Apuntes Sexualidad Adolecente
Enviado por mapatipiapa • 15 de Julio de 2012 • 5.574 Palabras (23 Páginas) • 498 Visitas
Apuntes con fines docentes
Sexualidad en el adolescente
Prof. Leonora del Pozo
Generalidades:
Durante la adolescencia se producen cambios rápidos tales como, la maduración física, ( incluye capacidad reproductiva), maduración cognoscitiva, en la cual el adolescente desarrolla la capacidad de pensar de una manera más lógica y futurista y el desarrollo psicosocial, el cual incluye una mejor comprensión de sí mismo y la relación con otros..
Cada una de estas áreas de cambio se dan por separado, pero a su vez se encuentran muy vinculadas.
La intimidad, la identidad, la integridad, la independencia psicológica y la independencia física son tareas distintas, pero que una se enlaza con la otra en este proceso de maduración, crecimiento y desarrollo.
La sexualidad en la adolescencia:
Es una parte crucial de nuestras vidas, esta está presente desde nuestro nacimiento hasta la muerte. para el adolescente tomar conciencia de este paso y hacerse cargo de lo que le está ocurriendo es parte del proceso natural de transformación que lo llevará a convertirse en un adulto.
"La sexualidad es el más delicado de los comportamientos humanos. Exige cualidades de inteligencia, equilibrio desprendimiento interior y generosidad. La sexualidad es el único terreno en el cual resulta imposible hacer trampas".
La masturbación solitaria es probablemente la actividad sexual más difundida durante este período. A esta práctica sexual solitaria se le han atribuido a lo largo de la historia cantidad de males imaginarios, entre los cuales destacamos: la pérdida de memoria, la parálisis, la imposibilidad de tener hijos y montón más de creencias estúpidas que han provocado el temor en muchos de los que la practicamos.
La masturbación es necesaria como conocimiento de nuestro propio cuerpo, algo realmente útil en la adolescencia . Con esta técnica tratamos que nuestro cuerpo responda a los estímulos erógenos que le enviamos, nos satisfacemos y a la vez nos conocemos. Este es el primer paso para una sexualidad positiva en la etapa adulta. Bajo una forma más compleja, la masturbación en el adolescente puede indicar una tensión psíquica al margen completamente de la sexualidad, representando para muchos una manera de consolarse frente a un entorno nocivo, un modo de evadirse del hecho de sentirse desgraciados, etc... Aquí la masturbación actúa de alivio corporal ante una tensión emotiva, en otras palabras, de relax.
Cuando a la masturbación siempre añadimos las mismas imágenes mentales para alcanzar el placer podemos caer en lo que llamamos fijaciones sin las cuales en placer sería inalcanzable. A menudo se inician en la adolescencia y pueden mantenerse fijas durante toda la existencia del individuo. Evidentemente este tipo de masturbación no logrará una posterior sexualidad positiva sino todo lo contrario haciendo que esa persona sea incapaz de obtener placer a través de otros medios más adultos como el acto sexual.
La clave a menudo que determina la adecuada sexualidad del adolescente y futuro adulto está en la educación sexual recibida. La educación sexual es algo muy hermoso pero quien haga de educador no debe tener represiones sexuales en su subconsciente ni miedos ni complejos porque de este modo la imagen de la sexualidad transmitida será errónea y llena de tabúes.
Reflexiones comúnmente oídas como "Mi madre me ha puesto al corriente del acto sexual pero estaba tan violenta al hablarme que hubiera preferido que callara..." demuestran lo corriente que es convertir la sexualidad en una cuestión mezquina.
La sexualidad bien comprendida es sencilla, porque procede de una persona natural y liberada de sus problemas internos. Debe estar compuesta de altruismo y respeto. No existe verdadera sexualidad con miedo interno. La sexualidad es una donación de sí mismo. Para llegar a ella es necesario que el individuo esté completo en su ser y que la sexualidad no sea una maniobra destinada a compensar sus debilidades y sus miedos.
La sexualidad del adolescente y del joven
Comprende de los 12 a los 19 años, es una época de rápidos cambios y difíciles empresas. El desarrollo físico es sólo una parte de este proceso, porque los adolescentes afrontan una amplia gama de requerimientos psicosociales: independización de los padres, consolidación de las cualidades necesarias para relacionarse con los compañeros de la misma edad, incorporación de una serie de principios éticos aplicables a la realidad práctica, fomento de las capacidades intelectuales y adquisición de una responsabilidad social e individual básica, por nombrar sólo algunos. Pero a la vez que el adolescente se encara con tan compleja sucesión de dificultades concernientes a su evolución conjunta como ser humano, debe dirimir su sexualidad aprendiendo el modo de adaptarse a los cambiantes sentimientos sexuales, escogiendo cómo participar en las diversas clases de actividad sexual, descubriendo la manera de identificar el amor y asimilando los necesarios conocimientos para impedir que se produzca un embarazo no deseado. No es extraño que en ocasiones el adolescente sea víctima de conflictos , sufrimiento y desconcierto.
Por otro lado, la adolescencia también es una etapa de hallazgo y eclosión; una época en que la maduración intelectual y emocional corre paralela con el desarrollo físico y genera una libertad y un creciente apasionamiento vital. La adolescencia no es únicamente un periodo de turbulencia y agitación, como quieren las concepciones tradicionales, sino que, a la vez, suele ser una fase de goce y felicidad que marca el tránsito agitado y tumultuoso al estado adulto (Offer y Offer, 1975). La naturaleza paradójica de la adolescencia se patentiza sobre todo en la esfera de la sexualidad.
Aspectos psicosexuales de la adolescencia
Fantasías sexuales
Los sueños y las fantasías sexuales se tornan más frecuentes y explícitos en la adolescencia, muchas veces como elemento auxiliar de la masturbación. Parece ser que la fantasía, en el marco de la adolescencia, cumple varios cometidos: realza por lo general el placer de la actividad sexual; puede sustituir a una experiencia real (pero inasequible); origina excitación o provoca el orgasmo; constituye una especie de plataforma de ensayo mental de cara a ulteriores situaciones sexuales (aumentando la tranquilidad y anticipándose a posibles problemas, igual que ocurre con el ensayo de cualquier otra actividad) y, en fin, supone un medio de experimentación sexual sin riesgos, controlable y nada conmocionante. La experiencia del adolescente, en cuanto a la exploración del alcance y aplicabilidad de las fantasías, repercute decididamente en su actividad sexual y en la propia seguridad
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