LA MONOTONIA COTIDIANA
Enviado por Maria Medina • 3 de Noviembre de 2015 • Tesina • 1.790 Palabras (8 Páginas) • 87 Visitas
LA MONOTONIA COTIDIANA
La escuela es la primera institución importante después de la familia, obteniendo las características de la vida escolar sobre la vida cotidiana del profesor-alumno, padres de familia-sociedad, en donde tenemos procesos semejantes de selección a través de experiencias intereses, sucesos, etapas, hechos que día con día llevamos, ya que con esto nosotros comprendemos lo que es el alumno, ver lo que sienten, como se desenvuelven y como ayudarlos a enfrentar la vida con métodos, procesos de innovación incluyendo el papel del profesor, tiempo en el salón de clases y rasgos de la vida en clase distribuyendo el tiempo con las formas de evaluar, profesor, compañeros de clases y la autocracia son algunos de los puntos que veremos a continuación con una definición más amplia y concreta.
El orden, lo más trivial de la institución un desorden en el que se propone resistencia, con situaciones que viven los docentes en cualquier aula de cualquier lugar en el mundo permitiendo un recorrido a sus vivencias áulicas estableciendo un análisis crítico con el objeto de mejorar e innovar la práctica docente.
La escuela es un lugar en cual se aprueba o se suspende en que suceden cosas divertidas, se aprenden cosas nuevas y se adquieren nuevas capacidades. Pero también es un sitio en donde los alumnos se sientan, escuchan, esperan, levantan la mano, se pasan papeles de mano en mano están en filas y afilan sus lápices. En la escuela encontramos amigos y enemigos, desatamos nuestra imaginación, se resuelven las dudas. Pero también en la escuela bostezamos, pintamos sobre las bancas, hacemos colectas y pasamos al último banco. Los niños pasan mucho tiempo en la escuela, en los locales que se desenvuelven son muy parecidos entre si y que se encuentran allí lo quieran o no. A partir de los seis años su cara es más familiar para el profesor que para sus padres y los procesos de la escuela elemental pierden, a veces, demasiado tiempo discutiendo sobre la decoración más adecuada para la clase, intentando hacerla más acogedora. Puede cambiarse el orden de las sillas pero siempre tendrá que haber un número determinado. Se podrá cambiar la colocación de la mesa del profesor, pero siempre habrá una mesa como no pueden faltar los materiales didácticos incluso los olores de la clase son bastante uniformes y parecidos, en cada clase se nota ese olor amargo que produce el polvillo de la tiza o marcadores y un ligero aroma de madera fresca que surge al sacarle punta a los lápices.
La clase no es solo un entorno físico relativamente estable ofreciendo un contexto social bastante constante, de vez en cuando se produce algún cambio; durante el año algunos alumnos se van y vienen otros nuevos; algunas veces los niños son recibidos por un profesor desconocido, generalmente estas anécdotas son poco frecuentes y originan un revuelo de curiosidad entre los pequeños, la composición social de la clase, en casi todas las escuelas elementales, no solo es estable, sino que además está distribuida con bastante regularidad.
A cada niño se le asigna un sitio determinado y, en circunstancias normales, siempre estar allí. La práctica de asignar sitios fijos facilita al profesor, o al alumno, captar a los asistentes de un solo golpe de vista; basta un vistazo para saber quién falta y quien asiste a clases.
Hay otro rasgo del ambiente social de la escuela elemental, en las escuelas se da una intimidad social que no tiene término de comparación en otros medios de nuestra sociedad. El horario cotidiano se divide en periodos limitados de tiempo, el contenido de trabajo cambia cada día y cada semana y, en este sentido, se da una variedad considerable dentro de la continuidad no obstante, un ejemplo seria la clase de lectura sucede a la de aritmética los martes por la mañana, y cuando el profesor dice, bueno niños saquen ahora su libro de lectura; su orden no despierta sorpresa, además en lo que los niños buscan sus libros, los niños pueden desconocer que palabra nueva aprenderán a leer hoy, pero tienen una idea clara de lo que van a hacer durante los primeros veinte minutos de clase.
El trabajo individual, en grupo, junto con la explicación del profesor en un periodo de preguntas y respuestas; cada una de estas actividades principales se realiza de acuerdo con normas muy claras que los alumnos deben de comprender y obedecer, por ejemplo, no hablar en voz alta mientras se hacen los ejercicios, no interrumpir al que está hablando no mirar lo que otros escriben durante un examen, levantar la mano para hacer una pregunta, los alumnos incluso en la escuela primaria tienden a comprender estas normas. El mundo escolar tiene unas características únicas. La escuela, como la iglesia y el hogar es un lugar especial. Por mucho que se busque no se encontrara otro que se asemeje totalmente; hay un hecho en la vida del alumno que los profesores y padres prefieren silenciar, al menos delante de los alumnos. Y el hecho es que los jóvenes tienen que estar en la escuela, quiéranlo o no. Sin embargo el niño en cierto sentido, es un prisionero, como el adulto encarcelado. También él tiene que afrontar la inevitabilidad de su experiencia, inventar estrategias para afrontar el conflicto entre su inclinación natural y las exigencias de la institución.
