Competencias

Las competencias en la educación un balance

I-Las competencias: ¿Por qué?, ¿Para qué?

Desde 1580 se deseaba que el maestro y el alumno tuvieran una mente bien orientada más que llena de dato, si no con el conocimiento alcanzado.

En la historia de la enseñanza ha ido evolucionando, construir el saber-hacer permite llegar así a la competencias, aun así diferentes pedagogos u autores no piensan lo mismo. La escuela de los tiempos modernos y los viejos no es la misma, ha cambiado lo suficiente. Las exigencias actuales son más grandes, el progreso debe ser visto para llegar al éxito.

Las escuela de los años cincuenta y más allá sigue marcadamente imbuida por el modelo antiguo, la mezcla del formalismo y de enciclopedismo.

Se cree así estar construyendo para el futuro, desde 2001 a 2002, los nuevos programas basados en las preinscripciones del decreto ‘’misiones’’ entran en vigor progresivamente, en una escuela donde se repite a veces hasta el cansancio que está en crisis. Nos hemos realizado una pregunta ¿Quién es el culpable? Hoy se ha vuelto ya lugar común atribuir la crisis de la escuela a la pérdida del sentido de los conocimientos a las practicas escolares, vamos de nuevo a eso ¿Quién es el responsable? ¿Los profesores? ¿Los políticos? ¿Una metodología arcaica? ¿Los alumnos que no toman en serio la escuela, hasta llegar el grado de que el buen alumno desea a menudo no aparecer como tal a los ojos de sus compañeros?

Al comienzo de los noventa, la reflexión sobre los remedios a la crisis actúa por la vía del discurso sobre el fracaso escolar. Como los maestros desempeñan los papeles de entrenadores y de árbitros, pronto aparecerán los acusados, tanto más cuanto que los espectadores-padres son, a menudo los partidarios de sus hijos. Desde luego, los profesores no carecen de argumentos para organizar la resistencia: la continua falta de cursos, aulas sobrepobladas, las modas pedagógicas o que pasa como tal, el desinterés de la sociedad para con la escuela, etc. Durante el decenio muchas huelgas paralizan la escuela a veces por un tiempo prolongado por eso es que muchos maestros son tratados como culpables.

En las empresas que se han convertido a la lógica de las competencias, se han puesto el acento, como ya hemos visto, en las responsabilidades individuales del individuo. Quienes temen a la introducción de una lógica de las competencias en la empresa y después en la sociedad se apresuran a añadir que la evaluación de la responsabilidad individual podría llevarnos a dudar de la solidaridad social.

El debate del papel de los poderes públicos y de los actores sociales en el seno de la escuela y la definición de sus objetivos, es evidentemente, legítimo y fundamental, pero introducir en la controversia sobre el concepto de competencias es algo que parece obscurecer lo que está en juego centrándonos en un objetivo

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