Las Alucinaciones
Enviado por ibarreche60 • 14 de Octubre de 2012 • 3.902 Palabras (16 Páginas) • 780 Visitas
LAS ALUCINACIONES
“a veces el silencio
puede ser como un trueno”
Bob Dylan
Introducción
Habrá que definir que es una sensación y que es una percepción. La sensación se reduce, únicamente, al proceso fisiológico que causa la excitación de los órganos de los sentidos y que nos permite recibir una impresión primaria del mundo. La sensación es ver, oír, sentir, oler, registrar el movimiento, etc. La percepción (del latín percipio, “tomar posesión de”) es un proceso dinámico con el cual le damos un significado a las sensaciones. Por ejemplo; Todos podemos captar un color determinado, supongamos el color el rojo. Para los que hablamos español ese color específico, se llama rojo, para los que hablan inglés se llama red y para los franceses se dice rouge. La misma sensación, tiene diferentes connotaciones en diferentes personas.
Nosotros conocemos el mundo a través de sensaciones y las transformamos en percepciones. En otras palabras, las impresiones recibidas se envuelven en un significado que constituye, propiamente, en la percepción. Por lo anterior, podemos asumir que puede haber sensaciones sin percepciones, pero no percepciones sin sensaciones.
Se propone que el proceso de percepción, se compone de una serie de fases. Estas son:
- Estímulo distal. Representa el estímulo en el medio.
- Estímulo proximal. El que incide sobre los receptores diversos.
- Transducción. Es la transformación de una energía en otra.
- Procesamiento neuronal. El flujo de energía a diversas áreas cerebrales.
- Percepción. La integración de los estímulos.
- Razonamiento. Categorizar los objetos y conferirles un significado.
- Acción. La respuesta que sigue a la percepción.
Historia
El término alucinación, de etimología latina (alucinatio: divagación, delirio). Apareció en la lengua francesa en el siglo XVII. En el siglo XVIII Sagar las denomina “falsas percepciones”. Boisser de Sauvages dice que los alucinados son “aquellos que confunden sus sensaciones con imágenes y sus imaginaciones o sus fantasmas con sensaciones”.
Esquirol en 1838 introduce el término alucinación en el lenguaje médico, dice que una alucinación “es la convicción íntima e inquebrantable de una sensación realmente percibida cuando en verdad ningún objeto externo capaz de provocar esa sensación se halla al alcance de los sentidos”. El propio Esquirol añade: “las supuestas sensaciones de los alucinados son imágenes, ideas reproducidas por la memoria, asociadas por la imaginación y personificadas por el hábito”.
Ball en 1890 simplificó la definición de Esquirol al sentenciar “la alucinación es una percepción sin objeto”. Por otro lado, Baillarger, en 1846, introdujo la distinción entre las alucinaciones psicosensoriales (que implican la participación de los órganos de los sentidos) y las alucinaciones psíquicas (o voces interiores).
En el siglo XIX, la alucinación fue concebida como una imagen demasiado intensa, y más tarde, como una producción del lenguaje anormal. Henry Ey la definía como: “La alucinación es una percepción sin objeto a percibir”.
En el siglo XIX las alucinaciones fueron consideradas como una sensación anormal producida por la acción de la mente sobre los órganos de los sentidos, como una imagen mental demasiado intensa y, mas tarde, como una producción de lenguaje anormal.
Broca en 1861, Wernicke, 1874 “la excitación de un centro cortical debería producir la alucinación correlativa.
Se consideraba que la alucinación era psicosensorial si la anomalía implicaba a la esfera auditiva, y psicomotriz si se trataba de un daño en el área de producción del lenguaje.
Tamburini elaboró la 1ra de las teorías motrices de las alucinaciones al considerar que había centros sensoriomotores que se excitaban antes de cada acto motor, esto centros producían, por un lado, la imagen sesorial del movimiento, y por el otro, la orden para su ejecución.
Magnan: En 1893 dice: “la alucinación reside en el centro perceptivo cortical; es causada por un estado de excitación, una suerte de eretismo de ese centro. Este trastorno sensorial representa con tal fidelidad la imagen normal que provoca una convicción completa, y que el enfermo no puede admitir que se trata de un fenómeno patológico
TRASTORNO EN LA SENSOPERCEPCIÓN
Habrá que recordar que tanto las sensaciones como las percepciones pueden inducir a errores. Lo cual nos remonta a un antiguo debate filosófico centrado en saber si los sentidos engañan o no y si los conceptos que uno se forma de las cosas pueden, también, ser alterados. Tal vez, como decía Platón, en el mundo sólo caben “opiniones” y no “verdades”. En otras palabras las cosas aparecen de un modo distinto de cómo realmente son. Entonces no se puede afirmar que los sentidos no son un medio fiable, a menos que se tenga un criterio por el cual se sepa o se crea saber que algo es verdadero o real.
Todos, por el hecho de ser individuales, percibimos un mundo distinto al de los demás, podemos unificar muchos conceptos (“la realidad”) pero siempre partiremos de una percepción particular.
Ilusiones.
Las ilusiones son entendidas como la distorsión de un estímulo real. Otra definición sería un concepto, imagen o representación, sin verdadera realidad, sugeridos por la imaginación o causados por engaño de los sentidos. En pocas palabras, son una verdadera alteración sensopercepctual, ya que la sensación se capta de manera adecuada y la percepción o interpretación de esa sensación, es la que está alterada.
Son frecuentes por los cambios en la luminosidad o por distorsiones en la refracción de la luz. El ejemplo más común sería un espejismo.
Las ilusiones tienen un significado importante y particular en el diagnóstico de la psicosis y sobretodo en el delirium. Las ilusiones están frecuentemente relacionadas con diferentes cambios en los estímulos que ingresan al sistema sensorial, aunque también forman parte del diagnóstico de algunos trastornos psiquiátricos.
Alucinaciones.
La alucinación se definen como la percepción sin un estímulo. Este estímulo puede ser interno o externo, si es interno no podemos saberlo y sólo tomaremos en cuenta el externo. Esto porque no hay estímulo externo detectable.
Etimológicamente proviene del latín allucinari, engañar. El término fue introducido por Esquirol el cual realiza la diferenciación entre ilusión y alucinación. Las alucinaciones revelan siempre una patología,
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