Las clases son lugares especiales que contribuye a diferenciar este entorno de los demás, se aparecen en muchos aspectos, al hogar, a la iglesia y las salas de un hospital, pero no en todos. Lo que distingue a la clase de otros entornos es que hay otros rasgos, menos obvios pero igualmente presentes, que contribuyen a describir la vida a la que los alumnos tienen que adaptarse, lo que son; grupo, evaluaciones y poder (autoridad).
La mayor parte de las cosas que se hacen en la escuela se hacen en colaboración con otros, al menos en presencia de otros y este hecho tiene una influencia determinante en la vida del alumno. La escuela es algo que hay que tomarse enserio, no solo es importante lo que uno hace, sino también lo que los demás piensan que uno hace. Se establece claramente una división entre débiles y fuertes; os sirve para subrayar un hecho que con frecuencia se olvida, o se soslaya, los profesores son más fuertes que los alumnos en el sentido de que tienen más responsabilidad en configuración de los acontecimientos de la clase y esta diferencia de autoridad es otro condicionante de la vida escolar ante la cual tienen que reaccionar los alumnos.
Todo aquel que se dedica a la enseñanza sabe que la clase implica mucho trabajo, gran parte de esta actividad se realiza en provecho de la enseñanza, implicando, generalmente, hablar y el profesor hace las veces de regulador del dialogo de la clase. También desempeña la función de sargento de intendencia, el espacio de la clase y el material escolar son limitados y el profesor tiene que ordenar inteligentemente estos recursos. Los alumnos tienen que hacer turnos para usar las tijeras, beber agua o afilar sus lápices, por tanto, es con frecuencia, mayor el número de alumnos que puede disponer de ello. Un ejemplo seria el formarse en colas para afilar o sacar punta de los lápices o para beber agua; todo esto íntimamente con la tarea de distribuir los recursos materiales, tal está la de conceder privilegios especiales a los alumnos que lo merecen. Otra responsabilidad es la de distribuir el tiempo, el profesor tiene que ocuparse de que todo comience y termine a su debido tiempo; determina el momento oportuno para pasar de la discusión a los libros de trabajo.
Como todos sabemos la escuela no es el único lugar en que el alumno toma conciencia de sus virtudes y flaquezas, sus padres lo evalúan en casa y sus amigos lo evalúan en el juego. Pero el proceso de evaluación que tiene lugar en la clase es totalmente diferente del que actúa en otros entornos, colocando al alumno ante la serie única de exigencias a las cuales tiene que adaptarse, la diferencia más patente entre el proceso de evaluación que opera en la escuela y el que opera en otras situaciones están en la frecuencia de los exámenes.
Evidentemente, el profesor no es la única fuente de las evaluaciones extra-académicas. También los compañeros pueden enjuiciar las cualidades personales de un alumno. El comportamiento del alumno en la clase contribuye en gran medida a formar la idea que los otros tienen de él; calificándole por ejemplo, de listo o torpe, de afeminado o machote, de adulador o buen compañero, de sincero o mentiroso. Obviamente, casi todas las evaluaciones que tienen relación con las condiciones psicológicas del alumno no se le comunican, y, a veces, ni siquiera a sus padres. Dado que el comportamiento de un alumno es evaluado por el profesor y por sus compañeros de clase, cabe la posibilidad de que se den juicios contradictorios. Cuando hay que hacer observaciones punzantes y a veces no hay más remedio, los profesores procuran ocultarlas al resto de la clase.
El tercer aspecto de la vida escolar a que tienen que acostumbrarse los alumnos es el desequilibrio del poder. La diferencia de autoridad entre profesor y alumnos tiene relación, evidentemente, con los aspectos evaluativos de la vida escolar, pero implica mucho más que una distribución de premios y castigo. Una de las primeras lecciones que debe aprender el niño es cómo satisfacer los deseos de los demás. Cuando se desplaza de casa a la escuela, la autoridad paterna se ve complementada gradualmente por el control de los profesores que en la vida del niño. Los lazos emocionales entre padres e hijos son generalmente, más fuertes y de mayor duración que los vínculos entre profesores alumnos, es mucho más probables que los padres y los hijos tengan una familiaridad mucho más amplia que los alumnos con los profesores. La autoridad se manifiesta tanto en preceptos como en prohibiciones.
El profesor, mediante sus órdenes y su control sobre los alumnos, constituye el ingrediente necesario que hace que el trabajo sea real. Las escuelas asemejan a las llamadas instituciones totales.
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