El Buen Maestro Del Lenguaje
Enviado por horacio_cam • 2 de Febrero de 2014 • 786 Palabras (4 Páginas) • 273 Visitas
EL BUEN MAESTRO DEL LENGUAJE
Profr. Rafael Ramírez
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El programa de español puede hacer pensar, de pronto, la idea de ser sumamente sencillo y demasiado elemental, y de acuerdo con esa primera impresión, es posible también que algunos educadores lleguen a concluir que un profesor de mediana preparación y aun sin preparación alguna es capaz de impartir la enseñanza de la materia con éxito satisfactorio. No vayas tú, maestro que me lees, a incidir en tal error, pues la cosa sucede de otro modo.
En efecto, aunque ese programa parezca sencillo, para su elaboración se consideró ampliamente el material que pudiera responder más adecuadamente no solo a los propósitos perseguidos por la educación, sino también a los intereses de los alumnos y a sus necesidades de comunicación social y de expresión. Un análisis atento del referido programa hace evidente esa consideración y pone de relieve, la necesidad urgente de que todos los profesores se capaciten suficientemente para enseñar con eficacia sobre el lenguaje, pues solamente un maestro de amplia cultura y especial preparación puede ofrecer las mejores garantías de éxito.
El maestro de lenguaje (y con esta expresión no me refiero a un maestro especial, sino a cualquier maestro de grupo) debe poseer una cultura general muy grande, grande en extensión y profundidad.
Para enseñar cualquier otra asignatura quizás sería bastante con exigir al maestro, además del completo dominio de la materia, simplemente el requisito de que fuera culto; pero para enseñar con éxito el lenguaje, aparte de demostrar que se es dueño y señor del idioma debe uno exhibir que posee una cultura general de tipo superior.
El maestro que quiera enseñar el lenguaje como Dios manda, debe poseer una curiosidad científica altamente desenvuelta, pues sin ella bien pronto dejaría de estar al día en materia de información cultural. Aparejada a esta curiosidad científica, el maestro de lenguaje ha de tener profundamente arraigada la costumbre de leer día tras día no solamente los asuntos de su profesión - lo que
parece obvio-, sino también aquellos otros que amplíen y extiendan asimismo día tras día, su cultura general.
Si para todos los maestros resulta útil un conocimiento amplio de la psicología de la educación; para los de educación básica (primaria y secundaria) ese conocimiento es absolutamente necesa¬rio, sobre todo, de los capítulos que se refieren al proceso de aprendizaje de lenguaje; quien desconozca estas cosas no podrá trabajar sino al tanteo, y no hay cosa más tonta que trabajar de esa manera. Tan indispensable como la información psicológica resulta la posesión del conocimiento sólido acerca de la educación.
Un conocimiento de tal naturaleza permite enfocar la enseñanza hacia las precisas y adecuadas metas
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