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Atención del Niño Hospitalizado


Enviado por   •  25 de Enero de 2017  •  Apuntes  •  6.236 Palabras (25 Páginas)  •  434 Visitas

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Pediatría

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ATENCIÓN DEL NIÑO HOSPITALIZADO

VALORACIÓN DEL NIÑO

Pulso y Respiración

Al tomar el pulso [Paso forzado de la onda de sangre a través de la arteria] de un niño hay que tomar en cuenta que su frecuencia varía de un niño a otro y que es alta comparada con la de un adulto. Puede registrare en cualquiera de los punto de pulso periférico, pero de preferencia en la zona apical, usando estetoscopio en el ápice del corazón, contando la frecuencia durante 1 minuto completo. Las respiraciones del lactante y del niño se cuentan observando el movimiento de la pared abdominal, contando durante 1 minuto completo. Después de los 7 años, se mide de la misma forma que en los adultos.

Presión Arterial

Es la presión de sangre en la pared de las arterias, constituyendo un índice de su elasticidad, resistencia vascular periférica y volumen sanguíneo. En niños se mide en la arteria braquial, radial, poplítea y tibial posterior. Algunos factores que pueden afectar la presión arterial son la hora del día, edad, sexo, ejercicio, dolor, medicamentos y emociones, por lo que hay que tomarlos en cuenta a la hora de registrarla, teniendo tacto y hablándole al niño sobre el procedimiento para evitar resistencia. Al cubrir el brazo con el brazalete se debe cubrir aproximadamente dos terceras partes del brazo como regla general.

Hay varios tipos para medir la presión arterial:

  • Por auscultación, utilizando estetoscopio pediátrico y brazalete. 

  • Por palpación, al colocar el brazalete e inflar por encima de la presión esperada y poner los dedos sobre la arteria braquial o radial.
  • Por medición ultrasonográfica (Doppler), utilizando ultrasonido y transductor con brazalete para registrar el movimiento de la pared arterial, el cual puede arrojar una lectura precisa siempre y cuando el niño se mantenga inmóvil.

Temperatura

Su medición puede ser oral, axilar, rectal o de la membrana timpánica, utilizando termómetros de vidrio (en niños en aislamiento), electrónicos (por vía oral, axilar o rectal) bandas de plástico o timpánico.

  • Temperatura rectal: Es preferible tomarla de forma rectal en lactantes o niños pequeños que no puedan mantener el termómetro en la boca, por lo que es necesario colocarlos en una posición cómoda, de lado o sobre el abdomen o en posición supina (lactantes), e insertar el termómetro un máximo de 2.5 cm dentro del recto.

  • Temperatura oral: El procedimiento es igual que en adultos, exceptuándose en caso de niños con cirugía bucal o niños convulsivos.
  • Temperatura axilar: Se coloca el termómetro en la axila con el brazo presionado hacia el cuerpo durante 3-5 minutos.
  • Temperatura timpánica: Se utiliza el termómetro timpánico infrarrojo (TTI), aunque su precisión no es garantizada.

Peso

Debe registrarse con precisión al ingreso, dependiendo de la edad del paciente. Una vez que se desviste el niño para el pesaje, se puede revisar si hay abrasiones, erupciones, secreciones u otros signos. El lactante se pesa completamente desnudo, atendiendo las medidas higiénicas necesarias.

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Pediatría

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EVOLUCIÓN DE LA SALUD INFANTIL

ANTES Y AHORA

Pediatría (del griego país=niño e iatreia=curación), rama de la medicina que atiende y trata las enfermedades de la infancia y el estudio del crecimiento normal.

El origen de la enfermería pediátrica fue paralelo al establecimiento de departamentos de pediatría en escuelas médicas y la fundación de hospitales infantiles. El concepto de niñez ha variado drásticamente desde la Edad Media (donde se consideraba que la infancia duraba hasta los 7 años). Fueron personajes como Erikson y Piaget los que permitieron que se considerara la niñez como una fase independiente de la vida. Las proclamaciones a favor de los niños tuvieron un impacto determinante en reforzar y formalizar la atención de enfermería en los últimos 100 años.

A principios del siglo pasado, la atención a los niños se concentraba en enfermedades epidémicas que los afectaran. Con las mejoras en lo que respecta a la salud y la atención médica ahora es posible brindar un servicio de mayor calidad con el fin de preservar la salud y fomentar el desarrollo del niño.

Cambios en la mortalidad y la morbilidad

La mortalidad infantil se define como la tasa que indica el número de individuos menores de nueve años fallecidos a lo largo de un periodo de tiempo determinado. La medida de la mortalidad infantil, así como el de la esperanza de vida, o edad promedio que se alcanza en la vejez, es uno de los indicadores del grado de desarrollo social con el que cuenta un grupo humano.

Por regla general, los datos se expresan en términos de número de muertes por cada mil individuos, agrupados por edad, sexo, localidad o país, o grupo social. Dentro del concepto de mortalidad infantil hay que distinguir varias categorías: neonatal, abarca desde el nacimiento hasta el primer mes de vida; posneonatal, desde el nacimiento hasta un año de edad, e infantil, abarca a niños mayores de un año. Además, se pueden establecer otras categorías, como preescolar y escolar.

La erradicación de enfermedades, los cuidados prenatales, las condiciones de higiene, así como el número de centros de salud y su equipamiento por número de habitantes, son factores que contribuyen a que disminuya la tasa de mortalidad infantil.

La morbilidad infantil puede definirse como la proporción de niños de una población que padece una enfermedad en particular (trastornos respiratorios, gastroenteritis, etc.). Puede depender o no de la densidad de los individuos en la población. Las enfermedades infecciosas presentan mayor morbilidad a altas densidades de población debido a que la cercanía de los individuos aumenta la probabilidad de contagio. La alta densidad también puede provocar, entre los individuos, competencia por el alimento, lo que origina un debilitamiento de éstos, haciendo que sean más susceptibles de contraer la enfermedad y provocando un aumento de la morbilidad. La existencia previa de otra enfermedad también puede facilitar el contagio de una segunda enfermedad, e incrementar la incidencia de ésta.

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