ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Como se da el Estudio MATRIZ DE COMPETENCIAS


Enviado por   •  19 de Noviembre de 2017  •  Resumen  •  5.003 Palabras (21 Páginas)  •  3.399 Visitas

Página 1 de 21

MATRIZ DE COMPETENCIAS

CONCEPTOS

CRÍTICA

RELACIÓN EN TÚ VIDA LABORAL

DEFINICIÓN

La Coordinación General de Universidades Tecnológicas (2008), en su libro Manual para la difusión de Modelo de Educación Basada en Competencias del Subsistema de Universidades Tecnológicas, hace una interesante referencia de definiciones que a continuación se citan:

Spencer y Spencer (1993). Es una característica subyacente de un individuo, que está causalmente relacionada con un rendimiento efectivo o superior en una situación o trabajo, definido en términos de un criterio.

 

Rodríguez y Feliú (1996): Conjuntos de conocimientos, habilidades, disposiciones y conductas que posee una persona, que le permiten la realización exitosa de una actividad.

 

Ansorena Cao (1996): Una habilidad o atributo personal de la conducta de un sujeto, que puede definirse como característica de su comportamiento, y, bajo la cual, el comportamiento orientado a la tarea puede clasificarse de forma lógica y fiable.

 

Boyatzis y Woodruffe (1993):  Conjuntos de patrones de conducta, que la persona debe llevar a un cargo para rendir eficientemente en sus tareas y funciones.

 

Según Bazdresch (1998): La competencia busca adquirir una capacidad, la cual se opone a la calificación, cuando esta sólo está orientada a la pericia material, al saber hacer. La competencia combina esa pericia con el comportamiento social. Por ejemplo, se puede considerar competencia la aptitud para trabajar en equipo, la capacidad de iniciativa y la de asumir riesgos. Las competencias no sólo se aprenden en la escuela; resultan también del empeño y desempeño del trabajador que por sus cualidades innatas o adquiridas subjetivas

Con base a estas definiciones, concluyen que:

Son características permanentes de la persona, se ponen de manifiesto cuando se ejecuta una tarea o se realiza un trabajo, están relacionadas con la ejecución exitosa en una actividad principalmente laboral, tienen una relación causal con el rendimiento y éxito laboral, pueden ser generalizables a más de una actividad.  (Coordinación General de Universidades Tecnológicas, 2008, p.9)

Por su parte Gallego y Gamiz (2009), hacen referencia a las siguientes definiciones competencia:

Perrenoud (2004): La capacidad para movilizar varios recursos cognitivos para hacer frente a un tipo de situaciones.

Portelance (2005): La competencia es un concepto dinámico que se lo otorga el hecho de la movilización y del contexto, así como la transferencia por el hecho de que implica operaciones cognitivas complejas de unión teoría-práctica, de reflexión.

Finalmente plantean su propia definición:

La noción de competencia remite, pues, a situaciones problemáticas en que, en la esfera profesional, se requieren movilizar los saberes para tomar decisiones y actuar de manera pertinente en el contexto de trabajo. (Gallego y Gamiz, 2009, p137)

De igual forma, Tarif (2009) describe que la competencia es “un saber actuar complejo que se apoya sobre la movilización y la utilización eficaz de una variedad de recursos” (p.3).

Por su parte García (2011), refiere la siguiente definición de competencia:

Frade (2009): La capacidad adaptativa cognitivo-conductual que es inherente al ser humano, las cuales son desplegadas para responder a las necesidades específicas que las personas enfrentan en contextos socio-históricos y culturales concretos, lo que implica un proceso de adecuación entre el sujeto, la demanda del medio y las necesidades que se producen, con la finalidad de poder dar respuestas y/o soluciones a las demandas planteadas

Desde sus inicios históricos, la definición de competencia., ha sido el centro de múltiples confusiones, ya que el término, que resulta muy innovador, tal como se analizó, incluye muchos conceptos que, aunado a que no se define por la suma de todos ellos, sino que son incluyentes unos con otros, el resultado se traduce en la dificultad en la comprensión del término.

