Transformacion
Enviado por marlemmisael • 17 de Octubre de 2012 • 1.099 Palabras (5 Páginas) • 256 Visitas
La Revolución tiene por propósito disipar la ignorancia y combatir los prejuicios que envilecen al pueblo.
Sólo mediante una educación, regenerada y pública, se podrán reafirmar los valores y los principios del Ochenta y nueve y podrá ponerse de manifiesto con toda su energía el espiritú público.
En el transcurso de la Revolución se fusionan dos utopías, por una parte la utopía revolucionaria que pretende echar a andar a la historia desde cero, instalar la nueva Ciudad de la Nación soberana y feliz; la utopía pedagógica que pretende la transformación de los hombres y hacer de ellos ciudadanos a la altura de las nuevas leyes e instituciones.
La educación es un deber de la Nación con respecto a sí misma, es una manera de que ella se aplique a sí misma su voluntad y su poder soberano.
Darle a la instrucción un carácter público, representaba, poner fin a la dominación de la iglesia en la enseñanza, e incluso a su casi monopolio escolar.
La tarea pedagógica se percibía comúnmente como doble: educar e instruir.
Era necesario diferenciar la instrucción pública de la educación nacional. La primera debe dar los conocimientos y la segunda las virtudes, la primera será el lustre de la sociedad, la segunda será la consistencia y la fuerza…La educación nacional es el alimento necesario para todos; la instrucción es la posesión de unos cuantos.
La educación se dirige en primer lugar a los adultos.
El gran medio de la educación pública se encuentra sobre todo en las festividades cívicas y en las reuniones patrióticas, la instrucción, indisociable de la educación se hará por intermediación de un sistema escolar que deberá renovarse y que debería corresponder a las nuevas instituciones.
La figura ideal del instructor es la encarnación misma de esta unidad: tendrá que enseñar a leer y a escribir a los niños y, al mismo tiempo, participar activamente en la organización de las festividades cívicas, utilizar los libros elementales, leer a los habitantes adultos reunidos el almanaque patriótico y el catecismo cívico que enriquecen el espíritu y los corazones.
Los tres proyectos en cuestión no se limitan a proponer un reordenamiento del espacio escolar, sino que implican opciones culturales globales, Condorcet, Le Peletier, Bouquier: los tres dan fe de las contradicciones que, en este campo, enfrentan los poderes sucesivos, dudando entre opciones a veces extremas.
Condorcet:
Las finalidades de la educación definidas por Condorcet reflejan su fe en el porvenir de una democracia capaz de asegurar la felicidad y el desarrollo de todos los individuos, así como el progreso indefinido del espíritu humano.
La instrucción pública tiene como meta ofrecer a cada individuo la facilidad de desarrollar sus facultades naturales, de atender sus necesidades y asegurar su bienestar, de conocer y de ejercer sus derechos y de perfeccionar su capacidad productiva.
La enseñanza a todos los niveles será gratuita. La instrucción pública será laica.
Las escuelas primarias deben albergar a todos los niños y no son exclusivamente para ensenar a leer, escribir y contar, sino para ofrecer conocimientos. Su objetivo fundamental es preparar a los niños a ejercer , en pleno conocimiento de sus derechos y deberes, sus futuras funciones cívicas, a elegir a sus representantes, a prestar juramento como jueces de paz.}
Condorcet rehúsa la escolaridad obligatoria.
El proyecto concretaba estos principios generales y proponía cinco categorías de establecimientos: escuelas primarias, secundarias, institutos, liceos y Sociedad Nacional de Ciencias y Artes.
El proyecto de Condorcet se distingue por su rigor intelectual, por la amplitud y modernidad de sus
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