ÈTICA PROFESIONAL Y DERECHO
Enviado por Marcortes • 15 de Septiembre de 2013 • 1.546 Palabras (7 Páginas) • 449 Visitas
"ÉTICA PROFESIONAL Y DERECHO"
Para abordar el análisis de la ética profesional y el Derecho, considero importante basarme en el planteamiento de dos interrogantes, la primera de ella es ¿Qué relación existe entre la ética y derecho?, y la segunda es ¿Cuáles son los principios más importantes de la ética profesional en el ámbito del Derecho?
Primeramente es importante resaltar que los profesionistas del derecho afrontamos situaciones difíciles no solo con relación a nuestro trabajo, sino también en la vida cotidiana con las personas que nos rodean, ante lo que es indispensable, tener en cuenta que no todo lo que uno realiza cotidianamente es correcto ante la sociedad, por lo que un profesional tiene que tener la capacidad moral e intelectual para poder diferenciar lo correcto e incorrecto de su profesión.
Ahora bien al hablar de la relación entre la ética y el Derecho, no parece imposible confundir las normas éticas con las normas jurídicas, sin embargo a pesar de la unificación que se ha querido hacer, ambas guardan características que les son propias, cada una de ellas con un estilo peculiar de mandar, de esta manera encontramos que:
a) Las normas de la Ética son autónomas (cada individuo debe darse sus normas propias) y las del Derecho son heterónomas (las normas provienen de una autoridad diferente al individuo).
b) Las normas de la Ética rigen aspectos internos y las del Derecho aspectos externos.
c) Las normas de la Ética son unilaterales (el cumplir una norma no implica el surgimiento de un derecho o una obligación por parte de otras personas), y las del Derecho son bilaterales (una obligación implica un derecho y viceversa).
d) Las normas de la Ética son incoercibles (aún cuando tienen un carácter obligatorio, generalmente no conllevan un castigo explícito en el caso de no cumplirlas) y las del Derecho son coercibles (la autoridad que ha establecido ciertas normas civiles, tiene la facultad de exigir el cumplimientos de ellas, y para llevar a cabo dicha tarea, impone vigilancia, fiscalización, sanciones, etc.).
En realidad, el Derecho es ante todo y sobre todo una forma de organización de las conductas sociales. Y esto no se puede perder de vista cuando analizamos sus relaciones con la ética.
De esta manera, podemos decir que el Derecho es en verdad una manera como la ética se hace pública y se impone coercitivamente. Porque si el Derecho organiza las conductas sociales, requiere un criterio para hacerlo, una guía que determina cuáles son las conductas admisibles y cuáles las inadmisibles. En consecuencia, es la Ética la que le otorga su sustento.
Por el contrario, cada decisión individual, cada conducta no surge de una toma de posición ciega sino que, dentro de esa efervescencia creativa, responde a una opción moral. Pero lo importante es que, si bien el Derecho está informado por la moral en tanto que las actitudes y preferencias de los individuos que lo construyen tienen una base moral, el Derecho por sí mismo no es un mero mecanismo de imposición coercitiva de la moral, el Derecho no convierte en imperativa una moral superior a él. En realidad, el Derecho es una simple técnica para consolidar los diferentes puntos de vista de los individuos libres.
En este sentido el Dr. Andrés Ollero, manifiesta: “Si empleáramos el término “ética” para referirnos a las concepciones omnicomprensivas del bien, y reserváramos el término “moral” para su versión estricta —no jurídica por definición—, quizá mejorara el panorama. No habría, pues, derecho sin ética, aunque ello no implicaría su necesaria identificación con la moral. Este intento clarificador tropieza, sin embargo, con la reciente tendencia a contraponer ética pública y ética privada.”[1]
Considero que si bien el Derecho puede imponer ciertas normas morales, este proceso de convertir la moral en ley debe ser muy prudente y cauteloso, porque la concordancia entre los individuos en materia de convicciones morales no es necesariamente evidente; por el contrario, la vivencia social de esos valores admite tantos matices y sutilezas en términos de conductas efectivas que es posible establecer una gran cantidad de distinciones que llevan a que el presunto acuerdo resulte ilusorio.
Los derechos, en la mayoría de los casos, se basan en la ética para poder ponerse en práctica, los derechos hoy por hoy son valores éticos de los que somos portadores todos, por lo tanto para que éstos puedan ser creados debe de haber una colaboración entre ética y ley.
Por lo que todo profesionista debe desarrollar una ética profesional que defina la lealtad que le debe a su trabajo, profesión, empresa y compañeros de trabajo. Debe demostrar su honestidad, que es el primer paso de toda conducta ética, ya que si no se es
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