Cómo se adaptan los padres al diagnostico de su hijo?, el niño autista y su familia

Hace 40 años el autismo era prácticamente desconocido por la mayoría de los médicos y psicólogos, la poca información que se tenía eran especulaciones o no correspondían con la realidad. Con frecuencia a un niño con autismo le daban el diagnostico de retraso mental e injustamente se le culpaba a los padres por esta discapacidad, aparte de etiquetar al niño como un “tonto”.

Hoy, gracias a los nuevos conocimientos científicos, muchos mitos y especulaciones sobre el autismo han desaparecido. Los padres saben sobre esta situación, de que se trata, que conllevan y las mejores normas para convivir con su hijo.

En este ensayo le quiero dar a conocer al lector mi opinión sobre ¿Qué es el autismo?, ¿Cómo se adaptan los padres al diagnostico de su hijo?, el niño autista y su familia, etc.

Para empezar, ¿Qué es el autismo?, de acuerdo con el Dr. Bernald Rimland en su libro Behavorial Assessment of Severe Developmental Disabilities, el autismo es un trastorno sumamente inquietante y doloroso por lo que se refiere a la capacidad de los padres para entenderlo y hacerle frente. Solo imagine que usted tiene un hermoso pequeño que es distante, se acerca a él con toda la disposición de darle amor pero el pequeño no le responde. Sin embargo, el autismo no es un muro impenetrable. En el libro Niños Autistas por Michael D. Powers se explica el caso de Hugo.

Hugo era un bonito niño rubio que dejo de hablar a los 21 meses. Durante su nacimiento y sus primeros meses no ocurrió nada fuera de lo común, Hugo logro ponerse de pie a los 6 meses y articulo su primera palabra a los 10 mese, fue capaz de caminar cuando cumplió y podía nombrar alrededor de 35 objetos hacia la época que tenía un año y medio de edad. Sus padres estaban orgullosos de sus progresos e intentaban excusar sus hábitos solitarios. Pero a medida que Hugo crecía, otras conductas asimismo alarmantes y perturbadoras transformaron las vagas inquietudes de sus padres en franca preocupación. Por ejemplo si Hugo se caía y se raspaba las rodillas o las manos, no daba muestras e reaccionar al dolor. En otras ocasiones rompía en llanto sin razón aparente y entonces lloraba desconsoladamente durante unos 20 minutos. Cada vez hablaba menos hasta que llego el momento de en que podían transcurrir semanas sin que el pequeño pronunciara una palabra. No obstante balbuceaba, lloraba, reía y a menudo cloqueaba con la lengua durante todo el día. Sus padres sospechaban que tal vez su hijo era sordo, dado que Hugo había dejado de responder a su nombre, sin embargo no estaban muy seguros al respecto. Los abuelos de Hugo fueron los primeros que comenzaron a relacionar su extraña conducta con su carencia de habilidades sociales y de comunicación. Mencionaron “autismo” por primera vez cuando Hugo tenía dos años de edad. Algunos meses más tarde, dado que el habla de Hugo no había experimentado alguna mejoría, sus padres lo llevaron al centro de desarrollo infantil. Los abuelos de Hugo habían acertado, se diagnostico que el pequeño era autista.

El autismo es un trastorno físico del cerebro que provoca una discapacidad permanente del desarrollo. Los diversos síntomas del autismo pueden presentarse aislados o acompañados de otras condiciones como el retraso mental, ceguera, sordera y epilepsia. Debido a que los niños autistas (como todos los niños “normales”) difieren ampliamente en sus habilidades y en su conducta, cada síntoma se manifiesta de manera diferente en cada niño. Por ejemplo algunos niños autistas tienen una conducta extraña y repetitiva en la que hacen girar objetos, tienen una rutina invariable.

La incapacidad de los niños autistas para desarrollar habilidades sociales normales es, quizás la característica que más se resalta en el autismo. Al igual que Hugo, no interactúan con los demás en la misma forma en que lo hacen la mayor parte de los otros niños, o bien algunos no interactúan en absoluto. En mi experiencia personal al convivir con algunos niños autistas, puedo decir, que al parecer

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