Niños Autistas
Enviado por derwino • 4 de Diciembre de 2012 • 3.279 Palabras (14 Páginas) • 364 Visitas
DELIMITACIÓN CONCEPTUAL.
1.- Cuadro clínico.
En 1943, Kanner describió el siguiente conjunto de rasgos con respecto a los comportamientos dados al que denominó autismo infantil:
-Incapacidad para relacionarse normalmente con las personas.
-Retraso y alteraciones en la adquisición y uso del habla y del lenguaje. Tendencia al empleo de un lenguaje no comunicativo y con alteraciones peculiares.
-Aparición de los que son los primeros síntomas de la alteración desde el nacimiento.
-Aspecto físico normal, además de una fisonomía inteligente.
-Se da un buen potencial cognitivo.
-Insistencia obsesiva en mantener el ambiente sin cambios, a repetir una gama limitada de ciertas actividades rituales, actividades de juego repetidas y estereotipadas, escasamente flexibles y poco imaginativas.
-Aparición, en ocasiones, de habilidades especiales, especialmente de buena memoria mecánica.
A pesar de esta descripción del cuadro clínico como algo específico de la infancia, el contexto del pensamiento psiquiátrico de entonces, llegó a considerar al autismo como una forma poco frecuente de esquizofrenia que ocurría en la primera infancia, aplicándose de hecho, el termino de “esquizofrenia infantil” a todos los niños con perturbaciones siquiátricas severas.
Una de las cosas que contribuyeron a la confusión fue la utilización por parte de Kanner del termino “autismo”, usado por Bleuler en 1911 para indicar la retirada del mundo real que presentaban los pacientes esquizofrénicos.
Y ello a pesar de que Kanner no habló de retirada, sino de incapacidad para establecer relaciones. De hecho, sus observaciones indican una falta de imaginación en los niños autistas.
Fue en la década de los 70 cuando se mezcló la necesidad de diferenciar los trastornos mentales severos que surgen durante la primera infancia, de los que es prototipo el autismo, y las psicosis que surgen en la infancia tardía o adolescencia de los que es prototípico la esquizofrenia (Rutter y Schopler, 1987).
En general, los estudios actuales tienden a confirmar los criterios originales de Kanner. No obstante, se han revisado algunos aspectos de la definición, como los que se refieren al buen potencial cognitivo, a la apariencia física normal y al carácter innato de las alteraciones. Hoy se sabe que una gran parte de los autistas (un 75% aproximadamente) presentan asociado retraso mental, que en la infancia aparecen a menudo estigmas físicos menores y que, en alrededor de un tercio de los casos, el autismo aparece después de unos meses de desarrollo normal.
La Asociación Americana de Psiquiatría y la Organización Mundial de la Salud han concentrado en cuatro los criterios diagnósticos:
. Restrictivos modelos de conducta, repetitivos, estereotipados.
. Deterioro en la comunicación y en las actividades imaginativas.
. Deterioro cualitativo en la interacción social.
. Aparición del trastorno antes de los tres años de edad.
El criterio referido a la edad de comienzo está siendo el más discutido.
En todo caso, el autismo empieza a manifestarse en la infancia temprana, pero no afecta solo a la niñez sino que es un trastorno del desarrollo cuyos síntomas se manifiestan de formas diversas en las distintas edades; lo que impide su definición de forma estática.
2.- Evolución del cuadro clínico.
Algunos padres manifiestan que hubo una fase de desarrollo aparentemente normal, mientras que otros expresan haber notado que a sus hijos les pasaba algo ya desde su nacimiento. En cualquier caso, los síntomas en el primer año de vida suelen ser pocos claros, haciendo prácticamente imposible el diagnostico que se realizan en la mayor parte de los casos, a finales del segundo año. Los estudios retrospectivos han puesto de manifiesto que:
-Muchas veces, lo primero que se observan es una gran pasividad en el niño; apenas llora ni reclama atención. En otras ocasiones, ocurre exactamente lo contrario: el niño muestra una gran excitabilidad y llora casi constantemente sin que haya forma de consolarlo.
-Con frecuencia aparecen problemas persistentes de alimentación, sueño tranquilo y enseguida pueden manifestarse movimientos extraños y repetidos con las manos, los ojos, la cabeza o todo el cuerpo (por ejemplo, un balanceo junto con golpes en la cabeza).
-También es posible detectar desde muy temprano una falta de atención a ciertos estímulos sociales como son la voz humana y el rostro y además enseguida llama la atención la ausencia de juegos, sonrisa social, imitaciones, gestos comunicativos... Es característica la falta de respuesta anticipatoria cuando el niño va a ser cogido en brazos de otra persona.
-En algunos casos se aprecian bastante tempranamente ciertas reacciones extrañas ante el medio, bien de fascinación ante determinados estímulos como son las luces, los sonidos... o también de miedo intenso inexplicable en relación directa con ciertos objetos o situaciones.
-La resistencia a los cambios de ambiente y de rutinas habituales puede aparecer asimismo muy pronto en el desarrollo: el niño puede reaccionar a ello con fuertes rabietas.
A continuación trataremos los síntomas según la edad cronológica:
. Entre el año y los cinco años; es cuando el cuadro clínico del autismo se hace más patente y concretamente la etapa que se extiende entre los dos años y medio y los cincos años suele ser la etapa más perturbada de los niños autistas:
En estos años adquieren gran importancia los problemas de compresión y uso del lenguaje y, en muchas ocasiones, son los que deciden a los padres a buscar el consejo de especialistas. Las primeras palabras no aparecen en el periodo que se considera normal; algunos niños no llegan a hablar, otros repiten palabras sin sentido y hay otros que adquieren muy lentamente un lenguaje algo funcional, pero siempre alterado. Resulta desconcertante la falta de compresión y atención al lenguaje de los demás; en ocasiones comprenden ordenes sencillas o que se repiten habitualmente en un mismo contexto, mientras que a veces no parecen comprender nada de lo que se les dice.
Los juegos de ficción suelen dejar al niño autista completamente indiferente. Se ha señalado precisamente como uno de sus mayores problemas la falta de imaginación para el juego. No se interesa por los juguetes como un niño normal de su edad y en cambio se ocupa en realizar con ellos actividades sin
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