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lacoqueta4 de Noviembre de 2012
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INFANCIA Y VIOLENCIA EN MEDIOS DE COMUNICACIÓN. APROXIMACIÓN A UN ASPECTO DE LA EDUCACIÓN INFORMAL*
I. MARCO DE REFERENCIA
Los medios de comunicación frente al fenómeno de la violencia familiar son un factor determinante tanto para la reproducción de la misma como para prevenirla. A lo largo de este trabajo presentaremos estos aspectos con el fin de promover la cultura de la no violencia; también para aprovechar dichos medios como una herramienta de prevención de la misma.
Como veremos más adelante, el objetivo fundamental que se les pide a los medios de comunicación es contribuir al desarrollo de mejores formas de convivencia humana en tres áreas de fundamental importancia: en primer lugar, fomentar y promover tanto el reconocimiento como el respeto a la dignidad humana y a la moral social; en segundo lugar, fortalecer y respetar a la estructura familiar y los vínculos que de ella nacen; finalmente, promover el desarrollo armónico de los niños, las niñas y los adolescentes si se evitan influencias nocivas y perturbadoras, a través de sus imágenes y contenidos.
La realidad es que actualmente los medios de comunicación son una herramienta a través de la cual la infancia y la juventud adquieren de forma regular información y conocimiento a través de la programación establecida para el entretenimiento de la población, y que definitivamente tienen gran influencia en sus formas de convivencia, en sus valores y creencias.
En el caso del presente estudio, haremos especial referencia al medio televisivo, por ser el de mayor influencia y audiencia, además porque cuenta con datos e información objetiva. Sin embargo, las recomendaciones sugeridas acerca del mismo pueden ser aplicadas o consideradas para otros ámbitos de los medios de comunicación.
1. La violencia en los medios de comunicación
Cuando utilizamos el término violencia,1 aludimos a un término genérico o conceptual a través del cual se hace referencia a diferentes manifestaciones de producción de la misma en la convivencia humana.
En este sentido, vale la pena distinguir entre la violencia privada y la violencia pública, a las que hacen referencia los convenios internacionales de derechos humanos, y que como elementos de diferenciación tienen tanto los mecanismos de producción y reproducción como los destinatarios finales y sus efectos.
De entre las clases de violencia, en el caso del ámbito privado, la que interesa al presente trabajo es2 la violencia criminal [o antisocial] y la correspondiente al mundo de lo público, que es la industrial.
Es precisamente en esta clasificación en la que podemos incluir un aspecto fundamental de la violencia que vive, percibe y experimenta la infancia en la actualidad, como explicaremos a continuación.
La violencia criminal o antisocial se manifiesta a través de acciones y/u omisiones entre particulares que tienen como consecuencia una alteración en el mundo material por cuanto a la integridad física, psicológica y sexual de quienes la sufren. Entre sus manifestaciones podemos mencionar desde aquellas conductas que atentan de modo intencional contra la vida de los individuos, hasta aquellas que vulneran corporalmente, a través de golpes y heridas; o bien mediante violación, abuso sexual o psicológico.
Recordemos, en este sentido, que la violencia se presenta a través de diferentes tipos de manifestaciones, entre las cuales, para los propósitos de este estudio, resultan más representativas las siguientes, tomando como referencia una de las definiciones más acabadas que nos provee la legislación:3 "III. Violencia familiar: aquel acto de poder u omisión intencional, recurrente o cíclico dirigido a dominar, someter, controlar o agredir física, verbal, psicoemocional o sexualmente a cualquier miembro de la familia dentro o fuera del domicilio familiar".
En este sentido, la misma definición se puede aplicar a cualquier otra forma de convivencia o miembro de la sociedad o grupo en el que se conviva, ampliando los sujetos a los que va dirigida, ya que en este caso se reduce a los miembros de la familia.
a) Maltrato físico: Todo acto de agresión intencional en el que se utilice alguna parte del cuerpo, algún objeto, arma o sustancia para sujetar, inmovilizar o causar daño a la integridad física de otro, encaminado hacia su sometimiento y control.
b) Maltrato psicoemocional: Al patrón de conducta consistente en actos u omisiones repetitivos cuyas formas de expresión pueden ser: prohibiciones, coacciones, condicionamientos, intimidaciones, amenazas, actitudes devaluatorias, de abandono, que provoquen en quien las recibe, deterioro, disminución o afectación a su estructura de personalidad.
c) Maltrato sexual: Al patrón de conducta consistente en actos u omisiones reiteradas y cuyas formas de expresión pueden ser: inducir a la realización de prácticas sexuales no deseadas o que generen dolor, practicar la celotipia para el control, manipulación o dominio de la pareja y que generen un daño. Así como los delitos a los que se refiere el título quinto del Código Penal para el Distrito Federal, es decir, aquellos contra la libertad sexual y el normal desarrollo psicosexual.
