todo ajenos al contexto actual: la ausencia de una política penitenciaria; el fracaso de la labor rehabilitadora de las cárceles del país; la precariedad de las instalaciones carcelarias; el hacinamiento; lo inapropiado de las instalaciones para generar un ambiente tendiente a la rehabilitación, la escasez de trabajo para los/as detenidos/as; el fracaso de los sistemas de clasificación (o la ausencia de los mismos); la poca preparación del personal penitenciario, etc.

EL SISTEMA PENITENCIARIO ACTUAL

Al 2005 en ecuador existían 35 centro de rehabilitación. Donde las personas encarceladas tenían una edad entre 18 y 39 años, en la mayoría son hombres habiendo una relación de 90% hombre y 10% mujeres. entre el 2002 y 2004 hubo un incremento de PPP del 4.16%, lo cual nos da una idea que en Ecuador había una fuerte tendencia de sancionar los delitos con prisión.

De los PPL (personas privadas de libertad) el 85% han tenido educación primaria y secundaria, y el 7.99% educación superior y el 7.01% no ha tenido educación. En cuanto a la relación sentimental los hombres son en su mayoría solteros mientras que las mujeres se encuentran en unión libre.

En el 2004 el mayor delito que se cometía y porque iban presos era en hombres; delitos contra la propiedad y en mujeres la principal razón de encarcelamiento fue los delitos de estupefacientes. De esta manera se puede aseverar que las mujeres son recluidas para actividades relacionadas con el negocio de drogas ilegales.

Una de las crisis fundamentales que manejaba la red carcelaria del 2005 fue que el 59.89% de presos eran procesados mientras que el 40.11% eran condenados, esto se debía a que no se contaba con el personal judicial suficiente, esta medida de mantener a los procesados en la cárcel fue abolida en el 2006.

En el Ecuador la capacidad carcelaria es para 7.463 pero hay una cantidad de 11.427 PPL, habiendo un exceso de 3.964. Según la norma internacional establece que un preso debe contar con 20 mts2, sin embargo, en Ecuador un preso consta con 10.89 mts2. Las PPL se encuentran custodiados por agentes penitenciarios, donde por cada diez internos hay un guía penitenciario, según la encuesta realizada por la FLACSO, Sede Ecuador, la apreciación general sobre el trato que reciben los internos por parte de los guías penitenciarios y personal administrativo, fue un trato regular, sin embargo, existe un alto porcentaje de personas que se consideran maltratadas, lo cual da indicios que se necesita capacitación y entrenamiento en derechos humanos por parte de quienes manejan y custodian las cárceles del país. Pero es complejo cumplir a cabalidad esta necesidad por parte del Estado por falta de presupuesto.  

PRESUPUESTO DE LAS CÁRCELES

Según Calero los recursos asignados a la Rehabilitación Social son parte del sector Asuntos Internos del PRESUPUESTO GENERAL del Estado – PGE, donde se destina el 5.82% de sus asignaciones. El monto asignado al sistema penitenciario tuvo un aumento durante el periodo 2000 – 2004, ya que pasó de 6.73 millones a 27.15 millones. La asignación de fondos no es el único requisito para mejorar el sistema penitenciario, la gestión de estos recursos es muy importante. Y es donde las cárceles presentan mayores falencias. La inversión de estos recursos no se realiza de manera adecuada sino de forma improvisada, ocasionando que el gasto sea ineficiente. En cuanto a los gastos efectuados entre el 2000 y 2004 más de la mitad fueron para gastos de personal en un 58,68%, seguido del 27,8% a bienes y servicios de consumo, el 10,24% a obras públicas, el 2,17% a bienes de larga duración, el 0,57% a transferencia y donaciones corrientes y el 0,53% a otros gastos corrientes. Según Calero (2006: 18) el destino de los recursos va principalmente para gastos de remuneración del personal y los rubros destinados a los internos va destinado para los “ranchos”.

DROGAS Y POBLACIÓN PENITENCIARIA – ADOPCIÓN DE LA POLÍTICA ANTIDROGA EN EL ECUADOR.

La lucha contra la droga se viene dando hace más de un siglo. En 1914 los Estados Unidos aprobó el Acta de Harrison que criminalizó el consumo y tráfico de los opiáceos, sus derivados y la cocaína. La inserción de la droga en la sociedad fue un fuerte impacto en cultura y moral de la comunidad. Los esfuerzos por disminuir la demanda de droga se consideran de carácter médico y doméstico. En Estados Unidos se estableció un enfoque prohibicionista de la droga que está muy lejos de ser abandonado.

Ecuador a pesar de que no es un País productor de droga se alinea a los requerimientos de los Estados Unidos. En 1991 se aprobó la ley de Sustancias Estupefacientes y Sicotrópicas, en la actualidad, representa un endurecimiento de las penas, se presta a ambigüedades e injusticias al no definir la diferencia entre tráfico, consumo y tenencia. Inclusive reduce los derechos de los/as detenidos/as por delitos de drogas.

Los Estados Unidos monitorean el compromiso del Ecuador en la lucha antidrogas, donde se ha invertido 15,7 millones de dólares para incrementar la seguridad en el país.

POLÍTICA ANTIDROGA Y CAMBIOS EN LOS PERFILES DE LA POBLACIÓN PENITENCIARIA.

A partir de la aprobación de la Ley 108, en los años 90, los delitos de estupefacientes comenzaron a predominar en la población penitenciaria del país. A mediados del siglo XIX los mayores índices de delitos eran asesinatos, robos y heridas. Durante el periodo Garciano los delitos se derivan al sentido moral que atentaba contra el orden y la moral pública como la embriaguez, el ocio y el concubinato. En el siglo XX se da un giro radical ya que se empieza a notar lo delitos de estupefacientes alcanzando el 17% de las detenciones en 1980.

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