Extraccion De La Cafeina Del Te Negro
Enviado por WMCF91 • 19 de Junio de 2012 • 6.306 Palabras (26 Páginas) • 1.751 Visitas
EXTRACCION DE LA CAFEÍNA DEL TE
INTRODUCCION.
Los alcaloides constituyen un grupo numeroso de sustancias de origen natural cuyo análisis elemental revela la presencia de carbono, hidrógeno, oxígeno y nitrógeno. Son únicos en la variedad de sus estructuras, en la respuesta biológica sobre los organismos no hospedaderos y en las rutas biogenéticas para su formación. El primer alcaloide obtenido como un sólido puro cristalino fue la morfina, aislada en 1805 a partir de la planta conocida como opio.
La cafeína es un alcaloide que se aisló por primera vez en forma pura cristalina en el año 1882. Estructuralmente hablando, es una 1,3,7- trimetilxantina. Es también un derivado de purina y por lo tanto esta relacionado con las bases tipo purinas de los ácidos nucleicos y con el ácido úrico.
La cafeína se vende bajo diversas marcas comerciales, recomendada para contrarrestar la fatiga, para tratar la migraña y algunos otros tipos de cefalea. En conjunción con analgésicos hace que éstos trabajen mejor. Por su capacidad para estimular la respiración también es recomendada en el tratamiento de la apnea en los recién nacidos y como antídoto para la depresión respiratoria en sobredosis de heroína y otros psicoactivos opiáceos.
La cafeína es un componente presente de manera natural en el café, el té y el chocolate, y se añade a muchas bebidas refrescantes. La cantidad de cafeína presente en una taza de café varía entre los 90 y los 150 mg. En dosis moderadas produce efectos positivos, como estimulador del sistema nervioso, del músculo cardiaco y el sistema respiratorio. En exceso produce nerviosismo, insomnio y arritmia cardiaca. Lo que sucede al beber algo con cafeína (lo mismo que ocurre con el ginseng), por supuesto, no es que tengas más energía: es que sientes que tienes más energía por un proceso de neuroinhibición. Si bebes algo para “tener energía” lo único que estás haciendo es engañar a tu cerebro, de modo que estas bebidas deberían llamarse “bebidas engaña cuerpo”. Dicho mal y pronto, lo que sucede es lo siguiente:
Cada hora que permaneces despierto (y especialmente si estás fatigado), los niveles de adenosina en tu sangre van aumentando. Las moléculas de adenosina se asocian a receptores en el sistema nervioso, y cuantas más moléculas están asociadas a estos receptores, más sensación de sueño tienes: cuando duermes, las moléculas de adenosina se van convirtiendo en otro tipo de compuestos y los receptores vuelven a quedar libres. Sí, una explicación muy simple, pero nos basta para nuestro propósito: la adenosina es el indicador que utiliza tu cuerpo (incluyendo a tu cerebro) para indicar que está cansado. Cuando te sientes soñoliento, te cuesta concentrarte y tu nivel de alerta disminuye, es porque hay bastante adenosina asociada a los receptores de tu sistema nervioso.
La cuestión es que la cafeína, al llegar a los receptores de adenosina, es capaz de asociarse a ellos “haciéndose pasar” por adenosina. Lo que sucede entonces es que la adenosina, al llegar a los receptores, los encuentra ocupados por la cafeína y no puede asociarse a ellos: el resultado es que no te sientes cansado, no porque tu cuerpo no necesite relajarse o dormir, sino porque la manera en la que te lo hace saber ha sido bloqueada. Sientes que “tienes más energía”, tus niveles de alerta aumentan, puedes concentrarte mejor. De manera que, cuando te bebes un café por la mañana, aunque no hayas dormido lo suficiente y sigas estando soñoliento (traducción: elevados niveles de adenosina), la cafeína engaña a los receptores de tu organismo: no reciben adenosina, de modo que piensan que no hay mucha, cuando lo que ocurre realmente es que hay cafeína cerrándole el paso a la adenosina.
PRESENCIA Y CONTENIDO DE CAFEINA EN ALGUNAS PREPARACIONES COMUNES
Se consigue en las plantas conocidas como café y té. También esta presente en la nuez de cola, en las hojas de mate, en las semillas de guaraná y en pequeñas cantidades en los granos de cacao. El contenido de cafeína en los granos de café es de aproximadamente 1-2 % en peso y en las hojas de té aproximadamente 2-4 %.
Sin embargo, debido a las diferencias en los métodos de elaboración, una taza de café de tamaño promedio contiene aproximadamente el doble de cafeína que el de una taza de té.
El contenido de cafeína en la bebidas de cola oscila entre 40 – 50 mg por cada envase de 12 onzas. Muchos analgésicos comerciales también contienen cafeína para contrarrestar el efecto adormecedor producido por los ingredientes activos de tales preparaciones.
USOS Y EFECTOS TOXICOS DE LA CAFEINA
Tiene muy variados usos en medicina por su efecto estimulante y por su acción diurética. Puede producir irritabilidad, insomnio y taquicardia. El consumo excesivo de café y té puede conducir a una dependencia con la cafeína, de tal manera que puede experimentarse dolor de cabeza y aún nauseas en su ausencia.
La cafeína ha sido siempre una sustancia controversial. Algunas religiones prohíben el consumo de bebidas que las contienen, debido a que la consideran una droga adictiva. Recientemente ha existido preocupación debido a que, estructuralmente hablando, la cafeína se asemeja a las bases tipo purina, adenina y guanina, que representan dos de las cinco bases principales que el organismo usa para formar los ácidos nucleicos DNA y RNA. Se teme que la sustitución de cafeína por adenina o guanina en cualquiera de estas sustancias de importancia genética podría conducir a defectos cromosómicos.
El consumo excesivo de té puede causar deficiencia de vitamina B1 (tiamina). Se sugiere que los taninos del té pueden formar un complejo con la tiamina, inutilizándola para su función metabólica.
La cafeína también puede reducir los niveles de la enzima transquetolaza, la cual depende de la presencia de tiamina para su actividad. Los niveles bajos de esta enzima podrían producir los mismos síntomas que los bajos niveles de tiamina.
Consumir entre 75 y 150 mg de cafeína eleva la temperatura, el ritmo respiratorio y el nivel de ácido gástrico en el estómago. Cantidades más altas en el torrente sanguíneo pueden producir ansiedad, irritabilidad, insomnio, sudoración, taquicardia y hasta diarrea.
El uso prolongado de más 650 mg diarios de cafeína, equivalentes a ocho o nueve tazas de café al día puede ocasionar úlceras gástricas, incremento en el nivel del colesterol, insomnio crónico, ansiedad y depresión permanentes. Este tipo de consumo también parece estar asociado con disfunciones cardíacas y la aparición de ciertos tipos de cáncer asociados a los alquitranes del café.
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