Sexualidad en el adolecente

A continuación, se presentan las bases teóricas que sustentan la investigación sobre la salud sexual y la prevención de infecciones de transmisión sexual

El estudio se relaciona con varias teorías que le dan forma y se vincula con el proyecto planteado.

Examinar la salud sexual, como objeto de análisis sociológico o de las ciencias sociales es una ardua tarea si pensamos que para eso es inevitable abordar el asunto de la sexualidad. Pudor y quiero, curiosidad y rechazo, provocación y censura son tan no todas las actitudes antagónicas que produce la sexualidad como objeto de disputa pública. En la vida personal, la sexualidad es un cuarto oscuro, una de las piezas más íntimas de la cotidianidad. En la vida en sociedad, la sexualidad es un eje organizador, una de las herramientas más propensos al control social. Nos preguntamos entonces ¿cómo abordar un asunto que, aun cuando tan propio de la vida humana, es un foco de censura? y, más que nada, ¿cómo abordar la obra de la salud sexual sin olvidar que son los temores y anhelos de nuestra sexualidad lo cual hay de fondo?

Como una de las posibles respuestas a estas preguntas, se hace un recorrido teórico que permita trazar una ruta de análisis que facilite el abordaje del tema en discusión. En los apartados que siguen a continuación, conceptos como salud, salud sexual, riesgo y género serán abarcados desde la teoría social, tratando de vislumbrar la tensión entre lo micro y lo macro. Para lograrlo, la teoría de las representaciones sociales como referente teórico posibilita una mejor comprensión de la salud sexual y su vínculo con la prevención de las ITS. Desde esta perspectiva, las formas de entender la salud sexual de las mujeres constituyen representaciones sociales en las que convergen diferentes discursos sobre salud, sexualidad y género. Del mismo modo, también se estudia la salud y la prevención como hechos sociales que se construyen desde la vida cotidiana de las personas, según la forma en que se representan el mundo y su vivencia de género.

Dialogar de qué es la salud, de forma general, y la salud sexual en especial, nos introduce en el debate histórico de cómo se las ha comprendido en todo el tiempo. Obviamente, este asunto nos lleva además a tener en cuenta las prácticas sociales por medio de las cuales se hace la salud y los discursos que las generan y, con ello, la configuración de las representaciones de salud sexual. En la historia occidental, la medicina científica, asentada en los siglos XVIII y XIX, acarreó con su llegada el auge del paradigma biologista de la salud. A partir de la perspectiva de las prácticas sociales, este se tradujo en una institucionalización y profesionalización de la medicina científica por la vía de los servicios de salud, con el establecimiento de un sistema doctor. Así como el positivismo y las ciencias naturales alcanzaron el auge a lo extenso de la modernidad, las ciencias sociales además encontraron voz en esta corriente histórica. La psicología, la sociología, la historia y otras disciplinas realizan una separación con el modelo naturista, y abarcan zonas hasta ahora dominadas por las ciencias “puras”. Esto se tradujo en una incorporación de lo social a la concepción de salud y en el planteamiento de una visión que cuestionó su decisión biológica. Lo denominado “social” alude al reconocimiento de las propiedades personales y colectivas de los procesos de la salud y la patología, como determinantes materiales y subjetivos.

Teoría de STDs

Las patologías de transmisión sexual (STDs) se han sabido a la raza humana a lo largo de siglos. Previamente del advenimiento del remedio nuevo, la carencia de la población de percatación y la comprensión de los STDs contribuyeron a la transmisión dispersa de las infecciones en lo que escasas o no hay tratamientos accesibles para intentar las condiciones.

En épocas medievales, la sífilis y la gonorrea eran 2 de los STDs más comunes del continente europeo. Una teoría indica que la sífilis fuera amplia por las partes de dotación que tomaron la patología en los viajes llevados por Cristóbal Colón. Se consideran para tener sífilis contratante mientras tanto que en las Américas y luego para haber extendido la en su retorno al atracar en las lumbreras en el continente europeo. Los marineros son además posiblemente causantes de la expansión de la gonorrea de Tahití a Nueva Zelanda a lo largo de los viajes del cocinero.

Ciertos STDs tienen la posibilidad de tener secuelas severas, vida-cambiantes; la sífilis, ejemplificando, puede provocar ocasional la devastación progresiva del cerebro y la médula espinal, llevando a la disfunción y las alucinaciones mentales, los inconvenientes del discurso y parecía general.

Procedimiento a lo largo de los siglos

En los décimos octavos y diecinueveavo siglos, el mercurio, el arsénico y el azufre eran de uso general intentar la patología venérea, que otorgó sitio comúnmente a efectos colaterales serios y mucha gente falleció del envenenamiento de mercurio. El procedimiento efectivo primero sabido para la sífilis llamó salvarsan o el arsphenamine ha sido introducido en 1910.

Durante el siglo XX, el advenimiento de la penicilina y otros antibióticos llevaron a una vulcanización positiva de los STDs bacterianos. Esto llevó al público que percibía las patologías como menos de una amenaza y de un comportamiento promiscua continuó. A fines de siglo XX, la transmisión de los STDs virales como por ejemplo VIH y el herpes se presentaron, las infecciones que no son curables y en algunas ocasiones tienen la posibilidad de no ser fatales.

Procedimiento hospitalario de patologías venéreas

Debido al estigma sujetado a los STDs, gente vacilaría comúnmente buscar ayuda una vez que la patología estaba en sus escenarios iniciales, mientras tanto que continúa transmitir la infección a los aliados sexuales confiados. En 1746, en el nosocomio de cierre de Londres, el primer procedimiento para la patología venérea ha sido realizado disponible para los que buscaron ayuda.

En la segunda mitad del siglo XIX, el acto de las patologías contagiosas ha sido pasado para arrestar y intentar sospechó a prostitutas.

Aliados sexuales de trazado con los STDs

Era en el de objetivos del siglo diecinueve y el inicio del siglo XX que el valor de dibujar a los aliados sexuales de una persona infectada con un STD ha sido reconocido. Rápido, las clínicas de salud sexuales fueron fijadas para decidir y para intentar individuos con los STDs y a sus aliados, para prevenir la expansión en la población generalmente.

Otro problema grave que se manifestó era un crecimiento en actividad sexual muchacho en los mediados del siglo XX. Esto llevó a la infección dispersa entre equipos de la misma edad más jóvenes y además ha cambiado los causantes políticos de la atención sanitaria de la forma intentados para incrementar la percatación con campañas.

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