Y para el caso específico de los menores de edad, por cuanto al maltrato psicoemocional, la ley va todavía más lejos al señalar que: "Todo acto que se compruebe que ha sido realizado con la intención de causar un daño moral4 a un menor de edad, será considerado maltrato emocional en los términos de este artículo, aunque se argumente como justificación la educación y la formación del menor".
Parece obvio que, de conformidad con los conceptos antes desarrollados, la violencia a que se encuentran expuestos los televidentes, en particular la infancia, se encuentra perfectamente ubicada dentro de lo que se denomina violencia criminal o antisocial.
Por otro lado, respecto a la violencia industrial, podemos afirmar que una de sus manifestaciones más preocupante en la actualidad es la que se desarrolla en los medios de comunicación. En este orden de ideas y para este ámbito concreto se ha definido la violencia de la siguiente forma: "La presentación [de imágenes y textos] destinada a excitar instintos humanos fundamentales hacia actos contrarios a la dignidad [humana], y que describe una fuerza física [y psicológica] intensa, ejercida de manera profundamente ofensiva y a menudo pasional".5
Y entonces llegamos a uno de los conceptos fundamentales de nuestro trabajo, la violencia, cualquiera que sea su modalidad, en los medios de comunicación, la que explicaremos de la siguiente forma: Es la presentación de imágenes y textos destinada a excitar instintos humanos fundamentales hacia actos contrarios a la dignidad humana, que describen actos de poder u omisión intencional dirigidos a dominar, someter, controlar o agredir física, verbal, psicoemocional o sexualmente, sin justificación, a cualquier miembro de la sociedad o de la familia, mediante expresiones concretas como el maltrato o la fuerza física, psicoemocional o sexual, no con un fin didáctico o de sensibilización y concientización respecto del fenómeno, sino por el contrario, únicamente como reproductor de tales imágenes.
Sobre la violencia,6 en cualquiera de sus modalidades, cabe señalarse que los medios tienen una gran influencia tanto en la persistencia y reproducción del problema como en la posibilidad de prevenirlo y erradicarlo. En la actualidad, las personas aprendemos quienes somos, no sólo a partir de nuestro origen inmediato, es decir nuestra familia y el medio que nos rodea, sino a través de imágenes, de narraciones a través de las cuales, de la misma manera, aprendemos valores y desvalores, formas de comportamiento y socialización, etcétera.
En las últimas décadas, el mundo ha sido víctima de un número creciente de eventos violentos de todo tipo, que abarcan desde la violencia doméstica y la delincuencia común, hasta conflictos internacionales de gran magnitud… Es bastante claro que los contenidos de la programación televisiva se ha modificado, tanto en cantidad como en calidad, con un marcado aumento de violencia. El mensaje predominante es que ésta constituye el principal medio para resolver problemas y lograr objetivos.7
Parece que una constante en los últimos tiempos es tanto el aumento de la violencia como también el aumento en la percepción de la misma y sus modalidades:
La preocupación sobre los niveles de violencia interpersonal en las sociedades occidentales ha llevado a centrarse en los efectos que las imágenes violentas que aparecen en los medios de comunicación: como la televisión, los vídeos [los medios impresos] o más recientemente en imágenes generadas [a través de internet], pueden tener en los niños. La principal preocupación radica en que una exposición continuada de los niños a estas imágenes puede volverles insensibles a la violencia y animarles a imitar esos comportamientos violentos.8
Aprender a relacionarse con violencia como forma de vida tiene efectos negativos tanto a nivel social como familiar, es decir, a nivel de estructura social, que acaba reproduciéndose y que deteriora la calidad de vida de los integrantes de estos grupos:
Una reciente investigación llevada a cabo en EUA, que analizó 188 estudios realizados durante el periodo 1957-1990, concluyó que: "En general, la mayor parte de los estudios, fuera cual fuera su metodología, mostraban que la exposición a la violencia en televisión provocaba un comportamiento cada vez más violento, tanto en el momento como con el paso del tiempo".9
Los medios tienen un papel fundamental en el mejoramiento de las relaciones humanas
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