Actualmente, la confusión se da por el exponencial número de documentos que abordan el tema de la educación basada en competencias, y aunque muchos de ellos, cumplen con los requisitos básicos en cuanto a normas científicas, pareciera que, en ocasiones, cada uno retoma diferentes aspectos de la definición.

No obstante, en los artículos de fecha reciente, se observa que existe mayores congruencias en las características y componentes de la definición, pues coinciden en varios aspectos como:

Son un conjunto de habilidades, conocimientos, actitudes, etc, orientadas a la resolución de situaciones labores, a través de la aplicación en tiempo, forma, eficacia y eficiencia de los recursos que componen la competencia en un determinado contexto social, cultural, económico, político y económico determinado.

Resulta claramente importante que se coincidan en estos aspectos, pues de manera paulatina los currículos educativos donde ese concretan estas definiciones, resultan más precisas y adecuadas para preparar alumnos competentes laboralmente, pero que a su vez puedan contar con los requisitos necesarios para realizar su labor profesional en un marco de calidad e innovación constante.

Por otra parte, resulta especialmente importante el establecimiento de claro de características a nivel mundial, pues como lo plantea Gallegos y Gamiz (2009), nos encontrarnos en un mundo globalizado, donde todo se maneja con base a estándares de calidad en cuanto a competencias, por lo que se requiere, comenzar y continuar estrategias eficaces  en los procesos educativos con la finalidad de que los alumnos logren alcanzar niveles de competencia internacionales y con esto puedan insertarse con mayores recursos en la sociedad del conocimiento por la que atravesamos actualmente.

La idea básica, es que los alumnos sepan resolver problemas al momento de enfrentarse a los escenarios educativos reales, de manera activa, innovadora y eficaz, lo que se traduce en estándares de calidad en el área laboral.

Actualmente, laboro con alumnos, docentes y padres de familia en un centro educativo que atiende población en condición de discapacidad.

Desde el nivel de preescolar, hasta el nivel de capacitación para el trabajo, resulta muy importante que de acuerdo a su nivel escolar y cognitivo, los alumnos exhiban competencias para la vida y en los grados superiores, también para el trabajo, pues aunque muchos salgan a prácticas a escenarios reales, para ellos, por su condición, les es especialmente complejo  enfrentarse a este tipo de contextos, por lo que en este ciclo escolar, se consideraran por primera vez , y en otros casos, se dará continuidad a las estrategias para la promoción de muchos de estos aspectos de la educación basada en competencias. Dando énfasis al factor de independencia.

De hecho, los alumnos de los talleres de capacitación laboral, deben de cumplir con el desarrollo de competencias, ya que todas la acciones y certificaciones, están acreditadas mediante el Marco Mexicano de Cualificaciones, que corresponden a diferentes niveles de competencias alcanzadas.

Este tipo de enfoque, me permite que, en mis labores cotidianas, con alumnos, docentes y padres de familia pueda promover sus competencias para un buen desempeño en su vida cotidiana, sobre todo en cuanto a sus competencias para la vida.

En este sentido, es muy importante reconocer e integrar este tipo de enfoque a las actividades docentes, pues permite la práctica constante en escenarios reales y el reajuste de acciones cuando así lo requiere la situación.

Finalmente, es muy importante para mi vida laboral, tener un desempeño con la calidad necesaria para aportar lo necesario desde mi función con la población del centro educativo, por lo que este enfoque me brinda estas herramientas de evaluación constante, que aporte datos de los resultados del desempeño.

En lo personal, me parece que tengo elementos importantes dentro de mis competencias laborales, pues la toma de decisiones que realizo de manera cotidiana, dan respuesta a los diferentes contextos en los que me desenvuelvo, lo cual se observa claramente en avances conductuales dentro de aula, en un mejor manejo por parte de los padres a sus hijos, y en prácticas diversificadas de los docentes en sus acciones pedagógicas.

