UN MUNDO FELIZ DE "ALDOUS HUXLEY"
Enviado por eliasnovia • 18 de Febrero de 2015 • 2.807 Palabras (12 Páginas) • 433 Visitas
UN MUNDO FELIZ DE
“ALDOUS HUXLEY”
El ser humano ha de renunciar a la libertad para conseguir la felicidad. Por ello, los hombres y mujeres del mundo feliz son programados desde la infancia en lo que luego serán sus fobias y querencias. Así, a un grupo de niños se les enseña a odiar los libros por el sistema de mostrarles volúmenes de brillantes colores y, cuando se acercan a ellos, son sometidos a descargas eléctricas que imbuirán en ellos el odio ( y el temor) a la letra impresa para siempre. Uno de los personajes de la novela, a la sazón un cargo directivo importante, afirma ante un grupo de atentos discípulos que el secreto de la felicidad es "amar lo que uno tiene que hacer". De esa forma, se deduce, la sociedad evitará cualquier perturbación, pues los hombres nunca estarán descontentos con su destino.
La forma de conseguir tan utópico y a la vez terrorífico objetivo se explica en las páginas iniciales del libro. En un agudo alarde de presciencia, Aldous Haxley describe en su obra cómo los hombres del mundo feliz han alcanzado un objetivo que en la obra se denomina bokanovskificación y que es otra cosa que lo que hoy se denomina clonación. Se pueden crear docenas de individuos totalmente iguales hasta un máximo de noventa y seis, lo que represente para uno de los encargados del proceso un lamentable pero a la vez ineludible contratiempo. Todos los pobladores del mundo feliz nacen artificialmente por medio de la bokanovskificación, lo que implica de forma directa que la familia no existe. Esto da lugar a una serie de peculiaridades en la sociedad que Huxley refleja magistralmente al tiempo que elabora una interesante trama de rebeldías, amores frustrados y tragedias personales.
Tampoco hay ancianos en el mundo feliz. Los humanos viven un promedio de unos setenta años y hasta el momento de su muerte conservan el aspecto lozano de un joven de entre veinte y treinta. Por otro lado, la muerte no se ve como un tabú ni como un incidente merecedor de poco más que unos minutos para convertir el cadáver en sustancias que serán utilizadas por la sociedad. Así, hasta después de muertos, los ciudadanos sirven a la comunidad. El consumo es también uno de los pilares que sustentan el mundo feliz. Los habitantes son continuamente impelidos a adquirir objetos de lujo: vestidos, viajes, vehículos... en una espiral de consumismo que los aleja de peligrosas introspecciones que pudieran despertar dudas sobre su vacío modo de vida.
De esta manera, se considera una aberración que los niños jueguen con cosas tan simples como piedras y palos cuando pueden hacerlo con costosos juguetes cuya fabricación genera empleo y, por lo tanto, estabilidad.
Un mundo feliz empieza en una sociedad futurista incómodamente estéril y controlada, frecuentemente llamada "el Estado Mundial".
Este pequeño libro da comienzo hablando de un grupo de estudiantes jóvenes que visitan la fábrica del "London Hatchery and Conditioning Centre”. Todo es un poco extraño.
El Director les explica a los estudiantes el proceso por el que los humanos crecen dentro de las botellas y luego son "condicionados" (es decir, les lavan el cerebro) para que crean unas verdades morales. Este condicionamiento, que se conoce también como hypnopaedia o docencia en el sueño les enseña a los ciudadanos a creer en el valor de la sociedad sobre el individuo. Cada persona existe para servir a la comunidad. Su papel es ser consumidores y trabajadores, lo cual mantiene estable y fuerte a la economía – comprar mucha ropa, usar mucho transporte, hacer el trabajo, etc.
Para que el sistema funcione más fácilmente, se divide a los humanos en varias castas: los Alfa, los Beta, los Gamma, los Delta y los Épsilon.
Los Alfa son inteligentes, altos y musculares; los Épsilon son bajos, estúpidos y feos. Esta gente cree que el mejor modo para subyugar a los que no son Alfas es darles substancias peligrosas mientras todavía están en la probeta. En este caso utilizan alcohol y se les priva del oxígeno. También, las castas bajas se crían en tandas, de modo que 100 Épsilon son copias exactas.
En el Estado Mundial, hacer el amor no es nada especial, se hace todos los días, y es explícito. "Todos pertenecen a los otros", lo cual quiere decir que si un hombre quiere acostarse con una mujer, le dice públicamente, "Oye, hagamos el amor esta noche" y ella le conteste Va. Los niños aun juegan a juegos como jugar a alas escondidillas. También, las orgías son eventos bi-semanales requeridos.
La otra actividad principal de este mundo es tomar un narcótico que se llama soma, una droga que lleva al usuario a la "eternidad lunar", es decir, un escape psicodélico de la realidad. Recibimos la mayoría de esta información del Director durante la visita y el resto nos cuenta Mond, un hombre importante que es uno de los diez Controladores Mundiales. Mond explica al mismo grupo de estudiantes.
Cómo se formó esta sociedad. La versión breve es que el mundo iba empeorando y empeorando hasta que la población del mundo dijo, "¡Ya no podemos más! ¡Por favor, quítenos las libertades y la individualidad en nombre de la estabilidad universal!" Y los que mandan dijeron, Va. Y ahora no existe la guerra, ni la tristeza, ni la individualidad, ni la historia, ni la literatura, ni las familias, ni los lazos emocionales a los otros; no se permiten la soledad, la libertad científica, ni la religión Pero hay sexo, y hay mucho.
Bernard Marx, un psicólogo Alfa-Plus que, por alguna razón u otra, no tiene el gran aspecto físico que posee la mayoría de los Alfa. Es bajo. Bernard se siente aislado porque es diferente y todo el tiempo que pasa solo le permite contemplar grandes temas como "Ojala que todos no fueran tan
Helmholtz Watson, otro hombre Alfa-Plus que comparte con Bernard el descontento con sus vidas controladas y estructuradas, pero afortunadamente no comparte las carencias físicas de Bernard, Helmholtz es muy guapo. De hecho, es tan guapo que cuando lo conocemos por primera vez tres mujeres están proponiéndole que tengan una orgía. Sin embargo, se niega y charla con Bernard sobre lo insatisfechos que están con la vida. Crear algo más intenso y apasionado pero no sabe qué puede ser.
La cita de Bernard y Lenina. Él quiere pasar un rato hablando o quizá caminando de la mano en la playa. Lo cual pone confundida a Lenina, quien sólo quiere tomar drogas y hacer el amor. Al final, Bernard se rinde a la seducción, pero tiene que tomar unas gramas de soma antes de poder acostarse con ella. La mañana siguiente expresa remordimientos. Le dice que debían haber esperado antes de hacer el amor. Él quiere ser un adulto, no
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