Repensando La Esfera pública

“La idea de la esfera pública en el sentido de Habermas designa un escenario en las sociedades modernas en el cual la participación política se realiza por medio del diálogo. Es el espacio en el cual los ciudadanos piensan y examinan sus asuntos comunes y por lo tanto es un escenario institucionalizado de interacción discursiva” .

En la creación de una esfera pública democrática se debe dar en una separación completa del Estado, pues este mismo será uno de los focos principales a tratar dentro de los dialogos que se establezcan. Dicha fragmentación solo se puede dar con este ente debido a que cumple la función de público dominante dentro de una sociedad, pero no, como lo plantea Habermas, con sectores o clases sociales que pueden pertenecer a una misma esfera, es decir, tanto las mujeres como las clases obreras deberían estar incluidos y contribuir con opiniones respecto a factores que influyen en sus entornos.

La idea de esfera pública para Habermas se centraba en la participación de los burgueses, esta excluía las demás clases sociales, lo cual causó que se formaran otras esferas sociales como las feministas o de clases obreras. La esfera pública que se suponía era para fines comunes se limitó a a un sector social, en el cual se debía contar con ciertos conocimientos para opinar sobre temas políticos o económicos. Esta limitación de la esfera dio paso para que las mismas personas que participaban asumieran el cargo de clase dominante frente a otros que libremente no podían establecerse como grupo y dar a conocer que también tenían interes comunes que merecían ser compartidos.

“Habermas no llega a desarrollar un modelo nuevo y postburgués de la esfera pública” .

Para ir acorde a los acuerdos democráticos que exigen la sociedad de hoy en día el modelo que planteó Habermas sobre la esfera pública, el cual tiene sus bases en cuatro premisas, debe ser modificado de acorde a las exigencias del entorno y a las nuevas dinámicas por la que este se mueve.

Una de las premisas que para mi es fundamental al momento de replantear la esfera de hoy en día es la primera: que sea posible que los interlocutores en una esfera pública pongan a un lado sus diferencias de estatus para deliberar como si fuesen iguales en la sociedad; la premisa, de que la igualdad social no es una condición necesaria para la democracia política. Partiendo de esto la autora realiza diferentes críticas ante una inclusión que nunca fue llevada a cabo en la esfera pública burguesa. La inclusión de todos los miembros de la sociedad a una esfera nunca se hicieron realidad, mujeres y plebeyos fueron excluidos de esta por los mismos requerimientos que los miembros exigían.

Se supone que en la igualdad todas las personas, indepentiente de su sexo, color o estrato social, deben estar inmersos para dialogar como pares respecto a temas que representan un interés colectivo.

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