Aprendizaje de la lengua
Enviado por ferss castro • 16 de Septiembre de 2015 • Ensayo • 2.661 Palabras (11 Páginas) • 163 Visitas
UNA RESPUESTA A LA INTERROGANTE ¿ENTORPEZCO O FACILITO EL PROCESO DE APRENDIZAJE DE LA LENGUA EN MIS ALUMNOS?
INTRODUCCIÓN
El presente documento es un ensayo académico que se realizó en el curso de Alternativas para el aprendizaje de la lengua en el aula, perteneciente a la Licenciatura en Educación Primaria Plan 1994, impartido en la Universidad Pedagógica del Estado de Sinaloa (UPES) por la asesora Eleane Maria Mendoza Verduzco; esto con el objetivo de acreditar la primera unidad de este curso “La planificación de actividades cotidianas para la enseñanza-aprendizaje de la lengua y la literatura”.
Se centra en el análisis de distintos métodos utilizados en la enseñanza de la lengua en educación primaria, a partir de una comparación entre los tradicionales y los que forman parte de los actuales programas; con esto no se quiere decir que los primeros métodos hayan desaparecido de las aulas si no que siguen presentes en muchos de los casos como aquí se explicara. Dicho análisis cuenta con el sustento teórico de las investigaciones hechas por Ken Goodman, Maria Soledad Ruiz, El programa de estudios 2011 de segundo grado y la de Leonor Romero.
Por último y en base a la critica hecha sobre cada uno de los métodos en el análisis de los resultados de su aplicación, se presenta una reflexión sobre el método que se considera más adecuado para que el aprendizaje de la lengua en la escuela sea significativo para el alumno.
I. UNA RESPUESTA A LA INTERROGANTE ¿ENTORPEZCO O FACILITO EL PROCESO DE APRENDIZAJE DE LA LENGUA EN MIS ALUMNOS?
Desde hace mucho tiempo y a la fecha el docente se enfrenta ante la situación de cómo se debe enseñar el lenguaje en la escuela, especialmente en lo que refiere a la forma de escribir o leer; es por ello que a lo largo de la historia grandes esfuerzos investigativos han estado basados en la búsqueda de estrategias dirigidas al estudio de cómo se enseña y como aprende a leer y escribir el ser humano, lo cual a su vez ha desembocado en una extensa bibliografía sobre las teorías del aprendizaje. Aun a pesar de esto, en el momento que un docente se ve en la situación de enseñar el lenguaje a sus alumnos entra en conflicto, pues debe elegir el método más adecuado para llevar a cabo dicho proceso de enseñanza-aprendizaje; sin embargo el hecho de que exista tan amplia diversidad de métodos, dicha tarea no es nada fácil.
Cabe señalar que todos los métodos conducen al aprendizaje de la lectoescritura, mas sin embargo difieren en que algunos son más rápido que otros, que tienen mayor o menor dificultad, o cuentan con mayor o menor trabajo para el niño y para el docente. Aun así esto no significa que da lo mismo emplear uno u otro método, ya que la significación que puede adquirir el proceso de aprendizaje en el desarrollo del niño no es la misma.
Podríamos decir que la inclinación hacia un método u otro depende del estilo de enseñanza que tenga el profesor y el tipo de alumnos a los que se enfrente, así como el contexto en que se encuentre. Es por este motivo que a continuación se describirán algunos de los métodos existentes, así como una valoración de los posibles resultados que pueden tener su aplicación según la experiencia propia, con la finalidad de despejar algunas dudas en torno a la eficacia de estos.
En primer lugar tenemos a los métodos tradicionales (RUIZ, 2012) los cuales son considerados como puramente operativos pues se basan más que nada en la repetición o memorización. Dentro de estos se encuentran el alfabético, silábico y fonético, entre otros, que consiste en el estudio de las letras, sonidos, o silabas para posteriormente estudiar las palabras u oraciones; es decir, parte de lo particular a lo general, haciendo una fragmentación del lenguaje lo más reducida posible.
Como nos podemos dar cuenta, este es el método que más se utiliza dentro de las aulas actualmente, debido a que tenemos la idea de que los niños no tienen las suficientes capacidades como para aprender las cosas en su totalidad, y es por eso que nos vemos en la necesidad de enseñarles por fragmentos o de poquito en poquito. Dicha observación se ha convertido en una de las mayores críticas a este método, pues se considera que al no permitirle al niño que batalle, truncamos su proceso de desarrollo, pues nunca se ve en la necesidad de buscar otras alternativas o de desarrollar habilidades que le permitan acceder a conocimientos más elevados o más concretos.
A manera de sustento citaremos la investigación hecha por Ken Goodman (1994), la cual gira en torno al porque si los bebes aprenden a hablar sin necesidad de que sus padres les fragmenten las palabras u oraciones, los docentes queremos fragmentar el lenguaje a la hora de enseñarlos a leer o escribir a nuestros alumnos ¿No estamos con esto alterando el desarrollo natural del lenguaje?
Si bien nos podemos dar cuenta con esto el niño no requiere que le fragmentemos el lenguaje para aprenderlo, si no que lo introduzcamos en situaciones donde tenga la necesidad de desarrollarlo, pues desde edad muy temprana nos han demostrado que tienen las capacidades para aprenderlo de manera más completa, en su totalidad, sin necesidad de separar los sonidos, de los símbolos y estos del sistema ortográfico, pues a fin de cuentas todos son parte de un mismo lenguaje.
Por otro lado el fragmentar las palabras en sonido o silabas, se pierde el significado de las palabras u oraciones en su totalidad, pues los sonidos o las letras no tienen ningún sentido propio, si no que adquieren sentido en la medida en que se enlazan unos con otros para formar palabras y oraciones que sí tienen sentido porque comunican ideas o mensajes; lo cual no satisface su necesidad de comunicación. Esto es muy observable en las aula de primer grado, donde los niños a la hora de leer deletrean, haciendo una lectura de los sonidos de las letras o silabas, pero no lo conectan con el significado de la palabra y mucho menos con el de una oración, por lo cual nunca saben que dice un texto, perdiéndose con esto una de las características fundamentales del lenguaje que es la de comunicar.
Por su parte en el Programa de estudios 2011(SEP) se hace mención de que con frecuencia consideramos que los niños no saben leer, y es cierto en el sentido de que no lo hacen según el significado tradicional del término. Sin embargo, es muy común observar que los niños son capaces de construir el significado de los textos y de comprender su sentido si alguien les lee en voz alta, así también son capaces de diferenciar un poesía de un cuento o una receta; o pueden identificar las características de una historia.
Todo esto nos lleva a la conclusión de que los niños son capaces de operar sobre los textos,
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