CÉLULAS MADRE EMBRIONARIAS Y DEL ADULTO: EFECTO PERNICIOSO DE LA POLITICA CUANDO INTERFIERE CON LA CIENCIA
Enviado por bonfante • 14 de Septiembre de 2014 • 1.882 Palabras (8 Páginas) • 191 Visitas
CÉLULAS MADRE EMBRIONARIAS Y DEL ADULTO: EFECTO PERNICIOSO DE LA POLITICA CUANDO INTERFIERE CON LA CIENCIA
Debido a que hasta ahora el desarrollo de células hCME requiere la destrucción de embriones humanos, rápidamente surgió un grupo totalmente opuesto a su producción y uso, dirigido por la iglesia católica, grupos protestantes conservadores y varios gobiernos nacionales encabezados por el de Estados Unidos. Esta controversia, que sigue viva en muchos países, ha impuesto severas trabas y limitaciones a la producción y experimentación con las hCME. Como difícilmente hay algo más atractivo que lo que adquiere el carácter de «fruta prohibida», los obstáculos al uso de hCME han aumentado su encanto y el potencial médico subjetivo de estas células. Es una idea generalmente aceptada que las fuerzas político-religiosas opuestas a la generación y uso de hCME están retrasando el desarrollo de tratamientos para enfermedades tan dispares como la enfermedad de Alzheimer, la diabetes, la sección de médula dorsal, etc.
Aunque no hay duda de que, a través de la historia, la politización de la ciencia ha tenido consecuencias nefastas para ésta, y el caso de las hCME no será una excepción, es también evidente que hay un nivel de agitación, exageración, frustración, falta de equilibrio y análisis crítico en ambos campos de la controversia, incluidos los grupos de la comunidad biomédica. Este estado de inquietud y lucha sin cuartel entre ambos campos es desproporcionado para los asuntos en juego. Para restaurar el equilibrio y el sentido común en la discusión sería conveniente que los antagonistas recordaran que las CME de ratón han estado disponibles desde 19815,6 más de una década antes del aislamiento de las hCME y en ningún momento ha habido limitación alguna en su producción o uso. A pesar de ello y del hecho de que la experimentación en ratones es mucho más sencilla que en humanos y no tiene las barreras inmunológicas que afectan a las hCME, hasta ahora no hay ni una sola enfermedad crónica en el ratón que haya sido curada mediante el trasplante de CME. Por otro lado, los contrarios al uso de hCME deberían recordar los nefastos pronósticos que se hicieron contra el uso del ADN, la anticoncepción y la fertilización in vitro, que resultaron equivocados. Además, hay pruebas tangibles de que la terapia celular con células madre del adulto ha sido una de las historias más brillantes de la medicina del siglo xx, como se ha demostrado con los trasplantes de médula ósea, entre otros.
El uso de células madre del adulto no despierta las luchas filosóficas, políticas y religiosas desencadenadas por las hCME y, por lo tanto, su uso no es controvertido. Por ello, la mayor parte de la atención pública, biomédica y política se ha dedicado a las hCME, con el resultado de que las características y el potencial de las células madre del adulto han sido casi ignoradas. Hay una gran discrepancia entre el potencial a corto y a medio plazo de las dos clases de células madre y el grado de su visibilidad en la esfera social, política y científica. Esto no significa que las CME, tanto humanas como de animales experimentales, no tengan un valor y un potencial extraordinarios. Está claro que estas células son insustituibles para estudiar los mecanismos genéticos reguladores del desarrollo humano normal y patológico, y también cómo estos mecanismos son modificados por el medio ambiente. Las CME son un método único para estudiar el mecanismo de acción y los efectos secundarios de ciertos fármacos. Sin embargo, su potencial como agentes terapéuticos, si es que lo tienen, pertenece a un futuro muy lejano. Por otro lado, el uso terapéutico de las células madre adultas es una realidad diaria en la mayoría de los centros médicos y su importancia clínica aumentará de forma desmedida en los próximos años.
Entre las causas de la gran discrepancia entre el punto de vista expresado anteriormente, por una parte, y el consenso prevalente en la literatura científica y la prensa general, por otra, sobresalen los conflictos de interés de muchos grupos de presión científicos, biomédicos, políticos y religiosos identificados con agendas muy limitadas en ambos lados de la polémica. Esta situación se hace más crítica debido a la feroz competición por las limitadas ayudas a la investigación y la atención de los medios de comunicación. Por añadidura, la discusión sobre los méritos relativos de las células embrionarias y adultas se está llevando a cabo con argumentos obsoletos que han permanecido congelados durante la última década y han contribuido a aumentar la confusión y la desinformación de la sociedad en general7.
Los diferentes grupos de presión se han apropiado de esta disciplina naciente y la han convertido en un subrogado de problemas más amplios en las batallas socioideológicas. La posición animista de la extrema derecha religiosa, su oposición al aborto e incluso a la fertilización in vitro ha encontrado un excelente pretexto en su enfrentamiento al uso de embriones humanos para la producción de líneas hCME incluso de embriones abandonados, congelados durante años y destinados a ser destruidos. Para prevenir que se los tache de anticientíficos y retrógrados, estos grupos se han convertido en los más activos proponentes del uso de células madre adultas «en vez de» hCME como base para el desarrollo de la medicina regenerativa y han organizado fuertes grupos de presión dentro del gobierno federal de Estados Unidos y de otros países. Debido al menosprecio y antagonismo de la comunidad científica a los grupos antiabortistas más estridentes, su apoyo entusiasta a la investigación y al uso de células madre adultas ha sido el «beso de la muerte» para este campo de investigación. Un segmento importante de la comunidad científica, una parte del segmento liberal de la sociedad y la mayoría de publicaciones médicas y científicas de primera línea han
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