Probabilidad
Enviado por dilanbro • 4 de Mayo de 2015 • 2.533 Palabras (11 Páginas) • 174 Visitas
Propósitos
El objetivo central del presente capítulo es que el lector sea capaz de ubicar a la estadística dentro del
contexto de la ciencia y la investigación.
De igual forma, al término del mismo el lector podrá:
• Reconocer que la ciencia ha facilitado el desarrollo de las teorías que exponen la realidad.
• Comprender la conceptualización del empirismo y del positivismo en el proceso de acumulación
del conocimiento.
• Explicar la forma en la que las teorías constituyen simplemente la organización lógica de las leyes
empíricas.
• Enunciar la forma que tiene el empirismo de entender la ciencia.
• Reconocer que toda teoría, todo modelo y toda ley científica son una conjetura acerca de cómo
es la realidad.
• Relacionar la opinión de Popper de que toda ley, principio, teoría o modelo es una conjetura o
suposición.
• Diferenciar el punto de vista de los positivistas y los justificacionistas con relación a la ciencia.
• Considerar el punto de vista de Popper acerca de que: “Lo que caracteriza al hombre de ciencia
no es la posesión del conocimiento o de verdades irrefutables, sino la investigación desinteresada
e incesante de la verdad”
Capítulo 1 • Aspectos fundamentales de la ciencia
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INTRODUCCIÓN
La ciencia es una de las empresas más humanas y productivas que haya desarrollado el hombre. Si lo
que caracteriza al ser humano es su excepcional inteligencia, la cual le ha dotado de lenguaje y le ha
permitido servirse de él para crear una singular organización social, de insólita eficacia, para dominar
la naturaleza, entonces la ciencia es el logro humano más perfecto y contundente, el cual señala la cúspide
de los frutos de su intelecto, único en el Sistema Solar y tal vez en el universo mismo.
La ciencia basada en un proceso analítico y crítico produce el conocimiento que ha permitido una
mejor comprensión de la realidad circundante. Asimismo, ha facultado al hombre para penetrar en los
secretos más profundos del mundo, incluido el ser del hombre mismo. La ciencia ha facilitado el desarrollo
de teorías que exponen la realidad, con base en un examen de la relación entre los intentos de
explicación teórica, evidencia empírica y congruencia lógica, tanto interna a la explicación como en lo
relativo a otras teorías con las que tienen vínculos conceptuales. Esto ha implicado que el científico
pruebe sus teorías confrontándolas con la evidencia existente que, con el objeto de evaluar la teoría de
que se trata, se acumula con procedimientos rigurosos. Asimismo, el científico está a la caza de inconsistencias
internas en la lógica de las explicaciones, así como de las contradicciones entre las diversas
teorías vinculadas.
Aquí se hace relevante la discusión acerca de la naturaleza de las teorías y su desarrollo en Popper
(1959, 1963, 1970, 1974 a, 1974 b) y Kuhn (1963, 1970 a, 1970 b, 1971, 1974), y las posteriores elaboradas
por Kneller (1978); Lakatos (1964, 1968 a, 1968 b, 1970, 1971, 1974, 1975); Feyerabend (1962,
1965 a, 1965 b, 1970 a, 1970 b, 1970 c), Maxwell (1974) y Weimer (1979).
La conceptualización del empirismo y del positivismo acerca de la naturaleza del proceso de acumulación
de conocimiento se ha sustentado siempre en el proceso de inducción. Este principio señala,
tal como lo plantea Hume, que si observa una cierta regularidad en los procesos naturales (incluida la
naturaleza humana), entonces es posible generalizar a partir del establecimiento de una ley. De acuerdo
con esta visión, el problema de la ciencia es observar cuidadosamente la naturaleza, evitando caer
en errores debidos a la posible confusión de causas. El mejor modo de evitar el error es realizar una
cuidadosa observación y medición del fenómeno y utilizar el método experimental para no confundir la
verdadera causa de los fenómenos con otras que en apariencia los producen. De acuerdo con ellos, los
hechos observados y establecidos prueban una cierta concepción de la realidad. Al ser entonces el proceso
científico un proceso lineal y acumulativo, las teorías constituirían simplemente la organización
lógica de las leyes empíricas y la explicación de varias de ellas por principios más generales, surgidos
de la inducción. Esta es la forma que tiene el empirismo de entender la ciencia y, con ciertas modificaciones,
el positivismo.
Hume ya había planteado la naturaleza de las limitaciones lógicas del conocimiento inductivo: independientemente
de cuántas observaciones se hayan hecho de una regularidad, esto no da ninguna
“garantía lógica” de que volverá a ocurrir del mismo modo en la siguiente ocasión. La solución planteada
por Popper (1972) a este dilema se hizo en términos de postular que nunca se puede partir de ninguna
certidumbre acerca de nada de lo que se cree. De acuerdo con él, toda teoría, todo modelo o toda ley
científica, es una conjetura de cómo es la realidad; no importa que su origen sea la inducción, un
conocimiento tácito, tal vez de carácter personal, o una especulación; la teoría es una conjetura, una
suposición, una hipótesis acerca de la realidad.
Las teorías, dice este autor, basan su desarrollo en la confrontación crítica con los hechos y con la
lógica. En sus palabras, “... ningún conjunto de enunciados contrastadores verdaderos podrá justificar
la pretensión de que una teoría explicativa universal es verdadera”.† Sin embargo, afirma que:
“suponiendo que los enunciados contrastadores sean verdaderos, con base en ellos a veces podemos justificar
la pretensión de que una teoría explicativa universal es falsa”.†† Esto desplaza el énfasis de la
investigación al sentido contrario de como lo plantea el punto de vista tradicional científico: no es posible
probar que las teorías sean verdaderas, sólo es factible eliminar las falsas. Por ello, Popper dice: “el
método de la ciencia es el método de las conjeturas audaces e ingeniosas seguidas por intentos rigurosos
de refutarlas”.†††
Esto hace de la ciencia una aventura fascinante, donde las teorías se tienen que construir; hay que
inventarlas sobre la base de lo que ya se comprende del fenómeno en cuestión. No obstante, lo que hace
a la ciencia más emocionante aún, es la posibilidad de someter las teorías
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