SISTEMA INTEGRADO
Enviado por HENRY13PINTO • 26 de Enero de 2014 • 2.611 Palabras (11 Páginas) • 189 Visitas
Desastre economico deja Hugo Chávez en Venezuela
marzo 8, 2013
By informacion
Uno de los veredictos más concluyentes sobre el liderazgo de Hugo Chávez en Venezuela salió de un médico que se hizo famoso por asegurar que tenía conocimiento interno de que el cáncer eventualmente mataría al presidente de Venezuela.
Fueron declaraciones ampliamente cubiertas por los medios de comunicación opositores, ansiosos por llenar el vacío dejado por la falta de información oficial sobre el estado de salud de Chávez.
Más allá de la verdad del diagnóstico del doctor José Rafael Marquina, un venezolano con residencia en Florida, EE.UU., también trascendió su crítica sobre el estilo de gobierno del ahora fallecido mandatario. En una entrevista para el diario local Tal Cual en diciembre de 2012, dijo: “Chávez lidió con su enfermedad de la misma forma que lo hizo con el país, de un modo improvisado”.
Desde el inicio de su mandato, hace 14 años, Chávez se caracterizó por gobernar de manera espontánea.
Una y otra vez, el presidente tomó decisiones importantes durante su programa semanal de televisión “Aló Presidente”. Fue particularmente propenso a soluciones rápidas en la política económica, como devaluaciones monetarias, expropiaciones de empresas privadas y decisiones con impacto en la inflación, como aumentar el salario del sector público, en vez de abordar los problemas estructurales subyacentes.
El estilo combativo continuó incluso con un Chávez convaleciente en Cuba, con un vicepresidente, Nicolás Maduro, implementando en febrero pasado una devaluación del 32%.
Como resultado, Chávez dejó una nación acorralada por una infraestructura en ruinas, un gasto público insostenible y una industria con bajo rendimiento.
Sin embargo, gracias a sus programas sociales, no hay duda de que los pobres en Venezuela se han beneficiado de la riqueza petrolera del país, mucho más de lo que lo hicieron durante los gobiernos de las llamadas élites corruptas.
Pero existen fuertes sospechas de que buena parte del dinero fue desperdiciado, no sólo por la corrupción, sino también por pura incompetencia.
¿Mejor que en 1998?
La economíabrasileña ha crecido más rápido que la venezolana.
Durante el gobierno de Hugo Chávez, desde 1999 hasta ahora, la desigualdad económica fue disminuyendo gradualmente, tal y como sucedió en casi toda la región.
El país ahora presume de la distribución de riquezas más justa de América Latina, según el coeficiente de Gini, herramienta para medir la distribución desigual y cuyo número oscila entre 0 y 1 (0 corresponde a la perfecta igualdad y 1 a la perfecta desigualdad).
En 2011, el coeficiente venezolano cayó a 0,39, mientras que el de Brasil fue de 0,52, su nivel histórico más bajo.
Si bien ahora los venezolanos tienen una porción más pareja de la torta, el problema está en que esa torta no se ha hecho mucho más grande.
“Venezuela es la quinta mayor economía de América Latina, pero durante la última década ha sido la de peor desempeño en cuanto al PIB per cápita”, dice Arturo Franco, del Centro Internacional de Desarrollo de la Universidad de Harvard, en EE.UU.
Como bien lo explica Franco, todo depende de cómo midas el progreso venezolano.
Si se compara la vida bajo el mandato de Chávez con los 20 años que le precedieron, bajo un ahora desacreditado sistema bipartidista culpable de una corrupción rampante, la era de Chávez es preferible.
Pero si uno se fija en el desempeño económico durante el mismo período de sus vecinos Brasil y Colombia, no parece tan halagüeño.
Y tomando en cuenta que el precio del barril de crudo es ahora diez veces superior a cuando Chávez fue electo por primera vez, sus opositores insisten en que el presidente pudo haberlo hecho mejor.
El petróleo toma la tensión
El incendio de Amuay alimentó las críticas sobre la forma como se usan las ganancias de PDVSA.
El fracaso de Chávez en diversificar la economía venezolana significa que el petróleo sigue siendo su mayor pilar. De hecho, representa más del 90% de las entradas del país en moneda extranjera.
Cerca del 50% de los ingresos del gobierno provienen de la industria del crudo, la mayoría de la estatal PDVSA.
La gestión de Chávez tomó el control de PDVSA en 2003, después de despedir al 40% de la plantilla como resultado de una huelga general que forzó su salida temporal del poder.
No obstante, críticos han acusado a la empresa de negligencia por no haber usado los recursos en mantenimiento en vez de en programas sociales, especialmente tras la explosión de la refinería Amuay, en agosto de 2012, en la que murieron 42 personas.
En lugar de invertir en PDVSA para aumentar la producción, Chávez usó la estatal como la gallina de los huevos de oro, utilizando sus ingresos para financiar su gasto social en vivienda, salud y transporte.
Averiguar exactamente cómo fue utilizado ese dinero no es tarea fácil. El gobierno se ha involucrado cada vez más en todos los sectores de la economía, en detrimento del sector privado.
En septiembre de 2012, la agencia de noticias Reuters publicó un informe especial sobre la compañía estatal Fonden, que ahora cuenta con un tercio de las inversiones en Venezuela.
Descubrió una serie de instalaciones abandonadas o medio construidas, incluyendo fábricas de papel, molinos de aluminio y una flota de autobuses sin usar, todos ellos aparentemente financiados por Fonden.
Fonden ha absorbido unos US$100.000 millones de las ganancias petroleras de Venezuela desde su fundación en 2005.
A fines de enero, el gobierno recortó en un 19% la contribución de PDVSA a Fonden, en una medida sirve como presagio de los recortes en el gasto público. Pero hasta que el panorama político post-Chávez no sea esclarecido, el sucesor del presidente difícilmente podrá alienar al pueblo con programas de austeridad.
Gasto público: ¿puede durar el boom?
En su última campaña, Hugo Chávez prometió la construcción de tres millones de hogares.
Durante su última campaña presidencial que lo llevó a la victoria en octubre del año pasado, Chávez estableció como prioridad la vivienda y el salario mínimo, lanzando un plan para reconstruir tres millones de casas para 2018.
El sector de la construcción incrementó el gasto público y aumentó las expectativas de aquellos que esperaban tener un hogar gracias al programa.
Según el Bank of America-Merrill Lynch, el gasto público aumentó 30% en términos reales como resultado en los 12 meses previos a los comicios.
Pero toda esta generosidad les pasó factura a las finanzas públicas.
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