Teologia moral. Recensión de Moral Fundamental de Aurelio Fernández:
Enviado por fitty7 • 1 de Abril de 2024 • Reseña • 1.944 Palabras (8 Páginas) • 74 Visitas
TEOLOGÍA MORAL
Recensión de Moral Fundamental de Aurelio Fernández:
"En el cruce entre la fe y la práctica, la ciencia teológica se erige como un faro que ilumina no solo las verdades cristianas, sino también el camino ético del creyente en Jesucristo."
La ciencia teológica, en su doble vertiente de estudio de las verdades cristianas y del comportamiento del creyente en Jesucristo, emerge como un campo integral que no solo se limita a la creencia, sino que también aborda la práctica de la fe en la vida cotidiana. En este contexto, la Teología Moral se erige como una parte esencial de la Teología, explorando cómo la fe cristiana guía y justifica el modo de vida de los seguidores de Cristo, en pos de alcanzar una vida plena y dichosa. Al enfocarse en la totalidad de la existencia humana, la Teología Moral reconoce que la moralidad no solo se circunscribe a lo individual, sino que también afecta la interacción y convivencia en sociedad, destacando así su relevancia en la configuración del tejido social.
Además, al buscar establecer los fundamentos de la enseñanza moral cristiana, la Teología Moral se sumerge en la exploración de sus fuentes primarias. Estas fuentes, enlazadas intrínsecamente con la Teología en su conjunto, se revelan como pilares esenciales para comprender y articular la doctrina moral cristiana, debido a ello, la Sagrada Escritura se erige como la primera de estas fuentes, donde los criterios éticos encuentran su origen y justificación. Aquí, se descubre que la moral cristiana no se limita a un simple código de leyes impuesto por Dios, sino que surge como una revelación divina que busca el perfeccionamiento del ser humano. Desde los Mandamientos hasta las enseñanzas de Jesucristo, la Biblia nos proporciona una guía ética fundamental, exhortando a los creyentes a vivir conforme a la voluntad divina para alcanzar la plenitud de su ser.
Es crucial destacar que estas fuentes, aunque diversas en su naturaleza, están intrínsecamente entrelazadas y deben interpretarse en unidad con el Magisterio de la Iglesia. Este actúa como guía y autoridad interpretativa, asegurando la coherencia y la fidelidad doctrinal en la comprensión y aplicación de la moral cristiana. En conjunto, la Sagrada Escritura, la Tradición y el Magisterio constituyen los cimientos sobre los cuales se edifica la Teología Moral, proporcionando un marco sólido para la reflexión ética y la práctica de la fe en la vida cotidiana.
La sucesión apostólica desde los tiempos de los Apóstoles, con los obispos y especialmente el Papa como sucesor de San Pedro, garantiza la continuidad y coherencia en la enseñanza de la Iglesia, preservando la integridad de la fe y las costumbres cristianas a lo largo del tiempo.
Por otro lado, la Teología Moral cristiana se distingue de la Ética Filosófica por su método y su fin. Mientras que la Ética Filosófica se basa en la razón humana y busca la perfección y la felicidad terrenal del individuo, la Teología Moral va más allá, aspirando a la perfección sobrenatural y a la bienaventuranza eterna mediante la identificación y el seguimiento de Cristo.
La llamada universal a la santidad nos recuerda la dignidad y el potencial sobrenatural inherentes a cada ser humano, desafiándonos a adoptar una perspectiva más profunda sobre lo que significa ser cristiano. En lugar de conformarnos con una moralidad mínima, se nos llama a vivir de acuerdo con nuestra verdadera identidad como hijos de Dios, buscando imitar a Cristo en todas nuestras acciones y actitudes.
El ejemplo del beato Josemaría Escrivá de Balaguer y su doctrina de la llamada universal a la santidad nos inspira a reconocer que esta vocación está al alcance de todos los bautizados. A través de nuestras ocupaciones profesionales y de nuestra vida cotidiana, podemos vivir nuestra vocación de hijos de Dios y trabajar para identificarnos cada vez más con Cristo.
En definitiva, la Teología Moral nos recuerda que nuestra fe cristiana no se limita a la creencia, sino que también influye en nuestra conducta y en nuestras interacciones sociales. Al centrarnos en vivir de acuerdo con la voluntad divina y en seguir el ejemplo de Cristo, podemos alcanzar la plenitud de nuestro ser y contribuir positivamente al tejido social. La llamada universal a la santidad nos desafía a ir más allá de una moralidad mínima y a aspirar a la perfección sobrenatural, recordándonos que cada uno de nosotros tiene el potencial de identificarse con Cristo en nuestra vida diaria.
La reflexión sobre el fundamento de la moralidad nos lleva a explorar la compleja relación entre la ética, la religión y la razón. En un mundo donde las concepciones sobre lo que es "bueno" y "malo" pueden variar ampliamente según la cultura, la religión o incluso las circunstancias, es crucial entender qué fundamenta verdaderamente nuestras acciones éticas.
Inicialmente, la lectura aborda la pregunta fundamental sobre si la persona humana debe comportarse éticamente y cuál es el fundamento de esa moralidad. Donde, se destaca la importancia de ofrecer un fundamento riguroso para el actuar humano, especialmente en un contexto donde se cuestionan las bases tradicionales de la moralidad.
La estrecha relación entre las teorías éticas y la concepción del ser humano se subraya, enfatizando su dependencia de la aceptación o negación de la existencia de Dios. Pues se plantea la necesidad de esclarecer el fundamento religioso de la moral, sugiriendo que una comprensión adecuada de la moralidad requiere un entendimiento claro de la antropología y, por ende, de la concepción religiosa.
La distinción entre moral y religión se convierte en un punto central de la reflexión, donde se debaten diferentes enfoques sobre la relación entre ética, religión y razón. Aunque algunos argumentan por la separación completa entre ética y religión, reservando la primera para la teoría racional y la segunda para la doctrina religiosa, otros defienden que la moral debe fundamentarse necesariamente en la religión.
La lectura también aborda el origen religioso de la moral y argumenta que, aunque es posible proponer
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