 

Por supuesto, que esto no se da de manera automática, sino a través de una serie de actividades de sensibilización, de práctica y sobretodo del factor actitudinal que tanto padres, docentes y alumnos, presentan hacia alguna actividad, para favorecer el desempeño escolar.

HISTORICIDAD

El enfoque por competencias, tiene su origen en el ámbito productivo, de manera específica en el área de la capacitación, concretamente en países como Inglaterra, Estados Unidos y Japón, cuyo objetivo era hacer más eficientes los procesos de producción en el área industrial, donde se desarrollaron técnicas de medición de puestos, para garantizar la eficiencia en el trabajo realizado y la movilidad de los trabajadores.

Para el logro de este cometido, era importante vincular el sector productivo con los procesos educativos, especialmente con el área profesional y la preparación para el empleo”

Vossio (2009), hace un recorrido del surgimiento de esta tendencia:

La llamada organización científica de la producción, concebida por F. Taylor, aliada a la producción en serie de Henry Ford, inauguró una era de transformaciones tanto en la vida económica como en la vida profesional.

En la década de los 20, un grupo de psicólogos conductistas tuvieron una importante función en el período de la industrialización, ya que muchas de sus metodologías fueron empleadas para mejorar los procesos de trabajo.

En 1959, la Conferencia de Woods Hole, Massachussetts, fue convocada por la Academia de Ciencias de los Estados Unidos con el objetivo de mejorar la educación científica.

En los años 60, surgió en la Organización Internacional del Trabajo, propuesta para un proyecto de valorización del trabajador y concesión de certificados a aquellos cuyos conocimientos tácitos fueran comprobados, aun cuando no hubiesen completado sus estudios escolares

En 1968, B.S. Bloom mostraron que todos los estudiantes de un mostraron un dominio satisfactorio de una materia, siempre y cuando el aprendizaje fuera flexible y como consecuencia de este trabajo surgió, un movimiento llamado “Enseñanza basada en competencias”

Por su parte, Seseña (2013), describe que en la década de los 70 en los Estados Unidos, el psicólogo, David McClelland, inicia algunas investigaciones para mejorar los procesos de selección y capacitación de personal, a través de entrevistas y observaciones, para analizar los distintos niveles de eficiencia que mostraban los empleados, con el objetivo de identificar las características que determinaban el éxito o fracaso en su desempeño laboral de cada persona, lo cual constituiría, la primera definición de Competencias

En los años 80, surgieron en Europa publicaciones sobre la evaluación basada en competencias como reflejo de la bibliografía norteamericana de la década anterior y los servicios de recursos humanos, mantuvieron el enfoque metodológico de Enseñanza para la Competencia, concretizando el aprendizaje para el dominio de Bloom (Vossio, 2009)

En 1992, el Centro Europeo de Formación Profesional (CEDEFOP) organizó una serie de seminarios para discutir el concepto de competencia, lo que resultó en mayor confusión todavía respecto de lo que se concordaba con relación a este concepto

En el 2001, se desarrolló en Europa el denominado Proyecto Tuning, dirigido al establecimiento de espacios comunes de enseñanza que permitiría a diferentes países compartir enfoques, metodologías y sistemas de educación, afines y globales.

En 2004, América Latina incluido México, retoman la idea de este proyecto y establece un nuevo enfoque de educación superior que persigue el desarrollo de niveles de educación compatibles y proyectados hacia la mundialización de la educación superior.

México empieza a introducir en las Universidades este nuevo paradigma educativo basado en competencias (Seseña. 2013)

En 2009, se introdujo en el Marco del Modelo educativo del S:XXI, en la vertiente pedagógica, el modelo de “Educación Basado en Competencia” (EBC).

El concepto como tal, ha sido ampliamente criticado, sobre todo por los sectores populares y de índole político izquierdista, por su origen claramente productivo y por ende capitalista.

