Sobre la eutanasia y el suicidio asistido
Enviado por angelarayaf • 13 de Diciembre de 2020 • Ensayo • 2.088 Palabras (9 Páginas) • 218 Visitas
En primer lugar, se vale definir los conceptos claves con respeto a los cuales se realiza este ensayo, así la eutanasia es “ el acto deliberado por el cual una persona pone fin a la vida de otra por petición expresa de esta” (Aycke O.A.Smook 26).Y con respecto al suicidio asistido, aquí es quien desea morir el que se quita la vida, generalmente gracias a la ingesta por su propia cuenta un medicamento letal recetado por un médico que apoya la decisión del paciente en cuestión.
Tanto la eutanasia como el sucidio asistido son tématicas que causan gran polémica y a su vez dilemas éticos, esto ya que ambas concisten en terminar la vida de una persona artificialmente. Esta discución se enmarca tanto en ámbitos sociales, políticos, jurídicos, religosos, etc. Sin embaro la discución se desenvuelve principalmente en el ámbito de la bioética dado que la acción de intervenir en la vida de alguién para así terminarla, dependiendo de el fin por el cual se utilicen los medios previamente nombrados, pone en conflicto los principios de dicha rama de la ética. Siendo estos: principio de beneficiencia, principio de autonomía, principio de la justicia y el principio de la no maleficiencia.
De esta forma, el tema a tratar en este ensayo son las razones por la cuales puede ser éticamente aceptados o rechazados tanto la eutanasia como el suicido asistido. Para esto se busca reponder la siguiente custión ¿En qué medida puede ser éticamente aceptable el fenómeno de la eutanasia y el suicidio asistido, desde la perspectiva de la vulnerabilidad, dependencia y la autonomía?
La principal problemática existente con respecto a la pregunta es el conflicto que se forma entre los principios de la bioética, principalmente entre la beneficiencia hacia el paciente y la autonomía del mismo en el caso de que este precise por voluntad propia que se le practique eutanasia o que se le den las facilidades pertinentes para que el mismo pueda quitarse la vida. Así como también, esta problemática nace desde la visión desde distintas perspectivas éticas, en donde pueden verse en conflicto, por ejemplo la mirada desde ética de la virtud con Ley Natural de Santo Tomás de Aquino, en donde se busca ordenar nuestra acciones con respecto a los bienes que son propios de nuestra humanidad, siendo uno de estos bienes y de los más importantes la vida, por lo que se reconocería como una atrocidad moral atentar contra esta, inpendiente del motivo, mientras que una mirada contraria a esta podría ser una Utiliratista Benthamniana, en donde se mide lo ético de los actos según la cuantificación del beneficio que dicho acto aporte tanto al individuo como a la sociedad, en donde, por la naturaleza consecuencialista de esta evaluación ética, no se reconocen atrocidades morales (puesto esto sería darle un valor ético previo a la realizacion del acto sin que se hayan visto empíricamente las consecuencias de este) e inclusive puede reconocerse como ético el acto, si el beneficio que produce es mayor a la merma de la utilidad que trae consigo.
De esta forma, puede ser éticamente aceptable tanto la eutanasia como el suicidio asistido en la medida que tanto el principio de la beneficiencia como el de la no maleficiencia se entiendan desde una mirada utilitarista, o sea en donde el beneficio de llevar a cabo las medidas anteriormente mencionadas sea mayor al perjuicio que provoque el acto tanto en el individuo como en la sociedad y a su vez no se reconzca el terminar la vida de una persona artificialemente con un mal a priori. Así, no teniendo conflictos con dichos principios y respetando los de autonomía y justicia.
En primer lugar, se tiene que universalemente, a los casos clínicos en que legalmente se le permite la eutanasia o el suicidio asistido son casos en que el pasciente padece de una condición que pone al límite su bienestar tanto psicológico como fisiológico y/o en donde este expresa voluntariamente, sin ninguna presión externa que necesita de dichos servicios para mantenerse con vida. Así
“Las tres principales condiciones que deben darse para que pueda llevarse a cabo son: una petición realizada de forma reiterada, cuidadosa y voluntariamente por un paciente competente, sin ninguna presión externa; un sufrimiento físico o mental insoportable (hay que señalar que son conceptos de valoración subjetiva por parte del paciente dado que el dintel del sufrimiento es algo individual y variable); y una lesión o condición patológica grave e incurable causada por enfermedad o accidente, por la cual el paciente se encuentra en una condición médica sin esperanza, no necesariamente terminal” (Jacqueline Herremans 37)
Por lo que, teniendo en cuenta lo anteriormente mencionado, tanto la eutanasía como el suicidio asistido en donde no es ilegal que se efectuen, son hechos teniendo en cuenta la autonomía del paciente y mirando la beneficiencia de este no tomando el valor moral de conservar la vida como un beneficio para el paciente a priori, si no más bien, se tiene en cuenta el estado de salud actual del paciente y se evalua como afecta la utilidad del mismo el mantenerlo en ese estado v/s el practicarle eutanasia o permitirle el suicidio asistido, es decir desde una perspectiva utilitarista, en donde a pesar del subjetivismo en el sentir del paciente, se hace una suma cuantitativa entre beneficios y la merma del mismo. Así encontrandose concordancia entre el principio bioético de la Beneficiencia y la Autonomía.
En segundo lugar, se tiene que el utilitarismo es consecuencialista, esto quiere decir que mide el valor ético de los actos, según la consecuencia empírica de los mismos. Esto quiere decir que esta rama de la ética no reconoce actos como moralmente atroces a priori sin antes haber sido sometido a una evaluación cuantitativa (en caso de mirar el utilitarismo desde la perspectiva de bentham) con respecto a la suma de los placeres que produce dicho acto tanto en el individuo que realiza o sobre el cual ser realiza el acto como en la sociedad. De esto se tiene “Una acción, entonces, puede decirse que acuerda con el principio de utilidad o, para ser breves, con la utilidad (queriendo significar con respecto a
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