EUTANASIA Y SUICIDIO ASISTIDO
Enviado por miriamcasher • 7 de Junio de 2015 • 1.178 Palabras (5 Páginas) • 300 Visitas
EUTANASIA Y SUICIDIO ASISTIDO
DEFINICIÓN DE EUTANASIA
Etimológicamente el término sólo significa «buena muerte» y, en este sentido etimológico, vendría a resumir de excelente manera el ideal de la muerte digna. Sin embargo, esta palabra se ha ido cargando de numerosos significados y adherencias emocionales, que la han vuelto imprecisa y necesitada de una nueva definición.
Para deslindar sus diversos significados se han introducido adjetivos como «activa», «pasiva», «directa», «indirecta», «voluntaria» o «involuntaria». El resultado final ha sido que la confusión entre la ciudadanía, profesionales sanitarios, los medios de comunicación y, aun, los expertos en bioética o en derecho, no ha hecho sino aumentar. Como un intento de delimitar el significado de la palabra eutanasia existe hoy en día una tendencia creciente a considerar solo como tal las actuaciones que:
a) producen la muerte de los pacientes, es decir, que la causan de forma directa e intencionada mediante una relación causa-efecto única e inmediata.
b) se realizan a petición expresa, reiterada en el tiempo, e informada de los pacientes en situación de capacidad.
c) se realizan en un contexto de sufrimiento debido a una enfermedad incurable que los pacientes experimentan como inaceptable y que no ha podido ser mitigado por otros medios, por ejemplo, mediante cuidados paliativos.
d) son realizadas por profesionales sanitarios que conocen a los pacientes y mantienen con ellos una relación clínica significativa.
De acuerdo con estos criterios, las actuaciones que no encajen en los supuestos anteriores no deberían ser etiquetadas como «eutanasia». El Código Penal vigente no utiliza este término, pero su artículo 143.4 incluye la situación expuesta mediante un subtipo privilegiado para una forma de auxilio o inducción al suicidio.
LA FALACIA DE LA PENDIENTE RESBALADIZA (SLIPPERY SLOPE)
El argumento contra la eutanasia de la pendiente deslizante defiende que si se propone que se acepte A (muerte voluntaria por compasión), que desde el punto de vista moral convenimos que no presenta objeciones, habría que rechazarlo porque podría llevar a B (muerte por imposición), que es moralmente censurable (tras el primer paso por una pendiente resbaladiza es muy difícil volver atrás y evitar irse al fondo).
Ciertamente toda regulación de conductas sociales requiere de unos criterios que, aunque puedan parecer arbitrarios y filosóficamente problemáticos, procuren garantizar los valores aceptados por la comunidad, que no son otros que los derechos humanos. Criterios que han de defender del abuso a los miembros más vulnerables de la sociedad.
En su versión lógica el argumento de la pendiente deslizante es absurdo, porque no hay ninguna razón por la cual la regulación de la eutanasia, que resulta del respeto a la libertad del individuo a disponer de su vida, vaya a justificar en ningún caso homicidios que no respeten la autonomía de la voluntad. En su versión empírica el argumento escudriña los datos de eutanasia y suicidio asistido en Holanda y Bélgica, tergiversándolos en aras de una justificación que raya en el ridículo.
Pero los datos son tozudos y demuestran que la teoría de la pendiente resbaladiza en Holanda (el recurso al miedo) no se ha confirmado. Los médicos rechazan un tercio de las solicitudes de eutanasia, las cifras (menos del 3% de muertes por eutanasia) se mantienen a lo largo del tiempo sin cambios significativos y no existen grupos vulnerables o socialmente desfavorecidos (mujeres, pobres, minorías étnicas, raciales con un soporte inadecuado y un difícil acceso al sistema de salud) que soliciten con más frecuencia la eutanasia,
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