No obstante, al profundizar en la historia, se hace más evidente, que también se benefició a ciertas clases socio-económicas, que antes de ningún modo podían acceder a este tipo de clasificación en el trabajo y por ende a una mejor remuneración económica.

Resulta interesante, pero no inesperado, que este acontecimiento meramente laboral, traspasara a las aulas de todos los países, pues como es lógico, es aquí donde se inicia el desarrollo de competencias laborales y donde, de manera natural, se tendrían que realizar los ajustes necesarios y pertinentes para alcanzar perfiles de egresos congruentes con lo que se requiere en el mundo laboral y profesional.

En términos generales, se observa históricamente relevante que los países, hayan generado investigaciones, congresos, encuentros, intercambios internacionales con la finalidad de, en primera instancia, tratar de establecer criterios unificados, en cuanto a conceptos, metodologías, procesos educativos, para finalmente lograr instaurar estándares de calidad en los diferentes niveles de eficiencia laboral y profesional.

Lo anterior, realmente resultaría más atractivo para sus detractores, si en estos encuentros internacionales, se establecieran también parámetros para asentar las condiciones mínimas necesarias, para que cualquier ser humano pueda tener acceso a la educación con este enfoque y así, tener la oportunidad de integrarse en este tipo de sociedad económica.

Quizá sea el hecho anteriormente descrito, el que ha propiciado las mayores críticas a la historia de este enfoque por competencias, no obstante, se debe enfatizar que también presenta muchas bondades y elementos positivos, entre las que se puede destacar que, las competencias laborales, muchas veces también permean en circunstancias de la vida personal, lo que resulta positivo sobre todo en la toma de decisiones para el logro de resultados personales.

Finalmente, me parece que el elemento actitudinal considerando dentro de la historia de este enfoque, es importante que se haya retomado por los teóricos, ya que efectivamente, el conocimiento no hace que la persona pueda tener las respuestas eficaces para las soluciones de situaciones laborales, por lo que es un acierto histórico que se considere este tipo de variables, que le permiten al trabajador estar al pendiente de todos estos elementos, que como bien afirma Seseña (2013), determinarán el éxito o fracaso en su desempeño laboral.

Definitivamente cada momento histórico, construye un contexto para el futuro, en mi caso, me parece que esta historicidad, sentó las bases para el desarrollo de competencias más amplias y variadas.

Lo que significa que me siento competente para afrontar situaciones de mi cotidianidad laboral, pues desde mi formación profesional me enfrenté a escenarios reales, donde pude identificar mis fortalezas y áreas de oportunidad en cuanto a mis competencias laborales y profesionales.

Aun cuando este enfoque, no estaba implantado del todo, los docentes me exponían a contextos reales, donde se tenía la oportunidad de practicar e identificar los aspectos a fortalecer.

Conforme paso el tiempo, también se iban integrando habilidades autodidactas, que me permitieron actualizarme e ir implementados recursos variados en situaciones diversas.

Actualmente, fui capaz de integrar las estrategias innovadoras que, trajo consigo el avance las tecnologías de información y comunicación (TICS), con sus respectivos retos, toda vez que mi actitud ante la introducción de contenidos.

Me parece que, paralelamente a la incorporación de nuevos saberes, a lo largo de mi historia laboral, aprendí que los resultados son muy importantes en el trabajo con docentes, padres y alumnos, con la finalidad de coadyuvar a la formación como personas y haciéndome partícipe de mi propia formación de manera activa.

El origen de este enfoque, como ya se describió, tiene su origen en el ámbito productivo, y en mi historia toda mi formación y desarrollo profesional actual tiene una concreción en este ámbito de productividad, trascendiendo de manera importante en el ámbito personal, social y familiar, ya que las competencias que se desarrollan permean en todas las áreas de la vida del ser humano.

Cabe mencionar, que muchos trabajadores se resisten a este tipo de cambios históricos y sociales, por lo que su adaptación a las exigencias actuales tiene consecuencias negativas, pues no les es posible, dar la respuesta que el mundo laboral exige y es posible, que hasta el empleo pierdan.

