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INDIVIDUO, SOCIEDAD, VALORES Y NORMAS


Enviado por   •  1 de Mayo de 2017  •  Apuntes  •  6.577 Palabras (27 Páginas)  •  824 Visitas

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ÉTICA Y POLÍTICA

Empezaremos examinando la relación individual-sociedad y el papel que juegan en la articulación social los valores y las normas, distinguiendo de paso las normas morales de las normas político-jurídicas. Luego, abordáremos la cuestión del <> - tema clave en la discusión sobre la política, centrando la atención en las bases morales de la > o conjunto de creencias y estimaciones que sostienen un determinado orden político. Por último, notando el rol decisivo del derecho en la configuración de un orden político, examinaremos la relación entre derecho y justicia, así como los criterios éticos que sustentan aquella relación

INDIVIDUO, SOCIEDAD, VALORES Y NORMAS

Convendría empezar por notar que el ser humano, cuando nace, es uno de los animales más desvalidos. A diferencia de otras especies, no parece bastarle su equipamiento físico para sobrevivir. Su escasez de instintos no le permite, por sí solo, adaptarse a las condiciones del medio natural, al punto de que cabe decir que el hombre, sin ayuda, no sería capaz de sobrevivir, y que, aislado de sus semejantes, ni siquiera poseería las características básicas que además de constituir un ser humano le permite afirmar su existencia, características que, si no son de orden <>, será-como sospechoso estas suponiendo ya- de orden <>.

Pues, precisamente, el hombre ha podido no solo sobrevivir sino transformar su entorno, adaptándolo a sus necesidades, porque ha creado una realidad suya, <>, producto se sus <> (el arte de la construcción, etc.). Esta realidad es lo que se denomina <> (los antropólogos distinguen cultura <> - los objetos físicos creados o criados por el hombre – de una cultura <>: ideas y valores)

La cultura revela la condición eminentemente social del ser humano. Empezando por nuestro lenguaje, somos seres que portamos en todo momento lo social como parte esencial nuestra.

En contra de lo que a veces de forma ingenua se piensa, la existencia de humanos criados al margen de sus semejantes es mera fantasía. En condiciones normales los seres humanos tendemos a agruparnos para sobrevivir y para buscar soluciones a nuestros problemas. Debemos admitir que nos necesitamos unos a otros aun para la mera supervivencia física, y tanto más para nuestro desarrollo como personas. Ante este hecho fundamental, cabe preguntarnos si tendemos a agruparnos porque así es nuestra naturaleza, o porque notamos que nos conviene y en algún momento elegimos hacerlo así. Por algún tiempo, sobre todo, en los orígenes de la teoría política moderna, la filósofos se preguntaban qué es lo primero, si el individuo o la sociedad (<> en el tiempo y, también en términos de importancia).

Pues bien, la inmadurez biológica del ser humano al nacer, y su desventaja física frente a otras especies mejor dotadas para sobrevivir, se compensan sobradamente con el baje cultural que pronto adquiere al participar en el mundo humano, mundo que los mismos hombres han construido. De este modo, el medio natural en el que el ser humano nace es poco <>. El mundo de la cultura es un medio eminentemente social. El ser humano se hace en relación con los otros, en la medida en que recibe y se apropia de las pautas de conducta, de los logros y de los valores que constituyen el modo humano de vida. De ahí que casi todas las destrezas y conocimientos que podemos señalar como nuestros han sido aprendidos en el proceso de nuestro desarrollo en sociedad.

El lenguaje es el instrumento socializador por excelencia, porque a través del conseguimos aprender la mayor parte de las cosas. Y obviamente el aprendizaje del lenguaje solo resulta posible en sociedad. La misma idea de un lenguaje privado es absurda, puesto que todo lenguaje necesita de reglas de formación y uso, y toda regla es por definición intersubjetiva. Además hay tal relación entre el lenguaje y el pensamiento, que de  ninguna manera es posible desarrollar este sin aquel. En tal sentido, el lenguaje, siendo un producto social está también en el punto de arranque de la formación de cada individuo humano.

Por cierto, cabe notar aquí que el lenguaje no es un instrumento neutro, transparente, que el hombre <> para expresar ideas o sentimientos. El lenguaje porta consigo múltiples asunciones en la relación a lo que es real y ala que es valioso,  que los hablantes <> sin ser del todo conscientes de ello. Particularmente, lleva  consigo valoraciones  de orden moral que condicionan nuestra actitud en el mundo. Cada lenguaje, en la medida en que hace parte de un  <> social, expresa precisamente las creencias y valores que caracterizan a esa colectividad. Por eso, cada lenguaje favorece un modo de ver las cosas distinto de otro. Los traductores saben bien eso.

La inclusión del individuo en la sociedad no es una inmersión repentina, sino un largo proceso en el transcurso  del cual el individuo humano asimila y hace suyos los usos y costumbre de su medio social, los hace parte de su propia personalidad y aprende así a vivir integrado en su entorno. Nótese que aquí cuenta sobre todo el entorno como realidad social articulada mediante valores y normas compartido, lo cual remite a la cuestión de las bases morales de una sociedad. Al proceso de integración del individuo en su entorno social se le llama <>. El proceso de ingreso en la sociedad lleva consigo una interiorización de las normas que cohesionan al grupo.

En la niñez se lleva a cabo la socialización primaria. En ella, el niño tiene que aprender, desde el primer momento, pautas de conducta de su medio social, que van configurando su propia identidad y constituyendo su forma de ser en el mundo. Poco a poco el niño va aprendiendo lo que su entorno familiar esperar de él.

La socialización primaria aporta el primer mundo. Aquél en que se configuran sus certezas básicas. Termina cuando el individuo hace suya y entiende la generalización de la norma, es decir, cuando se da cuenta de que no solo su madre o su entorno familiar, sino <> se oponen a ciertas conductas y favorecen otras. Con esto la norma se generaliza en términos de <> o <>. Ese <> es el mismo; pero es uno de todos los que al pactar esa norma hacen parte de la sociedad. Cuando esto ocurre podemos decir que ha interiorizado la norma, y ya es miembro de la sociedad.

El niño, a fuerza de hacer lo que se espera de él, empezara a verse como lo ven los otros. Se va haciendo consciente de que se espera de los ciertos modos de conducta, ciertos patrones de comportamiento, primero más sencillos, luego más complejos.

Cabe notar, de paso, que el juego desempeña un papel muy importante es este proceso: llevado de su tendencia al mismo, el niño juega a desempeñar diversos roles, aprendiendo y afirmando posiciones y reglas en el grupo al que pertenece. Así es como se va definiendo frente a los otros y toma conciencia de sí mismo. El niño va aprendiendo tanto papeles como posiciones que puede ocupar dentro del grupo. Continuamos así un proceso que, de alguna forma, ya no termina.

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