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Restitucion


Enviado por   •  28 de Enero de 2015  •  1.887 Palabras (8 Páginas)  •  157 Visitas

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DESARROLLO:

En una parte de nuestro país (como en muchas otras) existe un poblado donde el que manda es el cacique (en este caso Don Manuel) quien se había adueñado de todas las tierras fértiles; (violación del artículo 22o. Párrafo 1, que dice:. “Quedan prohibidas las penas de mutilación y de infamia, la marca, los azotes, los palos, el tormento de cualquier especie, la multa excesiva, la confiscación de bienes y cualesquiera otras penas inusitadas y trascendentales”). y a su vez contrataba a los pobladores como sus jornaleros pero desde luego mal pagados y maltratados (violación del artículo 1º., que dice: “En los Estados Unidos Mexicanos todo individuo gozará de las garantías que otorga esta Constitución, las cuales no podrán restringirse ni suspenderse, sino en los casos y con las condiciones que ella misma establece”.) quienes lo habían demandado porque él les expropio sus tierras, además de estar cansados por tanta injusticia.

Entre los jornales existía un joven llamado Juvencio quien era el líder de ellos al que todo mundo obedecía ciegamente.

Un día después de la jornada de trabajo los jornaleros regresaban a su casa entre ellos Juvencio líder de los campesinos acompañado por uno de de sus compañeros quién le comentaba que ahora que ya habían hecho la demanda (aplicación artículo 17º, párrafos 1 y 3 que dice: “Ninguna persona podrá hacerse justicia por sí misma, ni ejercer violencia para reclamar su derecho.

Toda persona tiene derecho a que se le administre justicia por tribunales que estarán expeditos para impartirla en los plazos y términos que fijen las leyes, emitiendo sus resoluciones de manera pronta, completa e imparcial. Su servicio será gratuito, quedando, en consecuencia, prohibidas las costas judiciales.”), y estaba por resolverse el caso hablara con todos los compañeros para que no se desmotivaran y siguieran en su lucha, a lo cual le contesto que por ahora no le era posible pues había trabajado doble jornada y venia muy cansado, lo único que deseaba era llegar a su casa para descansar, pero que desde luego les hablaría en otra ocasión.

Cuando Juvencio llego a su casa saludo a su madre y a sus hermanos, la madre le pregunta cómo le fue y él no le contesta, actitud que a su hermano el más chico le extraña y le comenta sobre la llegada de los ingenieros que estaban haciendo la medición de los terrenos para la distribución entre ellos; sin saber que Juvencio no estaba enterado de esta última noticia.

Agrego que Don Manuel estaba muy enojado por eso. –dijo entre tono burlesco.

Juvencio guardo silencio y solamente se fue a descansar a su cuarto, la madre lo siguió y le ofreció cenar a lo cual él le contesto que no cenaría.

A su madre le pareció que para levantar el ánimo a su hijo (pues no sabía lo que pasaba) expreso: ¡vamos ganando hijos por fin la tierra vuelve a ser de nosotros esta tierra en donde descansa su padre y le costó gran sacrificio para comprarla, esta tierra que será de sus hijos para que ellos cosechen lo suficiente para comer y no estén con carencias como nosotros, vamos ganando muchachos y que viva la Revolución como dijo su hermano Juvencio en la última junta que tuvimos. (Aplica en el artículo 9º), que dice: “No se podrá coartar el derecho de asociarse o reunirse pacíficamente con cualquier objeto lícito. No se considerará ilegal, y no podrá ser disuelta una asamblea o reunión que tenga por objeto hacer una petición o presentar una protesta por algún acto o una autoridad, si no se profieren injurias contra ésta, ni se hiciere uso de violencias o amenazas para intimidarla u obligarla a resolver en sentido que desee”).

En eso Juvencio se puso de pie y salió bruscamente de su humilde casa.

La madre pregunto: -que diablos le habrá picado a este, el hermano respondió que como era tan impulsivo no dudaba que iría a buscar a Demetrio que quien encabezaba la guardia blanca de don Manuel.

Sin creerlo la madre dijo: Vamos todos a dormir.

Ella se fue a su cocina para limpiarla, cuando a las gallinas inquietas y a los perros, pensó –Es el coyote y salió en su busca mientras tomaba un una gruesa tranca.

Caminaba quedito sin hacer ruido atravesó el corral y llego a la cerca de nopales. Con la luz de las estrellas distinguió a dos hombres que hablaban. Se acerco llena de curiosidad hasta poder escuchar claramente la conversación.

-y como te decía ayer, Juvencio…… el amo don Manuel te admira.. Dice que eres el único capaz de de mandar la guardia blanca.

A lo que contestaba -Yo no sé como don Manuel me manda decir si sabe que yo fui el agitador que yo empecé; además no puedo traicionar a toda la gente que tiene confianza en mi; hasta mi propia madre esta alborotada.

-¿Y qué … tu no ganaras nada el día que le den la tierra a todos ellos, no te dará más es lo mismo.

Si aceptas tu serás el mandón; tendrás caballos, tierras de riego a medias, ganado, armas, dinero, ¡que mas quieres!

Y seguía insistiendo anda hombre acepta siquiera para que tu madrecita, deje ya de trabajar; la pobre está muy cansada y por más que trabajen tú y tus hermanos nunca no ganan para ponerle una criada. (Esto último fue lo que hizo que tomara la decisión de aceptar) ¡vamos! le dijo el viejo tú serás el mandón de todos nosotros…..mañana estarán desprevenidos:; nadie desconfía y les daremos su tierra nada más que serán lotes más chicos y en donde la tierra es puro tepetate, y así convenció a Juvencio quien se fue con él,

Su madre

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