En lo personal, este enfoque que, si se aplica en mi ámbito laboral, me ha parecido muy interesante en términos de los resultados que puedo ofrecer a la población con la que trabajo, ya que incluso el uso de las tecnologías de la información y la comunicación, resultan una herramienta atractiva para lograr promover la movilización de competencias en la población con la que trabajo y a la vez, me permite continuar con mi formación actual, incursionando en la educación en línea de la presente maestría.

ATRIBUTOS

La Coordinación General de Universidades Tecnológicas (2008), en su libro Manual para la difusión de Modelo de Educación Basada en Competencias del Subsistema de Universidades Tecnológicas, describe algunos atributos de las competencias:

  • Están constituidas por procesos cognitivo y afectivos.
  • Implica el dominio de la totalidad de elementos y no sólo de algunos.
  • La posesión de algunas de las habilidades, actitudes y cualidades, y su respectiva movilización de dichas capacidades en la práctica.
  • Poner en acción simultánea, con espontaneidad y en un caso real tales conocimientos y destrezas.
  • Puesta en práctica en un determinado contexto geográfico, cultural, social y económica en las que está inmersa una actividad profesional y las personas que las ejercen.
  • Orientada hacia la resolución de problemas en situaciones diversas, afrontando mediante la integración de varias estrategias, considerando la aparición de imprevistos o de evoluciones inciertas, aprendiendo del problema para asumir y resolver problemas similares en el futuro.
  • Condición de calidad, por lo que deberá ser evaluada para supervisar que es capaz de realizar una función o tarea

Tardif (2009), propone otros atributos que complementan a las anteriores:

  • Centrada en el desempeño, es decir, en la aplicación eficaz en un contexto determinado.
  • Carácter contextual, es decir, la aplicación en un contexto, pues las acciones humanas se expresan en contextos particulares y específicos.
  • Pertinencia social e intencionalidad, pues la competencia siempre debe estar orientada por un propósito determinado.
  • Carácter específico, es decir, toda competencia general se materializa en contextos de aplicación específicos.
  • Cualidad integradora, es decir, la competencia no es un conocimiento, una habilidad o una técnica, sino un conjunto de todo ello de manera integrada, no sumada,
  • La estructuración en módulos constituye una de las herramientas distintivas y más válidas para concretar el enfoque de competencias, que pueden ser desde un enfoque conductual o constructivista
  • El enfoque integrador de todas las dimensiones de la competencia: lo cognitivo, lo actitudinal, reconociendo la dimensión biológica, intelectual, socio afectiva e intrapersonal.

En cuanto a los atributos, se han planteado, algunas dificultades en relación a la integración de todos los elementos que constituyen una competencia., así como a la forma de concretarla en situaciones prácticas.

Por lo que se han desarrollado, metodologías para su desarrollo y formas de evaluarlas que, como no son observables de manera directa, se tienen que determinar una serie de tareas concretas que permitan identificar el grado de dominio alcanzado en la aplicación de determinadas competencias en contextos específicos y/o diversos.

Lo anterior, necesariamente implica que los docentes deben estar permanentemente preparados para alcanzar una comprensión profunda del enfoque pedagógico y diseñar instrumentos que permitan una evaluación eficaz en la formación de sus alumnos, para el logro de los objetivos.

Considerar todos los elementos que lo conforman, no es una tarea fácil al momento de evaluar, pero si se quiere ser eficaz en este sentido, el docente debe echar mano de sus propias competencias innovadoras y creativas que le permitan identificar fortalezas y áreas de oportunidad que permitan que los alumnos puedan ser sujetos de una evaluación formativa y no punitiva.

Otra situación que se plantea es la del diseño curricular de los programas académicos por competencias, se deben considerar todos sus atributos, en los indicadores de desempeño que se diseñen en los planes de estudio.

Finalmente, no existe una teoría pedagógica, curricular, evaluativa o didáctica propia que haga posible la orientación de estos procesos básicos que conforman el desarrollo de competencias, lo que implica un reto para la comunidad académica y científica.

