APOFISIS MANDIBULAR
Enviado por JHAN CARLOS PEDROZO ACOSTA • 18 de Mayo de 2016 • Ensayo • 2.665 Palabras (11 Páginas) • 451 Visitas
APOFISIS MANDIBULAR
La mandíbula se trata del más grande y fuerte de los huesos faciales y sirve de soporte a los dientes inferiores. La mandíbula es el hueso de mayor movilidad de todo el cráneo y rostro con diferencia.
Dividimos la mandíbula en tres porciones:
- El cuerpo, tiene forma de herradura. La dividimos en cuatro porciones: La sínfisis, la eminencia y tubérculo mentoniano y las superficies. Podemos distinguir dos superficies, la externa con el agujero mentoniano y la protuberancia mentoniana, la línea oblicuo y la base. La superficie interna con la fosita digástrica, la línea oblicua interna o milohioidea, la apófisis geniana, la fosa sublingual y submandibular, la hendidura submaxilar, la porción alveolar y la porción basilar y la espina mentoniana.
- Las ramas. Son dos porciones perpendiculares al cuerpo. Cada rama tiene una apófisis condilar que se articula con la fosa mandibular y una apófisis coronoides que se articula con el tubérculo articular del hueso temporal, para formar la articulación temporo-mandibular. Entre ambas apófisis tenemos la escotadura mandibular. En la parte interior de cada rama tenemos el agujero mandibular y la língula.
- Los bordes, distinguimos cuatro bordes. El borde superior, inferior, anterior y el posterior.
MEDULA ESPINAL
la médula espinal es la parte del sistema nervioso que transmite mensajes desde y hasta el cerebro. Se encuentra dentro de las vértebras, que son los discos óseos que forman la columna vertebral. Normalmente, las vértebras protegen la médula espinal. Cuando eso no ocurre, puede ocurrir una lesión de la médula espinal. Además de las lesiones, en la médula espinal pueden aparecer:
- Tumores
- Infecciones como la meningitis y poliomielitis
- Enfermedades inflamatorias
- Enfermedades autoinmunes
- Enfermedades degenerativas, tales como la esclerosis lateral amiotrófica y atrofia muscular espinal.
Los síntomas varían pero pueden incluir dolor, entumecimiento, pérdida de la sensación y debilidad muscular. Estos síntomas pueden ocurrir alrededor de la médula espinal y también en otras áreas, como en los brazos y las piernas. Los tratamientos varían, pero con frecuencia incluyen medicinas y cirugía.
APOFISIS TRANSVERSAS
Apófisis transversa es una excrecencia (parte saliente) de una vértebra. En este hueso articulador de la columna vertebral existen dos apófisis: una derecha y otra izquierda, dispuestas transversalmente hacia fuera. De esta disposición anatómica deriva la adjetivación de su nombre.
Las apófisis transversas se inician junto a las apófisis articulares en la unión entre el pedículo y la lámina. En cada una de ellas hay:
- Base, que la une a la vértebra
- Vértice, el cual es libre
Dos caras:
Anterior
Posterior
Dos bordes:
Superior
Inferior
AGUJERO VERTEBRAL
En la vértebra típica, el agujero vertebral es la apertura formada por el cuerpo y el arco vertebral.
El agujero vertebral comienza en la primera vértebra cervical y continúa hasta la quinta vértebra lumbar. En su interior se localiza la médula espinal asociada a las meninges que las contienen.
DISCO INTERVERTEBRAL
Un disco intervertebral es cada uno de los discos que separan las vértebras de la columna vertebral. Cada uno forma un amortiguamiento cartilaginoso que permite ligeros movimientos de las vértebras y actúa como un ligamento que las mantiene juntas.
Entre las vértebras cervicales, dorsales y lumbares existe un amortiguador, llamado "disco intervertebral".
Está compuesto por dos partes: la parte central de consistencia gelatinosa que se denomina "núcleo pulposo", y una envuelta fibrosa que lo mantiene en su lugar y se denomina "anillo o envuelta fibrosa".
El anillo fibroso es más grueso en la porción anterior del disco, por lo que la pared posterior es más frágil. Ese es el motivo por el que la mayoría de las veces en las que el anillo se rompe, causando una hernia discal, lo hace por detrás.
La presión en el núcleo pulposo es de 5 a 15 veces superior a la presión arterial, por lo que no puede llegar sangre a él. Por eso tampoco hay nervios en el núcleo pulposo; sólo los hay en las capas más externas de la envuelta fibrosa. Eso explica que la degeneración del disco pueda ser indolora mientras no afecte a la capa más externa de la envuelta fibrosa; aunque el tejido se desgaste no hay nervios que puedan percibir y transmitir el dolor.
NERVIO RAQUIDEOS
La médula espinal se encuentra en el interior de la columna vertebral, en el conducto espinal rodeada de líquido cefalorraquídeo. Tiene aproximadamente 45 cms de longitud y va desde el tronco encefálico hasta la región lumbo-sacra, al final de la espalda.
Lo que caracteriza a la médula espinal es que la sustancia gris está en el interior, mientras que la sustancia blanca está rodeando a la sustancia gris. La sustancia gris es un acúmulo de neuronas. La sustancia blanca son fibras nerviosas, es decir, prolongaciones neuronales, que debido a su envoltura de vainas de mielina tienen un color blanquecino. Las fibras nerviosas de la sustancia blanca se agrupan en distintas vías. Las vías que tienen su origen en el cerebro son las descendentes, por ellas van los impulsos motores. Las vías que se dirigen hacia cerebro son las ascendentes, por ellas van los impulsos sensoriales.
En el ser humano la médula espinal da origen a 31 pares de nervios del sistema nervioso periférico. Estos nervios espinales se forman en el espacio intervertebral de dos vértebras a partir de dos raíces que salen de la médula. Una es la raíz motora y otra es la raíz sensitiva. La raíz motora inerva a los músculos para producir los movimientos ordenados por el cerebro, mientras que la raíz sensitiva recoge la información de los receptores del cuerpo para enviarla al cerebro.
Otras funciones de la médula espinal son controlar los movimientos reflejos mediante los arcos reflejos, y transmitir y regular la actividad del sistema nervioso autónomo en sus dos componentes: el simpático y el parasimpático.
Los nervios raquídeos se clasifican en cervicales, torácicos, lumbares, sacros y coccígeos. Tenemos 8 pares de nervios cervicales, 12 pares de nervios torácicos, 5 pares de nervios lumbares, 5 pares de nervios sacros y 1 par de nervios coccígeos.
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