Los atributos que conforman las competencias, están presentes en mi práctica cotidiana, ya que, en los escenarios reales, estos elementos están presentes todo el tiempo, de hecho, no solo en lo laboral, sino también en lo personal.

Identificar los atributos de una competencia, me hace sistematizar mi práctica, pues la falta de algún elemento le resta eficacia y eficiencia en las alternativas de solución y por ende en la mejor toma de decisión.

Un atributo, que en mi contexto laboral, es especialmente importante es la pertinencia social y la intencionalidad de una determinada respuesta, ya que para los alumnos en condición de discapacidad y sus padres, están particularmente sensibles al tipo de respuesta que reciben del medio , por lo que la intención en el logro de un determinado objetivo debe ser muy claro y debidamente fundamentado, ya que resulta crucial y tiene un impacto inmediato y directo en la percepción de los padres, transcendiendo incluso en el ámbito social.

Estar al pendiente de que todos los atributos estén presentes, me permitirán tener éxito en mi desempeño profesional, lo que, a su vez, me parece que tendrá una repercusión en la formación de alumnos, docentes y padres de familia.

En mi centro educativo, se promueve mucho, que los chicos adquieran competencias para la vida al final de su vida escolar, lo que deriva en la necesidad de recordar continuamente a los docentes, no olvidar el factor actitudinal, promovido a través del ejemplo de los que conformamos la comunidad escolar, ya que en muchas ocasiones, se observa que este factor no lo trabajan tanto dentro de sus planeaciones.

COMPONENTES

Según Gallegos (2009), “una competencia está compuesta por el conocimiento, la experiencia práctica y la reflexión” (p.136).

El conocimiento, se puede traducir como un conocimiento estructurado de la actividad, de forma que se elija la estrategia más eficaz; la experiencia, significa que se es capaz de crear algo, de progresar y de producirlo en distintos contextos; y la reflexión, se refiere a la capacidad de analizar y valorar el trabajo e introducir aquellos reajustes que sean precisos.

El Informe Delors de 1997, (citado por Garcia, 2011), planteó como requerimientos de la educación del Siglo XXI, cuatro componentes de los aprendizajes el transcurso de la vida:

Aprender a conocer, es decir, aprender los instrumentos de la comprensión. Combinando una cultura general suficientemente amplia, con la posibilidad de profundizar los conocimientos en un pequeño número de materias.

Aprender a hacer, para influir en el propio entorno. A fin de adquirir no sólo una calificación profesional, sino una competencia que capacite al individuo, para hacer frente a gran número de situaciones y a trabajar en equipo

Aprender a vivir juntos, para participar y cooperar con los demás. Desarrollando la comprensión del otro y la percepción de las formas de interdependencia respetando los valores del pluralismo, comprensión mutua y paz.

Aprender a ser, que es un proceso fundamental que recoge, que implica a los tres anteriores, pues coadyuva para que florezca mejor la propia personalidad y se esté en condiciones de obrar con creciente capacidad de autonomía, de juicio y de

responsabilidad personal.

Dichos componentes colocan al alumno en los enigmas de la existencia en el mundo social y natural, a través de la promoción de aprendizajes concretos y funcionales, apoyándose en metodologías activas capaces de abordar aprendizajes con alta complejidad de manera sistematizada, donde el conocimiento por aprender es significativo en tanto pueda ser relacionado con conocimientos y experiencias anteriormente adquiridos. (Gamiz, 2009)

Mientras los sistemas educativos formales más tradicionales tienden a dar prioridad a la adquisición de conocimientos, en detrimento de otras formas de aprendizaje, importa concebir la educación como un todo.

El mismo informe establece los siguientes lineamientos fundamentales para sortear esa limitación:

1. El Aprendizaje no es sólo cognitivo, sino también el desarrollo de aptitudes, capacidades, competencias para saber, saber hacer, ser y convivir.

2. Estas cuatro dimensiones del aprendizaje deben considerarse como un todo. No están aisladas en el hecho educativo, sino que conforman una totalidad. Deben globalizarse los aprendizajes.

3. Estos aprendizajes están en función de una vida más plena, con más posibilidades y libertad, para la convivencia y para producir en equipo, para disfrutar del sentido estético, de las capacidades físicas, de lo espiritual.

4. El ser, el conocer, el hacer y el convivir se aprenden o se desarrollan y deben orientar las reformas educativas y los programas de estudio.

A partir de los componentes de las competencias se derivan una serie de competencias que se pueden considerar para cada contexto y que algunos autores han propuesto como guía en sus diseños pedagógicos.

En este sentido, cabe mencionar, que la formación deficiente y poco sistemática de los docentes en este sentido, hace que el enfoque se torne confuso y se incluyan otros componentes que no se contemplan, o se excluyan los componentes que, si se debe considerar, es decir, es posible que se continúe focalizando la acumulación de saberes, pero no se promueva el componente de aprender a convivir, quedando sesgado el enfoque por competencias.

En algunos casos, también se deja de lado el componente de aprender a ser, siendo un elemento importante la promoción de la autonomía y de responsabilidad personal.

De igual forma, aprender a vivir juntos, no es prioritario para el docente, ya sea porque la filosofía extendida de que eso se aprende exclusivamente en casa, o porque la demanda administrativa que tienen que asumir muchos profesores, no les permite profundizar o iniciar el desarrollo de dicho componente.

Es así, como se observa la necesidad de capacitar y actualizar de manera constante a los docentes para que se pueda comprender y a su vez, llevar a la práctica todos los componentes de que conforman las competencias.

Una estrategia, para lograr lo anterior, podría ser la formación de formadores que permitan concretar la capacitación de docentes, así como llevar un seguimiento sistemático de su puesta en marcha en el aula, así como de las debidas actualizaciones por periodo de tiempo definidos.

Esto permitiría que se pudieran llevar a cabo con sistematicidad, además de tener la oportunidad de revisar dudas, fortalezas y áreas de oportunidad en cada centro escolar, garantizando que la mayoría de la población tuviera acceso a este tipo de educación, eliminando a su vez las criticas político-sociales que se le han hecho a este enfoque.

Estos atributos tienen una relación directa con mi práctica cotidiana, pues mi formación en el área de psicología, me permite estar al pendiente de la convivencia, la autonomía y los de índole meramente cognitivo y practico, pero por estos dos últimos, el docente siempre está considerándolos, pero los dos primeros no, por lo que para el desarrollo de competencias en los alumnos, se realiza un trabajo complementario e interdisciplinario, que permite que se consideren todos los elementos existentes.

En mi experiencia, estos componentes no son considerados de manera integral, cuando no existe el apoyo de otros profesionales de la educación, lo que no permite que se desarrollen de manera completa la formación por competencias y por lo tanto los atributos actitudinales queden rezagados y se les impida ponerse en juego en escenarios reales.

En el caso de los alumnos en formación laboral, estos componentes son muy importantes, ya que cuando los chicos se integran a las prácticas, lo que solicitan los empleadores es su actitud para el trabajo, literalmente comentan que no importa si los chicos no saben muy bien el oficio de panadería o carpintería, lo que ellos realmente necesitan es que, los alumnos sigan indicaciones, que tengan una buena actitud con las personas y que sepan trabajar en equipo con los demás empleados de esa empresa, ya que con esas características ellos podrán pulir su formación académica.

Para el logro de estas metas, se hacen simuladores de empresas, se acompaña a los alumnos con situaciones actitudinales difíciles, se realiza un trabajo en conjunto con los padres de familia, para que los chicos lleguen en las mejores condiciones en cuanto a competencias que les permitan tener un buen desempeño en el área laboral donde estén ejerciendo sus prácticas.

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (34 Kb) pdf (211 Kb) docx (38 Kb)
Leer 20 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com